Análisis de Tekken 7 (PS4, Xbox One, PC)
Llevamos tantos años hablando sobre Tekken 7 –por su debut en salones recreativos, en 2015- que parece mentira el tiempo que ha pasado desde la última entrega en consolas domésticas, Tekken Tag Tournament 2 en 2012 -Tekken Revolution de 2013 no deja de ser una versión free to play-. Y si excluimos ese dream match con una abultada plantilla, el último capítulo principal –Tekken 6- ronda los ocho años de antigüedad.
Tekken 7 llega en un momento dulce para el género, al menos en cuanto a oferta. Si hace unos días con motivo del lanzamiento de Guilty Gear Xrd Rev 2 repasábamos la cantidad de versus disponibles, ahora se suma una de las sagas más importantes y veteranas de la lucha 3D. Se podría decir que sólo quedan por unirse a la fiesta Soul Calibur y Virtua Fighter para cubrir prácticamente todos los gustos.
No obstante su larga maduración en arcades ha sido beneficiosa, y mucho. Nos llega un juego de lucha que ha pasado por equilibrios, que aumentó el contenido de escenarios y personajes con la actualización Fated Retribution, y ahora en consolas –y por primera vez, PC- trae algunos nuevos modos entre los que se incluye la historia más ambiciosa de la saga. Casi se podría pensar que el equipo de Katsuhiro Harada aprendió la lección del prematuro lanzamiento de Street Fighter V para asegurar que el comprador estará más que satisfecho desde el primer minuto de compra. Sí, hay algunos contenidos descargables anunciados, pero difícilmente alguien tendrá la sensación de recibir un juego a medio hacer.
Una plantilla con muchas novedades
Los Tekken Tag Tournament reúnen a prácticamente a todos los personajes de la saga, pero salvando el modo por equipos que da nombre al juego, no suponen una novedad drástica en materia jugable. Hay retoques en movimientos, combos y algún luchador extra como novedad, pero las revoluciones llegan con las entregas numeradas. Tekken 7 cumple con este requisito y vuelve a hacer una limpieza en la plantilla, manteniendo las caras más conocidas –por carisma y número de jugadores- más unos puñados de combatientes de aspecto y estilos variados.
Por la parte de los retornos tenemos a Alisa, Asuka Kazama, Bob, Bryan Fury, Devil Jin, Eddy, Feng Wei, Heihachi, Hwoarang, Jin, Kazuya/Devil Kazuya, King, Kuma, Lars, Lee, Leo, Lili, Xiaoyu, Law, Miguel, Nina, Panda, Paul, Dragnov, Steve Fox y Yoshitmisu. También la vampira Eliza –del Tekken Revolution-, que si bien no es nueva, prácticamente lo será para una gran cantidad de jugadores; eso sí, disponible primero con las reservas del juego y más delante de pago-. Lamentar la incomprensible ausencia de Roger Jr. no por decisión libre del equipo, sino por la polémica con cierto vídeo de maltrato animal.
Es posible echar en falta algunos veteranos que, esperamos, sean añadidos en un futuro. El más demandado es Lei Wulong, el policía y maestro de kung-fu que no se había perdido ningún juego desde su debut en Tekken 2, pero también nos acordamos de Marduk, Zafina, Bruce o Mokujin -que toma aleatoriamente los movimientos de otro personaje-. Sin embargo, es un daño colateral de las citadas entregas principales; recordemos las purgas de Tekken 3 y 4 pare introducir nueva sangre en su selección.
Estos personajes han sido renovados, y aunque en líneas generales se controlan de manera similar a lo que estamos acostumbrados, una vez más habrá que aprender combos y nuevos movimientos.
Pero también aparecen bastantes luchadores dispuestos a competir con tus favoritos de la saga, y la mayoría no son simples reemplazos a otros conocidos, traen nuevas artes marciales que no se habían visto en Tekken.
Uno de los reclamos de Tekken 7 ha sido Akuma, antagonista clásico de Street Fighter que entra por la puerta grande en el juego y la historia oficial de la saga. Mantiene el lanzamiento de proyectiles, no muy habitual en Tekken, con el que compensa su baja velocidad y el limitado rango de muchos de sus movimientos en la serie de Capcom –patadas giratorias, ganchos-. El control, por supuesto, está adaptado al de Tekken 7, por lo que ningún aficionado lo encontrará demasiado extraño a la hora de jugar.
El ninja Raven es sustituido por Master Raven. En este caso sí podemos hablar de una sustitución; no es completamente nueva porque el estilo es similar, pero su personalidad deja huella en nuevas técnicas. Al igual que Raven, un personaje rápido que confunde a sus oponentes con combos a diferentes alturas.
La brasileña Katarina Alves nos recuerda por su aspecto a Christie Monteiro –en Tekken 7 tenemos a Eddy-, pero su estilo tiene poco que ver con la capoeira: el savate. Es muy buena con brazos y piernas, recuerda vagamente al Jeet Kune Do de Lee, y se desarrolló pensando en los novatos. En definitiva, un personaje al que es fácil sacar su potencial desde nuestra primera toma de contacto.
Claudio Serafino es una misteriosa incorporación con poderes mágicos. La verdad es que su estilo no es de los más vistosos y no parece demasiado inspirado en artes marciales reales, pero en la práctica eso poco importa; es rápido y muchas de sus patadas están pensadas para elevar al rival, lo que permite iniciar demoledores combos.
Lucky Chloe gustará a los fans de los movimientos más exuberantes. Despliega giros y saltos dignos de bailes callejeros –tipo hip hop-, y aunque tenemos serias dudas de su efectividad como arte marcial real, no tiene nada que envidiar a Eddy en cuanto a agilidad. Su mejor arma: los contrincantes que no conocen sus ataques no sabrán ni por dónde viene cada golpe.
Shaheen es la respuesta de Tekken a la comunidad de aficionados árabes, como lo fue Rashid en Street Fighter V. También es apto para los novatos por sus combos fáciles y dominio de las piernas –patadas giratorias, piruetas y deslizamientos por el suelo-. Sin duda uno de nuestros favoritos de la nueva oleada.
Josie Rizal combina kickboxing y eskrima –en su variante defensiva, más que la orientada a armas-, dos estilos que dan como resultado algo similar al Yaw-Yan, muy preparada para contraatacar los ataques fallidos de sus rivales. No conviene subestimar a Josie pese a su inocente aspecto.
El aspecto de Gigas no deja lugar a dudas, está pensado para los usuarios que se decantan por la fuerza bruta, embestidas y puñetazos demoledores. Puede que la ausencia de Marduk esté justificada por Gigas, que es una versión más brutal y salvaje de sus movimientos.
Gigas no borra del mapa a otro luchador mecánico, Jack-7. Aunque es catalogado por nuevo, evidentemente no lo es, se trata del nombre para el clásico Jack, un robot lento, poco ágil y flojo con las piernas, pero letal con sus enormes brazos. Un usuario experto en Jack-7 mantendrá a su oponente a raya gracias al rango de acción de cada puñetazo.
La última novedad, pero no menos importante, es Kazumi Mishima, la esposa de Heihachi y madre de Kazuya. Es una de las claves en la historia de Tekken 7 y en cuando a jugabilidad nos volverá a recordar al karate de la familia Mishima pero con nuevas sorpresas, puede levitar y muchos de sus combos se rematan con la entrada de un tigre. Bastante divertida de aprender. La versión demoníaca -suma rayos letales y vuelo- no es controlable.
La plantilla es muy sólida y las incorporaciones tocan casi todos los estilos. Nos han gustado especialmente Katarina, Shaheen y Kazumi, pero seguro que todos los fans de Tekken encuentran un nuevo favorito que aprender.
Nuevas mecánicas y modos
Tekken 7 vuelve a centrarse en combates uno contra uno y continúa con algunas de las mecánicas introducidas en Tekken 6, como escenarios de varios pisos o ataques con ítems de personalización, pero también hace cambios en los rebotes durante combos, influenciado por Tekken Revolution.
Una de las novedades son los Rage Arts –que utilizan la energía Rage-, el equivalente a los movimientos devastadores de Street Fighter o el último Soul Calibur. Como aquellos, da lugar a una breve animación que puede causar un daño del 30% -es inversamente proporcional a nuestra salud-. Los Power Crushers en cambio nos permiten continuar atacando mientras recibimos ataques altos y medios -el daño recibido se aplica igual-. En Fated Retribution se añadió el Rage Driver, un ataque –o serie de ataques- que es son una buena alternativa a los Rage Art -se pueden combinar-.
Estos cambios introducen nuevas estrategias al combate de Tekken y modifican la partida más de lo que parece. Para el jugador clásico pueden suponer elementos demasiado desequilibrantes, casi injustos, pero son herramientas a disposición de todos los personajes. Su razón de ser: evitar a que un usuario con clara ventaja no pueda bajar guardia en ningún momento, e incentivar al usuario con una salud débil a que dé una vuelta a la partida que creía prácticamente perdida. A nosotros estos cambios nos han gustado, pero veremos cómo reacciona la comunidad.
Muy pocas pegas se le pueden poner a Tekken 7 en jugabilidad y variedad de personajes. Aunque hay más luchadores anunciados por contenido descargable, algo de lo que no escapa ningún juego de lucha, en ningún momento da la sensación de lanzarse a medio terminar. Pero igual de importante son los modos de juego, y Tekken 7 ofrece un buen puñado de opciones aunque también echamos de menos otras.
En modos offline encontramos arcade, combate de tesoro, duelo –partida local- y práctica. Arcade nos enfrenta a una serie de enemigos controlados por la inteligencia artificial y termina con un jefe, en este caso Kazumi. Es muy breve –la mitad de combates de lo habitual- y no regala un vídeo CG como en pasados Tekken, así que no creemos que tenga mucha más utilidad que la de entrenar en niveles de dificultad altos.
Combate de tesoro se convierte, a falta de Supervivencia, Contrarreloj, un Tekken Force o minijuego de bolos/vóley, en el principal modo para un jugador una vez completemos las historias. Nos enfrentamos a infinitos rivales, ganamos dinero, experiencia para ascender de categoría y elementos de personalización. Hay centenares de ropas y decoración para la ficha de usuario, así que mantener la partida lo más lejos posible nos recompensa con mejores premios –y subida de dificultad-. Ocasionalmente también se cambian las condiciones de juego, por ejemplo partidas a más velocidad, doble daño, etc.
El modo práctica es el típico de Tekken, e incluso con algunos ajustes más. La lástima es que se trate sólo de eso, probar combos por nuestra cuenta. Los novatos que se acerquen a la saga por primera vez quedarán muy perdidos, y es que lo más parecido a un tutorial lo veremos en el modo historia. En ningún momento se explican detalladamente las nuevas mecánicas o las mejores estrategias de cada luchador, nuevo o veterano.
Y naturalmente, está "La saga de la familia Mishima", el modo historia que trata, por fin, de ordenar y contar todo lo sucedido en la saga desde un principio. Dedicamos un artículo exclusivamente centrado a esta campaña, repleta de cinemáticas, narración sobre ilustraciones y combates, no muchos, pero sí los más épicos. La historia es la que es: el eterno enfrentamiento entre Heihachi y Kazuya, acompañados de las alianzas que se forman en cada bando. En general resume bien el argumento de los Mishima, pero si necesitas refrescar la memoria, Tekken 7 también incluye galerías con todos los vídeos de la saga –para adquirir con el dinero conseguido-, sean importantes o meros gags.
Este modo historia -que terminarás en menos de dos horas- también esconde episodios de personajes, que son las pequeñas aventuras del resto de la plantilla. Hemos dicho que arcade no concluye con un vídeo y es cierto; más o menos, se trasladan a esta categoría. Eso sí, apenas consisten en un combate y una breve secuencia, pero suponemos que la mayoría de fans querrá dar un vistazo a todas estas aventuras.
Tenemos los modos en línea, con partidas clasificatorias y la estupenda idea de integrar torneos hasta para ocho usuarios, con ajustes de una ronda o doble, modo espectador, chat de texto… Probablemente se convierta en la opción favorita de la comunidad más fiel a Tekken. No obstante echamos en falta una opción para guardar y clasificar las repeticiones de nuestras partidas que no sea utilizar las funciones de retransmisión o capturadoras de vídeo. En nuestras pruebas –antes del lanzamiento- a veces ha fallado al aceptar un contrincante, pero no hay problemas reseñables durante las partidas online, que han funcionado sin efectos de lag.
En la versión de PlayStation 4 hay dos modos extra. Gramola, que permite cambiar la banda sonora del juego –que es buena, aunque quizás no tan memorable como otras- por los temas de cualquier otro Tekken pasado, y Modo RV, un experimento para PS VR que permite ver unos combates o modelados del juego –una curiosidad sin más-.
La personalización de los luchadores ofrece una ingente cantidad de accesorios, ropas y otros elementos para cambiar –incluyendo auras y retratos-. Al igual que en los Tekken desde Tekken 5, estas máscaras, gorros y vestidos van desde lo más elegante a pinta hortera. Seguro que en tus partidas online te cruzarás con un Heihachi semidesnudo, mochila de baterías gigantes y cabeza de ciervo.
Unreal Engine 4, el rey de la lucha
Se habla poco de cómo Epic ha logrado convertir su tecnología en el estándar del género, incluso aquellos estudios que hasta hace pocos años utilizaban motores propios –que era el caso de Bandai Namco con Tekken- se han apuntado a Unreal Engine 4. Aunque habría que tener cuidado al comparar Tekken 7 con Injustice 2, Street Fighter V, Killer Instinct o Guilty Gear Xrd, pues el mérito es mayor: hablamos de lucha tridimensional, con más libertad e interacción en el escenario.
Hemos probado el juego en PS4 Pro –en los modelos originales de PS4 y Xbox One no alcanza los 1080p de resolución- y visualmente es un paso adelante respecto a Tekken Tag Tournament 2, en concreto en el aspecto de los materiales, iluminación y modelados de personajes –ropa y pelo-. No aspira al realismo en las caras de NetherRealm Studios, el referente para Tekken son sus gráficos generados por ordenador, diseños ligeramente inspirados en el anime. Durante el fragor de la partida es difícil apreciar su calidad pero en las cinemáticas y el paso de secuencia a juego permite ver el salto generacional.
Aunque hace más de una década que la saga ha dejado de ser un título puntero en gráficos –como sí lo fue en 32 y 128 bits-, no se pueden poner muchas pegas a este apartado salvo una: la irregularidad de sus escenarios. Parece un simple problema de originalidad o falta de tiempo. Hay una serie de arenas que lucen bien, aunque a veces recuerden demasiado a paisajes de antiguos Tekken –alguno lo es sin tapujos, caso de Dragon’s Nest de Tekken 5-, pero probablemente por la necesidad de aparecer en la historia principal, la mayoría son de temática muy sobria, sin la chispa de las primeras entregas.
Esto no significa que no tenga escenarios muy llamativos y con cambios climáticos. El edificio Mishima –un ascensor que escala hasta llegar a la azotea-, el dojo, el Duomo di Sirio, la arena –muy similar a alguno de TTT2- o el mercado están entre nuestros favoritos. Por otro lado, Arctic Snowfall –los personajes no dejan ni una huella en la nieve-, las zonas volcánicas –genéricas-, Geometric Plane o Infinite Azure –utilizado para la realidad virtual- sin duda están por debajo de la media.
Mencionar que los tiempos de carga son un poco largos para lo que estamos acostumbrados en juegos de lucha, e incluso vuelve a cargar cuando aceptamos una revancha online –otros juegos nos devuelven inmediatamente a la partida-.
Conclusiones
Tekken 7 sin duda es uno de los mejores juegos del género, y hoy por hoy el mejor en la lucha 3D. Las incorporaciones nos harán olvidar rápidamente la ausencia de algún luchador clásico, y las nuevas técnicas presentan los cambios más importantes en la jugabilidad desde la introducción de límites físicos en Tekken 4. Sacar partido a la nueva estrategia requiere un poco de aprendizaje, pero el esfuerzo merece la pena si piensas exprimir a la plantilla.
Al final, se juega a Tekken por los piques online y en local. Agradecemos el esfuerzo de Bandai Namco por hacer un modo historia con buenos valores de producción, pero una vez terminado, Tekken 7 queda un poco cojo en las opciones en solitario –a excepción de conseguir coleccionables-. Por suerte, hablamos de un juego de lucha que fácilmente nos compensa con decenas, centenares de horas de diversión. ¿Qué más se puede pedir?
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con una copia que nos ha proporcionado Bandai Namco.