Análisis de Castlevania: The Dracula X Chronicles (PSP)
La verdad es que con dos entregas de la saga Castlevania aparecidas para Nintendo DS, PSP empezaba a echar en falta su dosis de Drácula de mano de Konami, pero es esto algo que ha sido finalmente solucionado con un recopilatorio que presenta dos de los juegos más valorados por los seguidores, en un único disco. El valor de la recopilación es más importante de lo que puede parecer ya que, pese a incluir sólo dos juegos, uno de ellos es el inédito por estas tierras Rondo of Blood, al que se suma también Symphony of the Night.
De esta manera, se nos presenta el juego original de TurboGrafx CD junto al original de PlayStation en Castlevania: The Dracula X Chronicles, nombre que tiene mucho más sentido en japonés, dado que los nombres nipones de ambos juegos son Akumajou Dracula X: Chi no Rondo y Akumajou Dracula X: Gekka no Yasoukyoku.
El contenido de este disco consiste en una versión revisada en cuanto a gráficos de Rondo of Blood, la versión original del juego, y la versión original de Symphony of the Night, si bien es cierto que tiene pequeños cambios aquí y allá para perfilar algunos aspectos jugables.
Lo más curioso va a ser que el título trata tanto a Symphony of the Night como al Rondo of Blood original como simples extras, algo que ya comentaremos por extenso. Primero veamos qué tiene que ofrecernos Castlevania.
Lo más destacado es la versión revisada de Rondo of Blood, claro, juego central de la recopilación: un juego de acción y plataformas de desarrollo horizontal en el que nos enfrentamos a las hordas de enemigos de Drácula. Se trata de un juego intenso, con una dificultad elevada, lleno de enemigos (algunos de ellos enormes y muy duros) y saltos que hay que medir con gran precisión. En este sentido, está claro que pese a que el lavado gráfico es impresionante (con diseños tridimensionales para una jugabilidad bidimensional), estamos ante un juego de los de antes, es decir, mucho más difícil que lo que vemos en los estándares actuales. Su curva de dificultad, de hecho, es muy acentuada e incluso se notan notables "escalones" en los que ésta se ve aumentada repentinamente.
En la actualidad, los juegos están diseñados para ser mucho más accesibles y fáciles, para no frustrar a los jugadores y buscando, de hecho, que su duración se vea incrementada por contenidos adicionales, modos de juego extra o el desbloqueo de mayores niveles de dificultad. Bueno, y en ocasiones nada de eso. Sin embargo, hace unos años (y tampoco tantos) todo eso eran fruslerías, y los juegos eran largos porque eran difíciles y rejugables, es decir, había que jugarlos una y otra vez para superar los obstáculos que nos salían y bloqueaban el avance.
Por eso, hay que tener presente que la revisión de Rondo of Blood no pretende ser cándida con los novatos: es un juego tan exigente como entonces, difícil casi desde el primer momento, y que desesperará a quienes no estén dispuestos a afrontar un reto como éste. A nosotros, la verdad, el sabor añejo de este concepto jugable nos sigue gustando, pero somos conscientes de que puede plantear problemas serios a jugadores que no quieran enfrentarse a bloqueos y obstáculos "casi imposibles" que le harán empezar el nivel otra vez desde el principio, ya que hay muy pocos puntos de control.
La estructura del juego es la misma, claro, en el original y en la revisión del título: avanzamos mientras eliminamos a los enemigos y salvamos los diferentes peligros para llegar al final del nivel, donde un enemigo final nos espera. Es la estructura más clásica de la serie, antes del paso y giro a la aventura con importantes componentes de exploración y desarrollo no lineal que se introdujo más adelante. Eso sí, hay que tener en cuenta que el juego tiene bifurcaciones en su desarrollo de niveles, por lo que en ese sentido podemos tener experiencias diferentes en nuestras partidas si vamos cambiando el desarrollo de nuestro paso por ellos.
Sin embargo, lo cierto es que una vez dominado el juego descubrimos que es una experiencia algo corta, pero intensa. Como decíamos antes, esto es herencia directa de su época y no nos parece un inconveniente, sino una característica propia y definitoria del producto. Lo curioso es que como contenidos adicionales se nos ofrece la posibilidad de desbloquear la versión original de Rondo of Blood y el título de la era 32 bits Symphony of the Night.
La versión original de Rondo of Blood, evidentemente, nos pone otra vez en la piel de Richter Belmont en su lucha contra el vampiro, con el objetivo de rescatar a Annette y destruir para siempre a la amenaza a la que ya se enfrentó su antepasado, Simon. Cuando accedemos al original, podremos empezar a apreciar los cambios que ha sufrido la industria en tan pocos años a través de sus ocho niveles (no contamos el prólogo, jugable pero especialmente breve).
El sistema de lucha nos invita a usar el clásico látigo de los Belmont, el Vampire Killer, con la posibilidad de usar también un arma secundaria. Sólo podremos llevar una encima (se recogen por el escenario, destruyendo enemigos o velas), y van desde cuchillos que podemos lanzar a distancia, hasta agua bendita... también para lanzar a distancia. De hecho, la función esencial de estas armas es atacar sin tener que acercarnos tanto a los enemigos, y cuanto más poderosas son más restrictivo es su uso por el consumo que representan. Además, su trayectoria y efecto también es diferente, por lo que el jugador tendrá que buscar cuál se adapta mejor a su estilo de juego o a las circunstancias y situaciones de cada fase.
No podemos dejar de hablar de este título sin recordar que hay un segundo personaje jugable al que podremos escoger desde la pantalla del menú si la liberamos. Se trata de un personaje interesante, que usa otro tipo de movimientos y que resultará interesante para los aficionados. Eso sí, habrá que buscar bien para dar con ella y poder usar sus habilidades.
Una de las cosas que menos nos convence del recopilatorio es que Symphony of the Night tiene que ser desbloqueado, cuando, sin duda alguna, aporta suficiente contenido y tiene suficiente valor como producto independiente como para que sea la razón principal para que alguien se haga con este disco. Por eso nos resulta un poco extraño que haya que rebuscar por el desarrollo del remake de Rondo of Blood para acceder a él. Desde luego, resulta poco menos que un poco extraño.
En Symphony of the Night controlamos al hijo de Drácula, que despierta de su letargo para derrotar a su padre y evitar que destruya a los humanos. En el castillo de Drácula conoce a María Renard, quién será nuestra aliada durante el juego y que se encuentra allí buscando a Richter Belmont, un cazavampiros misteriosamente desaparecido que derrotó cuatro años antes al vampiro en, claro, Rondo of Blood. De hecho, la escena que abre el juego es el desenlace del propio título.
En este juego el desarrollo es mucho más aventurero, con un importante componente de evolución del personaje mediante estadísticas, poderes y objetos, así como un extenso y laberíntico mapeado lleno de secretos que nos obligará a inspeccionarlo todo con suma atención. Diseñado para PlayStation One y Saturn, su control se ha adaptado muy bien a la consola portátil, aunque para conocer con un poco más de profundidad sus virtudes os recomendamos el análisis de la reciente edición para Xbox Live Arcade, aunque prescindía de cinemáticas.
Al fin y al cabo, si quiere sacarle todo el jugo no le quedará más remedio que jugar mucho a Rondo of Blood, descubrir sus secretos... y con eso lo que conseguirá será acceder al extenso y profundo Symphony of the Night, que esconde todavía más secretos y contenidos adicionales una vez lo hayamos incluido para invitarnos a rejugarlo un par de veces más.
Gráficamente atractivo tanto en el caso del remake como con los clásicos sprites de Symphony of the Night, y absolutamente clásico en el caso del Rondo of Blood original, todo su apartado técnico acompaña dentro de lo que son sus funciones, siendo el broche definitivo a una de las mejores opciones dentro del catálogo de la portátil.