Análisis Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse, una versión que por fin llega a España (PS5, Switch, Xbox Series X/S, Xbox One, PS4, PC)
Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse llega por primera vez a España –y Occidente en general- desde su debut en 2008 para Wii. Forma parte de la revitalización de la saga que está llevando a cabo Koei Tecmo y que incluye la producción de una película o el remaster de Project Zero: Maiden of Black Water en 2021; imaginamos que todo esto va dirigido a lanzar una nueva entrega original, pero por el momento la editora no ha revelado más detalles.
Mask of the Lunar Eclipse, conocido en su momento por Project Zero 4 o Fatal Frame 4, es un survival horror que estuvo cerca de salir de Japón pero se quedó a las puertas, lo que multiplica el valor de este relanzamiento; no es solo que llegue a sistemas modernos y con ligeras mejoras gráficas, sino que para muchos será la oportunidad de descubrir un juego "perdido".
Un terror "inolvidable"
En nuestras impresiones ya os hablamos de este Project Zero en el que participó Goichi "Suda51" (No More Heroes, Lollipop Chainsaw) en una colaboración que implicó a Tecmo, Grasshopper Manufacture y Nintendo, que durante años financió y codesarrollo esta saga en sus consolas; tiempo después, Koei Tecmo recuperaría los derechos de su publicación. La historia nos habla de la desaparición de unas jóvenes durante el festival Rogetsu Kagura, y aunque fueron rescatadas, su vida ha cambiado por completo: han perdido la memoria. Atormentadas por este incidente, dos de las chicas mueren asesinadas y el resto se propone volver a esta misteriosa isla para saber qué pasó realmente en el lugar, aunque no sea una tarea precisamente segura.
A lo largo de Mask of the Lunar Eclipse controlaremos a diversos personajes con un gameplay clásico en Project Zero/Fatal Frame, es decir, exploración en tercera persona para resolver puzles con mecanismos u obtención de llaves que nos permitan avanzar en la historia. Pero, para desgracia de los visitantes de este lugar, la zona rebosa espíritus y muchos son hostiles.
Aquí entra en juego la Camera Obscura –no será el único equipamiento del juego para evitar el peligro, pero dejaremos la sorpresa para quienes aún no lo han jugado- , una cámara fotográfica que permite tomar instantáneas de espectros pacíficos para sumar puntos –la moneda del juego- o dañar fantasmas agresivos. La acción pasa a primera persona y según el ángulo, carrete u otras mejoras que se aplican a la cámara, este daño será mayor o menor. El juego premia determinados momentos, como la fotografía cuando el espectro nos ataca, así que es un sistema que recompensa al jugador que arriesga.
Esta es la base de Mask of the Lunar Eclipse y de la saga. Esta entrega no es la mejor –el consenso suele coincidir en que ese honor es para Project Zero 2- pero tampoco de las más flojas. Si hablamos únicamente del aspecto de terror, Mask of the Lunar Eclipse se decanta por lo psicológico, no es uno de los Project Zero más explícitos, lo cual puede ser más o menos efectivo dependiendo de cada jugador. Sí le perjudicó mucho el control por movimientos, que en este relanzamiento se ha adaptado –aunque todavía permite usar el sensor, en las plataformas que dan la opción, para los disparos con la Camera Obscura- y el resultado es algo mejor y coherente con el resto de la serie, pero con muchos matices. La velocidad de movimiento se hace extremadamente lenta -la carrera aquí equivale a andar en cualquier otro juego-, y la cámara tiende a volverse un poco loca en los espacios estrechos, que son la mayoría.
Es cierto que estas particularidades del gameplay contribuyen al terror, pero recomendamos tener claro de qué se trata esta versión: un remaster, no un remake al estilo de los últimos Resident Evil. Koei Tecmo no ha modernizado casi nada de un juego que delata su origen en más aspectos que el gráfico, algo que por una parte tiene cosas buenas –el planteamiento de survival horror tradicional, por ejemplo- pero también malas, como esta incomodidad que nos hace luchar contra los espíritus y el propio pad en los momentos de más tensión, algo a veces muy frustrante.
A decir verdad, sí hay unas escasas novedades en este remaster. Está el modo fotografía, con las típicas opciones de filtros, marcos, ajustes de desenfoque, etc. que puede ser útil en combinación con los nuevos trajes para desbloquear. Ya os contamos la opinión en la anterior toma de contacto: son curiosos para fans y coleccionistas, pero hay muchas apariencias que simplemente nos sacan de la temática; pasear entre fantasmas en bikini convierte esta elegante historia de terror nipón en una producción erótico-festiva de serie B.
El otro cambio del juego, además del control, son las modificaciones en gráficos. No solo mejora la resolución y rendimiento, los personajes han recibido un lavado de cara para que ganen detalle, acercándose más a Maiden of Black Water. También se modifica la iluminación y la paleta de colores, más fría, que cambia un poco la sensación del juego pero solo si has disfrutado de la versión original. Koei Tecmo sabe que la mejora en calidad de imagen no es necesariamente algo positivo en este juego, y es por eso que han aplicado efectos de ruido y suciedad para que poner un pie en una habituación mal iluminada nos haga ser cautos. Nos habría gustado que mantuviese la dirección artística de la primera versión –todavía más asfixiante-, pero esta no es necesariamente peor, solo distinta.
Ahora bien, la mejora visual no llega por igual a todos los gráficos, y los escenarios todavía están algo vacíos, con geometría simple y sobre todo unas texturas pixeladas que confirman que no hay mucho retoque en el entorno. Al tratarse de una aventura con vista en primera persona durante muchos instantes o con cambios de cámara al abrir puertas todas las superficies –paredes, cuadros, decoración…- dan una impresión un poco pobre en las distancias cortas, y es algo que vamos a ver constantemente. No es que sea un fallo grave si sabemos la ambición y pretensiones de esta remasterización: maquilla el aspecto, pero sigue estando por debajo de lo visto de su secuela y es inevitable ver el salto de calidad entre distintos elementos gráficos.
Conclusiones
Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse es un buen juego de terror y aunque el paso del tiempo se hace notar en gráficos, control –incluso si mejora la versión original- y diseño, sus virtudes son tan efectivas como el primer día: la sensación de inseguridad permanente, la ambientación y los trucos para aterrorizar. Aportó algunas mejoras a la fórmula de la saga que en su día fueron interesantes y en definitiva, cualquier fan de Projet Zero debería jugarlo; desde luego no es ese nuevo que muchos esperan desde hace casi una década, pero para el público occidental que no lo jugó esta remasterización es una oportunidad perfecta para descubrirlo.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado Renaissance PR.