Análisis de The Last Remnant Remastered (PS4, Switch)
La historia de The Last Remnant con las consolas de Sony es casi tan interesante como el propio juego. En plena crisis del rol japonés y con una Square Enix sufriendo más de la cuenta en el desarrollo de Final Fantasy XIII –no digamos ya Final Fantasy Versus XIII- la compañía se atrevió con un RPG completamente nuevo: The Last Remnant, creado por un equipo con experiencia en SaGa y Final Fantasy.
Mientras la compañía luchaba por pulir su tecnología propia, Square Enix apostó por Unreal Engine 3 –de hecho era su primer título con este motor multiplataforma-. La compañía esgrimió razones económicas, de tiempo de producción y experiencia -no necesitaba muchos programadores-, pues con esta licencia de Epic Games podían comenzar a trabajar rápidamente en el juego. Si bien la compañía no explotó Unreal Engine 3 con muchos más juegos, no podemos olvidar que ha confiado en Epic para su esperado Kingdom Hearts III.
The Last Remnant fue anunciado para Xbox 360, PlayStation 3 y PC. Primero llegó a la consola de Microsoft en noviembre de 2008 y unos meses más tarde en PC, con ciertas mejoras como la integración del contenido descargable, pulido gráfico, modo turbo y Nueva Partida+. ¿PlayStation 3? Durante años no se canceló oficialmente, pero el juego no se convirtió en un éxito comercial que justificase el trabajo en esta versión –que además requería algo más de trabajo debido a su complejidad-. Otros lanzamientos de más renombre como el citado Final Fantasy XIII hicieron que poco a poco The Last Remnant quedase olvidado. Hasta ahora.
No son pocas las desarrolladoras japonesas que están remasterizando algunos de sus clásicos de la pasada generación, quizás aprovechando que ahora el mercado vuelve a mostrar su interés en el género. Ya sea Shining Resonance Refrain, Tales of Vesperia o Star Ocean: The Last Hope Remaster de la propia Square Enix, parece un buen momento para dar una nueva oportunidad a The Last Remnant, que no es precisamente el mejor RPG de la compañía, pero sí encontrará nuevos consumidores que quizás se lo perdieron hace una década.
Reliquias del pasado
El protagonista de esta historia es el joven Rush Sykes, quien queda atrapado en un conflicto bélico en plena búsqueda de su hermana Irina, secuestrada por extrañas criaturas. A partir de aquí comienza una aventura repleta de magia, tecnología, ambiente de fantasía medieval y poblaciones con diversas razas. Os recomendamos el análisis de su versión en Xbox 360 o de PC para información más detallada.
Uno de los aspectos más característicos de The Last Remnant y que merece recordarse es su sistema de combate, por turnos y con comandos, pero diseñado para luchas más numerosas –y algo más complejas- que el habitual Dragon Quest. De esta manera podemos controlar unidades o grupos que actúan según nuestras órdenes –atacar, actuar a su gusto, etc.-, dando un tono épico y dinámico que encaja muy bien en la temática de su historia, y añade un toque estratégico –afectan los daños por flancos o retaguardia-. Incluso tenemos un sistema de moral que cambia según el progreso de la lucha.
Estos combates son originales dentro del rol japonés, y es una lástima que la propia Square Enix no haya evolucionado el concepto puliéndolo en otras sagas. No es que sea increíblemente divertido, de hecho durante muchas horas nos parecerá poco intuitivo –o menos que los turnos tradicionales- o automático, pero es bastante positivo jugar a un RPG que no esté contaminado de sistemas más enfocados a la acción y que a la vez pruebe algo diferente, priorizando la obtención de unidades –completando misiones, por historia, reclutando-, la gestión de estos grupos y su efectividad.
Remastered
The Last Remnant no fue un juego demasiado conocido, y de hecho se recuerda más por la polémica de esfumarse en PS3 que por cosechar una legión de fans. Es por eso que la remasterización en este caso tiene más sentido que otras que hemos visto últimamente: ahora podría encontrar nuevo público, incluyendo aquellos que deseaban jugarlo y no tuvieron oportunidad.
La versión se basa en la vista en PC y añade sus propias novedades. Por ejemplo, uno de los defectos en su lanzamiento original era el tiempo de las batallas, que en ocasiones excedían la media habitual del género. Ver cómo se suceden los ataques automáticos de nuestras unidades y el enemigo en ciertas batallas con múltiples personajes termina por hacerse engorroso, y al hablar de una aventura de muchas horas, cansa. Por suerte existe un modo turbo que acelera la acción y permite ahorrar tiempo, sobre todo cuando tenemos ya un equipo bien configurado, tanto en luchas como en exploración.
La alta definición y una mayor estabilidad que en Xbox 360, donde el juego sufría ralentizaciones, carga de texturas tardías y otros problemas gráficos que afeaban la experiencia, hacen que el juego sea mucho más agradable de jugar ahora. Pero The Last Remnant Remastered no es una simple subida de resolución sin más. Una de las novedades de su salto a PlayStation 4 es la actualización del motor Unreal Engine 3 –y en una versión algo anticuada- a Unreal Engine 4.
La nueva tecnología y la consola actual permiten que luzca mejor que nunca -visiblemente mejor que en PC-, aunque el resultado diríamos que está todavía en un paso intermedio entre la generación pasada y la actual; no se puede comparar en ningún caso a la calidad visual de la mayoría de lanzamientos de PS4, pero diríamos que los valores de producción son superiores a los de sagas como Atelier y JRPG de Compile Heart. No es que Square Enix haya rehecho texturas y modelados, es simplemente que la nueva iluminación, ajustes en el contraste, pequeños retoques en la interfaz y efectos de desenfoque dan un lavado de cara interesante dentro de que la dirección artística es un tanto irregular, con un color más vivo y mejores contrastes.
Conclusiones
The Last Remnant Remastered está lejos de ser un clásico del género, tiene una plantilla de personajes –comenzando por su protagonista- muy poco inspirada y no siempre explica bien sus sistemas, pero para quienes busquen un RPG por turnos diferente a lo que encontramos hoy día en el mercado no es una mala opción.
Teniendo en cuenta que el rendimiento en consola había sido uno de los aspectos más criticados del original, la remasterización es la mejor manera de disfrutar este RPG poco conocido de Square Enix, imperfecto pero disfrutable.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Square Enix.