Análisis de God of War Collection (PSVITA)

En espera de saber si Santa Monica Studio volverá a dar trabajo a Kratos en un nuevo God of War para PlayStation 4, o por el contrario se apostará por un reinicio de mitología e incluso algo completamente nuevo, siempre es buen momento de disfrutar de una de las sagas más importantes de la última década de las consolas PlayStation. Actualmente puedes recorrer todas las entregas en PlayStation 3, con recopilatorios de los dos juegos de PlayStation 2, los dos de PSP y los dos capítulos nativos de esa plataforma, God of War III y God of War Ascension.

Sony, continuando con las remasterizaciones y adaptaciones de sus clásicos a PS Vita –hace escasas semanas, Sly Trilogy- lanza ahora los dos primeros God of War de 128 bits en tamaño portátil. Una buena noticia, con matices. Como sucediese con Sly o Jak, esta colección llega con retraso respecto a PlayStation 3 y eso le hace perder interés, porque es muy posible que los poseedores de Vita tengan ya God of War y God of War II en su poder en alguna de las plataformas domésticas.

Recordemos que God of War Collection de PS3 fue la primera remasterización de este tipo –se anunció en 2009- a la que seguiría después toda una línea de remasterizaciones que continúan en las nuevas consolas.

Pero también hay que ser justos: si has adquirido las versiones digitales de PS3, God of War Collection es cross-buy y no te supondrá ningún gasto adicional. Es, además, la primera vez que podemos jugar a estos juegos en portátil, dos portentos técnicos de la vieja circuitería de PS2 y mucho más importante aún, dos slash´em up aventureros, repletos de situaciones épicas, música potente y doblaje al castellano.

Así empezó la historia de Kratos

El argumento, resumido, cuenta la historia de venganza de un guerrero ligado a servir a los dioses del Olimpo que es usado como un mero pelele hasta que es engañado de manera cruel. Su primer gran encargo, si exceptuamos lo visto en las precuelas de PSP que se lanzaro años más tarde, es acabar con las ansias de destrucción de Ares, el Dios de la Guerra y dueño del destino de Kratos. Los juegos son del género slash´em up -básicamente, acabar con todos los enemigos que te encuentras para pasar a una nueva área-, aunque estos dos primeros God of War equilibran mucho el combate con los puzles y las secciones de plataformas. De este modo, en especial en el primer God of War, es posible bloquearse tanto por algunos combates duros como con algunas pruebas, entre las que los jugadores aún recuerdan con terror dos: la sala de pinchos en el suelo con la roca cúbica para alcanzar un saliente dentro de una cueva y la escalada de un torno de púas en el Inframundo.

God of War II continúa poco después del final del primero, con un Kratos convertido en el nuevo Dios de la guerra en el Olimpo. Sin embargo su posición no es bien vista por el resto de dioses, incluido Zeus. El juego comienza con el ataque del coloso de Rodas, vivo gracias a la magia, y la petición de ayuda por parte del ejército espartano. Kratos accederá a intervenir, con un inesperado giro en los acontecimientos que definitivamente supondrá un desencuentro irreconciliable del guerrero y los titanes contra los dioses y las Hermanas del destino.

La secuela utilizó las posibilidades que daba el controlar el tiempo para algunos puzles contrarreloj, y se multiplicó el número de jefes finales, que sin duda es uno de los puntos fuertes de la saga. Más grande, con gráficos mejorados y muy variado en localizaciones, para muchos jugadores es una de las entregas clave de Kratos y de las más redondas, si bien su sistema de combate ha sido mejorado por las últimas entregas.

Las dos entregas se nos antojan imprescindibles en el catálogo de cualquier usuario que no haya tenido la oportunidad de jugarlos, y sus virtudes han quedado más que demostradas a lo largo del tiempo. También son juegos necesarios si deseas comprender globalmente la historia de Kratos, ya que a pesar de ser principalmente un juego de acción, la narrativa, personajes y situaciones de posteriores capítulos se disfrutan mucho más desde una perspectiva completa del personaje, una personalidad más compleja de lo estamos a ver en este género.

La adaptación a PS Vita

Si hubiera que definirlo brevemente sería como una conversión en la línea de lo esperable. No hay novedades en cuanto a contenido y aparece el habitual problema de las remasterizaciones en cuanto a los vídeos, que nunca son rehechos para las nuevas resoluciones –hay muchas explicaciones a esto, una de ellas, que realmente se han perdido archivos para crear el renderizado-. Los God of War eran juegos que diversos momentos utilizaban secuencias pregrabadas con el motor gráfico, y eso produce que algunos vídeos se vean peor que la jugabilidad: más borrosos y con artefactos de compresión. Las secuencias generadas por ordenador no cantan tanto.

Sanzaru se encarga de la adaptación. Tienen experiencia en PS Vita con los juegos de Sly Cooper, Ladrones en el Tiempo y la trilogía, de manera que sin ser el equipo mejor valorado para estas cuestiones –Bluepoint Games- el resultado es mucho mejor que lo visto en el recopilatorio de Jak en Vita perpetrado por Mass Media. En líneas generales los juegos rinden de manera similar a PlayStation 2 con mayor definición, es decir, no es la fluidez de las versiones de PlayStation 3 pero la jugabilidad se mantiene intacta. Sin duda la plataforma lo podría hacer mejor por sus características técnicas, pero tratándose del habitual encargo rápido cumple las expectativas; parte de sus gráficos desactualizados, como las texturas o algunos escenarios que hoy vemos un poco vacíos pasan más inadvertidos en la portátil que en la gran pantalla de una consola doméstica.

Debido a la ausencia de L2 y R2 se han modificado los controles ligeramente aprovechando por ejemplo el panel trasero para abrir puertas y cofres, o la pantalla para los ataques mágicos. Como tampoco se pueden pulsar las palancas, los llamados L3 y R3, ahora la ira de los dioses o la furia de los titanes –el ataque devastador cuando se rellena un indicador- se ejecuta pulsando su icono en la pantalla. Los cambios no cambian demasiado la forma de jugar y al poco rato de empezar la partida ya estaremos bastante acostumbrados. El uso del panel táctil es verdad que no suele tener muchos adeptos y puede que en algunas ocasiones abras una puerta o actives un guardado sin desearlo, por la simple posición de los dedos al sujetar la Vita, pero no llega a la frustración de otros juegos en los que se te pide tocar un punto concreto a ciegas.

Frente a las trilogías, God of War Collection sólo incluye dos títulos. Eso sí, en total te ofrecen unas 20 horas y con mucha rejugabilidad. God of War II ha envejecido bien con el paso del tiempo en cuestiones gráficas para lo que es una portátil, y a falta de un título creado en exclusiva para PS Vita –que ya veremos si se hace alguna vez, depende de la dirección que tome Santa Monica con la serie- estos dos juegos y la compatibilidad con PSP permite disfrutar de buena parte de God of War.

Conclusiones

Dos de los mejores juegos de PlayStation 2, ahora en tu PS Vita. Si ya los tienes en otro sistema el único extra reseñable es que por primera vez puedes jugarlos en portátil. Una pena que como ya ocurriese en The Sly Trilogy no hay cross-save -sería necesario actualizar también las versiones domésticas y no parece que haya planes-, lo que impide que puedas importar tus partidas.

Por lo demás, una conversión correcta y sin sorpresas. Si aún no has tenido la oportunidad de jugarlos, y ya van unas cuantas, esta es otra disculpa perfecta que no debes dejar pasar. Una advertencia: tras terminar God of War II, querrás jugar inmediatamente a God of War III y saber cómo termina la trilogía.