Análisis BOXBOY! + BOXGIRL!, una divertida aventura de puzles (Switch)
Hal Laboratory tiene una forma de hacer juegos que nos encanta. No siempre son igual de buenos, pero ese empeño por hacer aventuras ligeras, agradables y entretenidas, aunque con mucha chicha y contenidos para quienes quieran sacarles todo el partido, nos ha regalado multitud de horas de diversión.
Un buen ejemplo de esto lo tenemos en la saga BoxBoy!, con la que hemos disfrutado enormemente creando cajas y resolviendo decenas de ingeniosos puzles. Tras su fantástica trilogía para Nintendo 3DS, Qbby regresa una vez más y debuta en Nintendo Switch con otra notable aventura con la que seguir poniendo a prueba nuestra materia gris.
Cajas y puzles
Como siempre, volvemos a encontrarnos ante un juego de puzles 2D con un ligero toque de plataformas en el que controlaremos a Qbby, un simpático cuadrado con ojos y piernas que cuenta con la capacidad de generar cajas de su mismo tamaño y forma para crear diversas estructuras con ellas.
Gracias a esto, podremos crear puentes para cruzar abismos, colocarlas a modo de escalera para alcanzar zonas elevadas, utilizarlas para mantener presionados ciertos interruptores, etcétera. Nuestro objetivo siempre será llegar a la puerta de salida de cada nivel, así que tendremos que hacer un buen uso de todo esto para completarlos.
Evidentemente, a medida que avances ganaremos nuevas habilidades y capacidades especiales que nos permitirán superar rompecabezas cada vez más complicados y enrevesados, lo que también se traduce en la introducción de nuevas mecánicas que van añadiendo profundidad a las fases para mantener las cosas siempre frescas, variadas y divertidas.
Otro detalle muy importante es que el número de cajas que podemos generar de una sola vez depende de la pantalla en la que estemos, limitando así la creación de ciertas estructuras y obligándonos a pensar de un modo distinto en cada nivel.
Como veis, sigue siendo puro BoxBoy y no hay grandes cambios en su propuesta, limitándose a plantearnos nuevos puzles con los que seguir divirtiéndonos. Por lo general, son muy sencillos y fáciles, aunque siempre resultan muy creativos e ingeniosos. Eso sí, no son pocos los que reciclan ideas ya vistas en sus predecesores y por el camino se han perdido algunas mecánicas que daban mucho juego y que se echan de menos, lo que no evita que sea una aventura sumamente disfrutable de principio a fin.
Quizá la dificultad pueda resultar demasiado baja para los más veteranos, ya que sus desarrolladores tampoco se han comido demasiado la cabeza a la hora de esconder la corona secreta de cada pantalla, y llegar al final de las fases con la puntuación máxima (para ello basta con superarlas usando el menor número de cajas posible) no es algo demasiado complicado.
De todos modos, no os penséis que no encontraréis ningún tipo de reto, ya que en el último cuarto de la aventura hay un notable subidón que sí que nos obligará a pararnos y a meditar las cosas para encontrar la solución de cada puzle.
El intrépido Qudy
Además de la aventura principal para un jugador, también existen dos campañas adicionales. Curiosamente, es en ellas donde encontramos las dos grandes novedades de esta entrega, ya que aportan nuevas y experimentales ideas que, por suerte para todos, funcionan genial y no desentonan.
La primera de ellas nos ofrece una serie de niveles en los que tendremos que jugar con Qudy, un nuevo personaje que es el doble de largo que Qbby y, por tanto, tiene forma rectangular en vez de cuadrada. Como podréis suponer, las cajas que genera también son rectangulares, lo que sumado a su altura cambia por completo la manera en la que nos tendremos que mover por los niveles.
De hecho, contaremos con la posibilidad de andar erguidos o tumbados, algo que también modifica la forma en la que creamos y colocamos los bloques, añadiendo una nueva manera de enfocar y plantear los puzles que nos ha gustado mucho.
Aventuras cooperativas
Finalmente, la última campaña se centra en el juego cooperativo, obligándonos a colaborar con un amigo para resolver nuevos puzles. Esta ha sido, sin duda, la que más nos ha gustado de las tres, ya que los rompecabezas y los niveles siguen siendo igual de ingeniosos, pero al resolverlos junto a un amigo la diversión se dispara.
Es genial llegar a un obstáculo y tener que ponerte de acuerdo con tu compañero, proponer soluciones entre ambos hasta dar con la definitiva, y todos esos pequeños detalles que cabrían esperar en un juego de estas características para dos jugadores. Además, se introducen nuevas mecánicas que no están presentes en el resto modos, como interruptores que solo pueden ser activados por un personaje en concreto, y la dificultad es sensiblemente más alta, ofreciéndonos desafíos y retos mucho más estimulantes.
No podemos olvidarnos de destacar que podemos jugar estas fases en solitario, alternando el control entre un personaje y otro. Esto es posible debido a que los puzles no nos requieren de acciones precisas y coordinadas entre ambos jugadores, aunque, tal y como podréis suponer, jugar de esta manera no es ni la mitad de divertido. Al menos, se agradece que la opción esté ahí, especialmente teniendo en cuenta que no existe multijugador online.
En total, tenemos 270 niveles entre todas las campañas, una cifra más que respetable y que nos garantizará entre 10 y 12 horas de juego, sin contar las rejugadas que queramos darle a cada fase para completarlo todo al 100%, así que hay diversión para rato.
El encanto de lo minimalista
A nivel gráfico se mantiene el estilo minimalista 2D de las entregas de Nintendo 3DS, donde el blanco y negro y unas pocas líneas para dibujar a los personajes y los escenarios son los grandes protagonistas. Esta vez hay un poco más de color para los fondos, pero se ve y siente como un BoxBoy en todo momento, resultando en un título muy simple pero tremendamente atractivo y agradable en lo visual.
El sonido nos deja una banda sonora relajante y tranquila que adolece de cierta falta de variedad, pero que ambienta perfectamente nuestras aventuras y nos permite pensar con tranquilidad, mientras que los efectos son muy sencillos y efectivos.
Conclusiones
BOXBOY! + BOXGIRL! es un juego de puzles muy disfrutable, divertido y entretenido. Quizá recicla demasiadas ideas de sus predecesores a la hora de plantear sus niveles y hemos echado de menos un poco más de originalidad y creatividad en sus nuevas mecánicas, pero la campaña adicional de Qudy y su multijugador cooperativo han sabido compensarlo de sobra. Si os apetece un título ligero, ingenioso, sin complicaciones y con el que relajaros dándole al coco, aquí tenéis una opción de compra muy recomendable y a tener en cuenta.
Hemos realizado este análisis gracias a un código que nos ha facilitado Nintendo.