Análisis de Samurai Shodown, samuráis de bolsillo (Switch)
Los amantes de los juegos de lucha estamos disfrutando de una nueva época dorada con propuestas muy variadas y para todos los gustos que suelen tener como denominador común la enorme calidad que atesoran la mayoría de ellas. Da igual que te guste la lucha 2D, 3D, por equipos, uno contra uno, los combates rápidos y frenéticos o los más pausados y tácticos, ya que raro será que no encuentres algo en los últimos tres años que se adapte a tus preferencias y te ofrezca una buena experiencia competitiva.
Sin irnos más lejos, 2019 marcó el regreso por todo lo alto de Samurai Shodown, una de las sagas más míticas, veteranas y únicas del género, con una nueva entrega a modo de reinicio que nos demostró que SNK está lejos de haber perdido su toque. Ahora, la compañía nipona estrena esta joyita en Nintendo Switch con una conversión algo justa, pero con la que podremos disfrutar de sus combates en cualquier parte.
Katanazos portátiles
Al igual que hemos hecho en muchos otros textos de este tipo, nos gustaría recomendaros el análisis que le dedicamos al juego cuando se lanzó originalmente en PlayStation 4 y Xbox One para profundizar en sus puntos fuertes y débiles, ya que esta nueva versión es exactamente igual a nivel jugable y de contenidos. Por ello, en este artículo vamos a centrarnos en las características únicas y exclusivas de esta edición.
Para quienes no sepáis nada de él, decir que estamos ante un juego de lucha 1 contra 1 con armas que se caracteriza del resto de sus competidores por el ritmo tan lento y pausado que tienen sus combates. Aquí los combos no existen prácticamente y una batalla puede acabar en tan solo dos o tres golpes, convirtiendo cada enfrentamiento en un tenso duelo en el que debemos ser pacientes y esperar el momento adecuado para pasar a la ofensiva, ya que cualquier error puede ser fatal.
Esto nos obliga a medir cada uno de nuestros movimientos con muchísimo cuidado y a dominar todas nuestras herramientas tanto defensivas como ofensivas para alzarnos victoriosos.
Combatir en este juego es una experiencia fascinante que te hace contener la respiración hasta el final de cada ronda, dando como resultado unos duelos memorables en los que debemos ser más listos que nuestros rivales si no queremos acabar besando la lona. Esto consigue que sea un título mucho más accesible que la mayoría de sus competidores, ya que no hace falta una gran habilidad con los mandos ni decenas de horas de práctica en el modo entrenamiento para mecanizar e interiorizar largos y complejos combos. Eso sí, no os penséis que se trata de un producto poco profundo, ya que dominar todas sus mecánicas y aprender a pelear en condiciones y a niveles competitivos es algo que nos llevará muchos combates.
Como decimos, en lo jugable es una auténtica delicia si nos gusta lo que propone, aunque la selección de modos no acompaña al mismo nivel y acaba conformándose con ofrecernos modalidades muy básicas y clásicas que no ofrecen nada demasiado especial ni interesante como para que le echemos infinidad de horas a su modo para un jugador, relegando casi todo su atractivo y duración al multijugador, tanto local como online.
Todo lo que acabamos de comentar se puede aplicar punto por punto a la versión de Switch, aunque en lo técnico sí que apreciamos algunas diferencias técnicas que conviene señalar. La primera y más notable es la evidente pérdida de calidad visual que ha experimentado el título, con una resolución considerablemente inferior que emborrona la imagen y desluce el magnífico trabajo artístico que tiene la obra detrás. En sobremesa no es algo tan drástico, aunque en portátil sí que es muy notorio el bajón gráfico, impidiéndonos disfrutar de sus preciosos escenarios, algo a lo que hay que sumarle de pérdida de efectos, sombras menos detalladas, peores texturas, etcétera.
No es ningún desastre y si no dais demasiada importancia a estos temas no tendréis ningún problema con cómo se ve, ya que cumple con lo que podríamos esperar y se deja jugar bastante bien, aunque creemos que se podría haber optimizado mucho más, ya que hemos visto a la consola mover cosas mucho más complejas y Samurai Shodown no es precisamente ningún portento técnico en el resto de plataformas.
Nuestro principal problema con esta conversión radica en su tasa de imágenes por segundo. Sí, esta apunta a los 60 fps tanto en sobremesa como en portátil, pero en casi ningún momento es capaz de mantenerlos de forma estable, algo que se nota a la mínima que hacemos algún movimiento especial y los efectos de partículas aparecen en pantalla. Las caídas no son muy pronunciadas y rara vez bajan de los 50 fps, pero como bien sabréis si sois habituales del género, esto es más que suficiente como para que lo notemos a los mandos, algo que duele especialmente si jugamos a niveles muy competitivos y queremos tomarnos el juego en serio.
Es una pena, ya que el downgrade es algo comprensible y con lo que podemos lidiar, pero en un juego de lucha es necesario que su rendimiento sea sólido como una roca, y aquí no lo es. Esto no quiere decir que no sea una buena alternativa para los jugadores más casuales y menos dedicados, ya que sigue siendo un título muy disfrutable y esto no deja de ser de un inconveniente relativamente menor que apenas apreciarán quienes no aspiren a llegar a lo más alto de los marcadores online, pero es algo que debemos avisar y dejar claro. Por otra parte, también nos ha parecido que la portabilidad no resulta tan atractiva como en otros juegos, ya que su parquedad de modos para un jugador y lo borroso que se ve le restan mucho valor más allá de echarnos algunos combate rápidos de vez en cuando.
Finalmente, debemos comentar un detalle que nos ha decepcionado bastante: la ausencia del primer pase de temporada con la compra inicial. Como muchos sabréis, estamos hablando de un juego que nos llega con nueve meses de retraso respecto al resto de plataformas y que ya tiene un segundo pase anunciado, por lo que habría sido el momento ideal para incluirlo de serie. Lo que no entendemos es que en PS4 y Xbox One se regalara durante las primeras semanas y aquí no se haya realizado ningún tipo de oferta o promoción similar, obligando a sus compradores y a quienes apoyen el producto desde el primer día a pagar más que los usuarios de otras consolas para así tener los mismos contenidos. Al menos, nos regalan a Hisame Shizumaru.
Conclusiones
Samurai Shodown es un juego de lucha fantástico y esto es algo que no ha cambiado en Nintendo Switch, aunque se trata de una versión inferior que, al menos en nuestra opinión, no termina de compensar del todo sus carencias con su portabilidad. No os equivoquéis, se sigue jugando bien y se ve y mueve de forma más que decente (al menos en sobremesa), pero se nos hace muy difícil recomendar su compra en la híbrida a cualquiera que tenga acceso al resto de plataformas en las que el título está disponible, especialmente si vuestra intención es tomároslo realmente en serio. Si este no es vuestro caso y realmente pensáis sacarle partido a sus posibilidades portátiles, aquí tenéis un estupendo exponente del género que os ofrecerá unos duelos apasionantes y muy diferentes a cualquier otra cosa que podáis encontrar en el mercado.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Koch Media.