Análisis de Juiced 2: Hot Import Nights (PSP)
Tras diversos retrasos y problemas derivados por la desaparición de Acclaim, el juego de velocidad y tuning Juiced llegó finalmente a las tiendas de la mano de THQ con un notable éxito de crítica y ventas gracias en parte a su marcado carácter arcade, lo que permitía a todo tipo de usuarios disfrutar de las competiciones sin excesivos problemas, y a las amplias opciones de modificación de coches que lógicamente se convirtieron en una de sus principales virtudes. Ahora, desarrollado desde un principio bajo el sello THQ, llega la continuación de la serie a PSP con un nuevo planteamiento jugable que amplía el repertorio de pruebas a disputar, sustituye todos los elementos relacionados con la reputación de los competidores por un interesante sistema de ADN del piloto, y mantiene por supuesto las apuestas que potenciarán sin duda los piques entre competidores.
De este modo, tras comprar un vehículo, que dependiendo de sus características técnicas nos permitirá acceder o no a nuevas competiciones, y del mismo modo será más o menos recomendado para diversos tipos de pruebas, deberemos iniciar el campeonato accediendo a los distintos niveles que plantea Juiced 2, creciendo de forma exponencial la dificultad de los mismos conforme avancemos en la competición. Estas pruebas irán desde las clásicas carreras contra un grupo de competidores a duelos contra un solo coche, a veces con una ventaja temporal dado el mejor vehículo con el que contará el contrario; pasando por carreras de eliminación (el último en llegar a la meta en cada vuelta es eliminado) y otras por equipos, a una serie de variantes de las pruebas de derrape que, pese a dotar de una mayor variedad al sistema de juego, resultan algo tediosas por el sistema de control que las complica en exceso. Y es que a pesar de estar ante un título de lo más directo a nivel jugable, en ocasiones el sistema de control peca de poco preciso, algo que se nota sobre todo en las citadas pruebas de derrapes donde deberemos alcanzar una suma de puntos realizando este tipo de acciones.
En este tipo de pruebas, como decimos, deberemos derrapar por una serie de entornos diseñados para tal efecto, algunos con superficies muy deslizantes como el hielo, en los que acumularemos un mayor número de puntos a cuanta mayor velocidad vayamos y, sobre todo, cuanto más tiempo duren nuestros derrapes. Por supuesto, si tocamos una pared el contador dejará de sumar puntos y, como penalización, se nos restará una cantidad determinada de los mismos que tendremos que tratar de recuperar volviendo a encadenar más derrapes. Lo divertido de estas pruebas es que en ocasiones competiremos contra otros vehículos, todos a la vez, por ver quién logra más puntos en un tiempo determinado, lo que como os podéis imaginar nos deja con unas carreras de lo más caóticas, pero a la vez divertidas, en las que todos los coches irán de un lado a otro derrapando en busca del mayor número de puntos posible.
También las carreras contra otros vehículos resultarán de lo más intensas en los campeonatos más complicados, donde los contrarios demostrarán unas mejores dotes de conducción lo que lógicamente nos hará disfrutar de carreras más emocionantes por los duelos que viviremos contra los contrarios. En este sentido, cada dos por tres veremos en pantalla los rostros de nuestros rivales con miradas desafiantes, gestos de tristeza, etc. a lo que debemos sumar una de las características más interesantes del original: las apuestas. Como ya ocurriera en Juiced, en esta secuela podremos volver a apostar grandes sumas de dinero contra uno de los contrarios contra los que correremos para ampliar de forma considerable nuestros ingresos, aunque siempre tendremos que andarnos con cuidado ya que el rival en cuestión puede hacernos una contraoferta más importante, lo que nos obligará a cargar con una enorme suma de dinero que en caso de perder nos dejaría con series problemas económicos (podemos echarnos atrás en la apuesta y perder un dinero como penalización, consiguiendo reducir la apuesta a cifras más normales).
Con todo el dinero ganado en las carreras podremos ampliar el repertorio de vehículos a nuestra disposición que a la larga deberemos usar con cabeza para adaptarnos a las distintas pruebas que deberemos superar. Por supuesto, también podremos modificar de forma externa todos nuestros vehículos con todo tipo de añadidos como alerones, tipos de pintura, bajos, llantas, etc., o perfeccionar la parte interna de los mismos para mejorar su velocidad, tracción, potencia del nitro y demás. Lo interesante de este sistema es que para obtener todo este tipo de mejoras, englobadas en tres categorías distintas (peso, velocidad y manejo), deberemos antes superar una serie de desafíos basados en las pruebas comentadas con anterioridad, lo que nos complica algo esta labor (aunque no en exceso lógicamente). Además, como indicábamos con anterioridad, conforme vayamos superando las distintas ligas en las que competiremos el repertorio de vehículos a comprar crecerá, ofreciéndosenos una mayor variedad de coches, más potentes que los iniciales, que nos permitirán afrontar con posibilidades de éxito las nuevas competiciones.
Sin embargo, en este punto destacan dos cuestiones de forma negativa. Por un lado la poca claridad existente en las ventajas que obtendremos con la compra de las distintas mejoras de las que hablamos, lo que lógicamente nos deja a ciegas a la hora de adquirir cada modificación. Y aunque como decimos jugablemente se notan dichas mejoras, no habría estado de más el permitirnos conocer con detalle los efectos que conlleva el aplicar uno u otro paquete de modificaciones. Y por otro lado, tampoco resulta del todo divertido el tener que superar una y otra vez los citados desafíos para desbloquear estas mejoras ya que tendremos que hacerlo siguiendo un orden, lo que en ocasiones resulta pesado ya que podemos tener el dinero necesario para desbloquear las de nivel tres, y tener que pasar antes por los niveles uno y dos con el consiguiente desembolso económico.
Otro de los aspectos que más han cambiado en esta secuela es el sistema de reputación y relación con las bandas, ya que éste se ha eliminado añadiéndose un interesante sistema de relaciones con cada corredor que podremos contratar para usarlos después en las carreras por equipos, y la propia evolución de nuestro piloto gracias al llamado "ADN del conductor", que nos marcará nuestro estilo de juego dependiendo de nuestra forma de conducir. De este modo, gracias a los logros que podremos superar en cada liga (adelantar a un número determinado de corredores, derrapes, maniobras locas frente a un contrario, etc.), sabremos si nuestro estilo de juego es muy agresivo, conservador, equilibrado… algo que después quedará reflejado frente a otros jugadores.
Como vemos, en líneas generales se ha simplificado el sistema de juego para hacerlo más accesible a todo tipo de jugadores, ofreciendo un estilo jugable muy directo y sencillo que nos permite disfrutar de las carreras desde el primer minuto, aunque como resaltábamos con anterioridad el control resulta algo tosco y poco preciso en determinadas situaciones. Del mismo modo, las opciones de modificación son bastante amplias por las alternativas que se nos ofrecen, pero poco profundas a nivel de cambios: vamos a actuar siempre sobre los mismos parámetros. Y sí, notaremos los cambios en el manejo del vehículo o en su velocidad punta, pero nadie debe esperar encontrar un simulador en este aspecto.
Con esta sencillez como base viviremos carreras muy emocionantes en una gran variedad de circuitos, algunos con varios caminos a elegir en el transcurso de las carreras, lo que unido a la variedad de pruebas hace que el transcurrir de las partidas sea de lo más divertido. En este sentido, se agradece enormemente la inclusión de varias grandes ciudades por las que correremos, no ya solo por la variedad visual que se nos presenta, sino también porque los circuitos varían dadas las características de cada ciudad. Y es que pasar de San Francisco, con sus espectaculares pendientes y el tranvía entorpeciendo nuestra marcha, a Roma, con sus pequeñas callejuelas y curvas pronunciadas ofrece experiencias de juego notablemente distintas. Sin embargo, toda esta sencillez tiene como principal inconveniente el hacer que las carreras, en general, sean de lo más sencillas. Básicamente podemos decir que todo consiste en mantener pulsado el botón de acelerar durante el mayor tiempo posible, usar el nitro cada vez que esté disponible (casi siempre), y el freno únicamente en las curvas más pronunciadas, y no de forma muy habitual. Además, pese a este hecho, no se favorecen las maniobras con estilo, ya que por ejemplo resulta muy complicado entrar en las curvas derrapando de una forma correcta por los citados problemas en el sistema de control, y las propias físicas del vehículo, lo que nos dejará con más de un momento en el que nuestro coche patinará por el asfalto de forma poco creíble hasta estamparse contra un muro; algo que resulta terrible en algunas situaciones.
Como decíamos, el juego resulta muy divertido por todo el ambiente tuning que han reflejado a modo de show televisivo y porque las pruebas suelen ser muy rápidas y directas; pero son este tipo de inconvenientes los que alejan a Juiced 2 de los grandes del género. Tampoco su apartado técnico ayuda a mejorar el resultado, ya que pese a disfrutar de una notable variedad de entornos, todos nocturnos, el nivel de detalle alcanzado en los mismos no resulta nada destacable. Tampoco los vehículos poseen un modelado y nivel de detalles encomiable, aunque sí huelga al menos destacar las ya citadas amplias opciones de modificación, que nos permitirán diseñar a nuestro gusto cualquier de los vehículos comprados en el concesionario del juego.
A nivel sonoro hay que destacar que el juego se encuentra doblado al castellano de forma notable con unos comentaristas que amenizarán los tiempos de carga cuando se nos presenten las distintas pruebas que deberemos superar, algo muy de agradecer. También el sonido de los vehículos resulta cuanto menos correcto, a lo que debemos sumar unas melodías muy moviditas, aunque algo repetitivas, que nos meterán de lleno en el ambiente tuning que los desarrolladores han tratado de plasmar en el juego.
En definitiva, estamos ante un divertido juego de carreras basado en la exitosa fórmula del tuning que cuenta con un interesante sistema de evolución de nuestro piloto, una gran variedad de pruebas, aunque todas basadas en un mismo estilo de juego, y una gran cantidad de vehículos a comprar y modificar a nuestro gusto. Sin embargo, el sistema de control poco preciso nos impide disfrutar de carreras más espectaculares a nivel de maniobras ya que como decíamos, resultará muy difícil realizar movimientos básicos como derrapes a altas velocidades. Del mismo modo, estamos ante un título de lo más genérico a nivel de opciones, lo que puede hacer que más de uno se aburra rápidamente al no encontrar ningún aliciente novedoso que lo mantenga pegado a la portátil de Sony. Por lo tanto, pese a que por una parte la sencillez en el manejo y en la propia mecánica de juego puede favorecer a un amplio público, también este hecho resta atractivo al producto para otro sector de aficionados más dados a los movimientos agresivos en carrera. Aún así, como decimos, se trata de un título muy a tener en cuenta por todos los aficionados a las carreras arcade.
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