Análisis de Harry Potter and the Order of the Phoenix (PSP)
Como es habitual, a cada libro de Harry Potter le precede irremediablemente (y para alegría de sus numerosos seguidores) una película y un videojuego. En esta ocasión, además de Voldemort, una nueva profesora pondrá las cosas difíciles al joven mago.
La llegada de Voldemort es ocultada a la población de magos, y el Ministerio de Magia niega tal hecho.
Mientras, el mismísimo Severus Snape es el encargado de entrenar a Harry Potter en la oclumancia, arte de ocultar los pensamientos a la lectura por medio de la Legilimancia.
Dolores Umbridge no cumplirá con su tarea didáctica, y poco a poco Harry Potter y sus compañeros comprenderán que no están aprendiendo nada en el curso, por lo que, como si de algo malo se tratase, deberán aprender por su cuenta conjuros de defensa, de forma paralela al pequeño grupo contra mortífagos de Dumbledore, la Orden del Fénix, compuesta entre otros por Sirius Black y Ojoloco Moody.
Esta trama, que no deja de ser el esquema ya clásico de la serie (curso nuevo, nueva amenaza en el colegio) posee algunas sorpresas importantes en la trama, que no sorprenderán (otra vez) a los lectores del libro, pero que hará revivir las mejores situaciones del quinto curso en Howards.
Por un lado, tenemos que una especie de adaptación resumida de la película (a pesar de que el juego puede llevar unas ocho horas en ser terminado) con los momentos claves, que a su vez es un resumen de la trama del libro. Este pequeño detalle, hace que el jugador necesite tener conocimientos de esta última entrega para seguir la evolución de las aventuras, explicadas de manera muy breve en las secuencias del juego. La personalidad de muchos personajes, especialmente los nuevos, se consigue por aquellos detalles descritos en el libro, no tanto por el esfuerzo de la desarrolladora de la aventura. Las secuencias cinemáticas de la trama, son por tanto, muy poco desarrolladas y simplemente a modo de guía para que el jugador sepa en que punto de la historia se encuentra, no para explicarla. Un punto negativo teniendo en cuenta que es un título con la licencia oficial.
El sistema de juego en Harry Potter y la Orden del Fénix es probablemente lo que se espera de una adaptación como esta. Nuestro protagonista (la mayor parte del tiempo, Harry Potter) deberá resolver pruebas y lo que podríamos denominar misiones, divididas en capítulos, que deberemos completar de acuerdo con la historia original.
Hogwarts es grande, enorme. Uno de los grandes retos superados en este juego es haber conseguido la impresión de estar realmente en un castillo adaptado a lo que podría ser un internado. No todos los lugares están siempre accesibles, y eso resta exploración, especialmente cuando notamos que el juego esconde cierta linealidad en los objetivos. De gran ayuda es el Mapa del Merodeador, conocido por los seguidores de la saga, un plano accesible en todo momento en el que indicar nuestra próxima visita; a diferencia que en el mapa descrito por Rowling, en este caso las huellas serán visibles en el propio juego y nos servirán de guía indicando como llegar al punto indicado.
Parte esencial del juego son los inevitables conjuros, que realizaremos por medio de sencillas órdenes. Con el botón R desenfundamos la varita, y nuestro personaje cambia a posición de ataque, momento en el realizaremos conjuros, normalmente uno o varios botones. Este control funciona bien en la mayoría de ocasiones, pero no es raro encontrarse con algún problema con las combinaciones de botones. Un pequeño tutorial al inicio del juego nos pondrá a prueba y obligará a aprender el momento en el que se deben hacer las acciones.
Los conjuros varían desde los más peligrosos para los ataques contra enemigos a los más inofensivos, dedicadazos a tareas como empujar, atraer y reparar objetos. El listado de todos ellos puede visualizarse pausando el juego y no requiere gran esfuerzo memorizarlos, especialmente si se es conocedor de la jerga y nombres que se le da a cada magia.
Muchos objetivos consisten normalmente en ir de un sitio a otro con la intención de ir a clase, crear reuniones secretas o hablar con un personaje concreto. En estas búsquedas disfrutaremos principalmente por los entornos a través de esos lugares que hemos contemplado en las películas. Sin embargo, este constante recorrido por los pasillos, casi una visita virtual a Hogwarts, resulta siendo muy repetitivo, y apenas incorpora algunas tareas para hacerlo más entretenido, consistentes la mayoría en recolectar publicidad negativa contra Harry Potter y algunas peleas contra alumnos de casas rivales.
Más entretenidos resultan los puzzles que requerirán de nuestra magia aprendida hasta el momento, y algo de intuitiva. Por ejemplo, uno de los primeros consistirá en alcanzar un libro situado en una parte inaccesible, para lo cual será indispensable hacer uso del mobiliario de la sala. Su dificultad no es elevada, pero requiere algo de inventiva relacionando nuestros poderes y el entorno.
Se incluye un modo multijugador (que incluso permite entrenarse contra la inteligencia artificial de la consola) ad-hoc con duelos de magia en varios escenarios. Un extra que pondrá a prueba la habilidad de atacar y cubrirse frente a un amigo, aunque la simpleza de estos combates (la misma que en el juego principal) lo convierte en un entretenimiento de corta vida. Se echa en falta un algo alternativo diferente al modo historia, como partidos de Quidditch (el juego de escobas voladoras), presente en otras versiones portátiles.
Harry Potter y la Orden del Fénix no es un mal título, se encuentra a un nivel algo superior al de otras adaptaciones de cine a videojuego, pero sin el éxito mediático carece de peso necesario para convertirse en un título esencial. Los seguidores de Harry Potter y usuarios poco exigentes encontrarán una aventura con toques de puzzle y algo de acción (muy sencilla y limitada a lanzar conjuros) sin grandes complicaciones, que por otra parte, probablemente sea lo que busque el comprador de esta entrega.
Las texturas, variadas y muy detalladas (en su mayoría, aunque encontramos algunas diferencias entre objetos que chirrían) recrean los suelos y paredes de piedra de Hogwarts de la mejor manera posible en PSP. Se han incluido numerosos detalles, como el césped animado de algún jardín interior mediante el uso de varias capas, destellos de luz a través de ventanas, y un gran horizonte en algunos exteriores. Las magias cuentan con efectos de luces y transparencias bastante llamativas en la consola.
Generalmente, encontramos algunos estudiantes en los escenarios del castillo, nunca en grandes números, pero si lo suficiente como para mantener algo de vida en los pasillos. Pocos o ninguno de ellos ofrecerá interacción o diálogo, salvando aquellos personajes clave que ofrezcan pistas o un nuevo objetivo.
Las secuencias cinemáticas creadas con el motor gráfico pegan de una captura de movimientos muy simple. En ocasiones, los tres protagonistas hablarán en una posición bastante rígida, apenas gesticulando con la cabeza de forma similar a algunos títulos de la PlayStation original. Tampoco encontraremos gestos faciales al hablar.
Los vídeos han sido creados por ordenador y los personajes guardan gran parecido con sus versiones reales de las películas, al menos en cuanto a modelado. Los gestos una vez más parecen bastante simples y carentes de vida, además de ser extremadamente cortos y apenas arañar lo que es la trama. Por lo tanto, se sigue la tónica de anteriores adaptaciones de Harry Potter, sin vídeos extraídos directamente del estreno cinematográfico, para bien o para mal.
Mención aparte para el excelente uso de físicas en los objetos, que sufrirán caídas y rebotes realistas con nuestras acciones, en especial con el conjuro de levitación.
Todo este despliegue visual tiene una contraprestación en el rendimiento del motor gráfico, que hace comprometer la fluidez. No encontramos bajones importantes, pero el juego siempre corre a una velocidad menor que muchos otros títulos de la consola, lo que denota que no se ha pulido la conversión o que se ha optado por una versión algo ambiciosa, al menos para la velocidad actual de la consola.
El doblaje de los personajes corre a cargo de las voces conocidas de las películas anteriores, toda una ventaja (al menos para quienes se acostumbraron a ellas) frente a la entrega en pantalla grande del mismo título, cuyos problemas han impedido la continuidad de algunas voces clave.
Las músicas, extraídas del film, gozan de gran calidad, aunque no siempre estaremos escuchando una melodía en nuestra aventura.
Por un lado los combates con magia resultan demasiado simples, y no es difícil acabar con los enemigos abusando únicamente de un solo ataque y caminando en círculos para evitar ser dañado, y por otro, gran parte del juego lo invertiremos en pasear de un sitio a otro, casi a modo de recadero resolviendo problemas de estudiantes. Los puzzles resultan más satisfactorios (y muchos de ellos son nuevos, no se resuelven de una manera ya descrita en el libro), y la lograda ambientación compensan en parte los defectos.
Un juego para fans del mago sin grandes exigencias.