Análisis Crow Country, terror de la vieja escuela con gráficos de otra época (PS5, PC, Xbox Series X/S)
Recientemente hablábamos del survival horror «neoclásico», con Resident Evil recuperando la fórmula clásica y dándole un toque moderno. Pero ¿y si preferimos un survival horror clásico de verdad? Bueno, gracias a desarrolladores independientes como SFB Games tenemos la opción de volver a disfrutar del género como si estuviéramos a mediados de los años 90 otra vez.
Volviendo a los orígenes
Crow Country es un survival horror de la vieja escuela inspirado por los clásicos como los primeros Resident Evil. Esto, obviamente, se traduce en exploración, puzles, llaves y combate, mientras vamos descubriendo una macabra historia que nos da más información sobre los eventos que rodean al parque de atracciones en el que transcurre la historia. Si os gusta el terror de la vieja escuela, aquí os vais a encontrar como en casa.
La aventura nos pone en la piel de Mara Forest, una agente que viaja hasta el mencionado parque y se ve involucrada en la historia de Edward Crow, fundador del parque. Según avanzamos, iremos desbloqueando nuevas zonas, conociendo a nuevos personajes, consiguiendo nuevas armas, etcétera. En lo jugable no hay muchas sorpresas si lo comparamos con los pioneros del género (más allá de, quizás, la posibilidad de apuntar libremente), aunque sí hay un elemento que nos ha gustado mucho: la exploración del escenario con la cámara. Nos explicamos.
A pesar de lo que veis en estas imágenes y que os pueda dar la sensación de que son escenarios prerrenderrizados, todo lo que vemos es en tres dimensiones renderizado en tiempo real y podemos mover la cámara libremente en cualquier momento. Esto, que podría parecer anecdótico, tiene bastante importancia, ya que hay un montón de objetos y elementos con los que interactuar escondidos en todas partes. Estamos acostumbrados a cámaras fijas para este tipo de juegos, y si bien es cierto que sólo se puede girar y no mover más arriba o abajo, el tener que ir mirando con la cámara si hay algo de interés a nuestro alrededor, le ha aportado un elemento de exploración muy sencillo pero que nos ha gustado mucho, y más teniendo en cuenta que todo está repleto de notas, recursos y secretos casi en cada esquina.
Algo muy interesante es su aproximación al combate. Es opcional casi en todo momento. Obviamente, vamos a encontrar jefes o enemigos que nos bloquean el paso y a los que tendremos que atacar, pero la inmensa mayoría del tiempo podemos, simplemente, esquivarlos. Claro que, si no los matamos, irán apareciendo cada vez más y más fuertes, por lo que movernos por los escenarios se complica, lo que crea una interesante mecánica que, cuando menos, nos permite gestionar los recursos para cuando más los necesitamos.
Además de sus simples pero excelentes bases jugables, tenemos unos puzles que nos han parecido muy bien diseñados. Sin ser demasiado fáciles ni demasiado difíciles, nos han resultado muy auténticos y, casi como el resto del juego, podrían haber salido perfectamente de un survival horror desarrollado en los años 90. Esto, unido a los «paseos», las pistas (no las explícitas, aunque también hay un sistema para pedir hasta diez pistas) para progresar y cómo se va abriendo y conectado todo el escenario nos ha dejado unas sensaciones fantásticas.
La única pega que le podemos poner es que depende en exceso de las notas. Entendemos por qué lo hace, ya que ofrece un registro para que podamos consultar cualquiera de los detalles que aprendemos a través de estas, pero nos pasamos mucho tiempo leyendo y llega a empeorar el ritmo de una aventura bastante bien medida. Como nota, nos ha durado unas cinco horas y media, que dependerá de lo que exploréis, si os paráis a combatir y de cuánto tardéis en resolver los puzles, y nos ha parecido una duración perfecta.
Terror en... ¿Midgar?
Ya lo comentábamos más arriba, pero visualmente Crow Country nos ha parecido muy interesante. Es increíble lo bien que recrea esos gráficos de escenarios prerrenderizados con personajes en tres dimensiones que recuerdan, inevitablemente a Final Fantasy VII... con la diferencia de que los escenarios también están renderizados en tiempo real. Todo ello, con unos efectos de postprocesado que recrean las bajas resoluciones de la época y que le da un resultado fenomenal. Obviamente, no es un juego puntero, pero es que ni lo busca ni lo necesita. Gran parte de su carisma viene de esa estética clásica con la «sorpresa» de poder girar la cámara.
En lo sonoro es bastante más discreto, y, aunque también cumple su cometido sin problemas, es algo que en los juegos de terror nos gusta ver potenciado para mejorar la atmósfera. Como última nota, nos llega bien traducido a nuestro idioma (aunque con errores que nos hacen pensar que ha sido «a ciegas», es decir, sin que los traductores vean el juego, sólo el texto), por lo que es algo de agradecer cuando hay tantas notas que leer.
Sobrevive al miedo como en los años 90
Como fans del survival horror clásico, Crow Country nos ha encantado. Es, seguramente, uno de los juegos que mejor capturan la esencia del género en la época de PlayStation desde Tormented Souls, con un diseño artístico que nos ha encantado. No esperéis nada que reinvente la rueda, pero si echáis de menos ese terror que hoy en día no es tan popular como hace unas décadas, Crow Country es un título más que recomendable y muy entretenido y disfrutable de principio a fin.
Hemos realizado este análisis en PlayStation 5 gracias a un código de descarga proporcionado por Neon Hive.