Análisis Resident Evil 3: Remake, espectacular envoltorio con poco contenido (PS4, PS5, Xbox Series X/S, Xbox One, PC)
Es una pena que los desarrolladores tiendan a ser tan opacos sobre los desarrollos. El de Resident Evil 2: Remake tuvo muchos altibajos, con constantes inclusiones y exclusiones de las segundas rutas para los personajes, y una implementación de última hora que explicaba por qué nos dejaron sensaciones tan similares entre ellas (de hecho, fue lo que menos nos gustó del juego). También se hablaba de que, originalmente, el remake de la tercera parte iba a incluirse con la segunda, y hoy, tras jugarlo, nos lo creemos. No sólo porque a finales de los noventa el juego de PlayStation fuese originalmente concebido como un spin-off de Resident Evil 2, sino porque este Resident Evil 3: Remake es un título con muchas, muchas luces, pero también con sus sombras. Os lo contamos.
Videoanálisis
De vuelta a Raccoon City
Resident Evil 3: Remake es un juego de terror y acción en tercera persona que sigue las bases dibujadas por su predecesor, aunque se toma muchas más libertades a la hora de recrear la historia.
Se juega y se controla prácticamente igual, con la pequeña adición de un movimiento que nos permite esquivar y, si lo hacemos en el momento exacto, habilitar un brevísimo tiempo bala al más puro estilo Bayonetta. El resto, ya lo conocemos: explorar una ciudad plagada de zombis, abriendo puertas y desbloqueando caminos, con un indestructible acompañante que nos perseguirá a toda costa.
Tenemos que reconocer que nos daba un poco de miedo que Némesis fuese demasiado intenso después de probar la demo, pero en el juego final está bastante mejor equilibrado. Eso sí, nos parece mucho menos terrorífico que Mister X. Es difícil de explicar, pero quizás la sensación de estar encerrados y esa actitud pasiva y segura de la criatura de Resident Evil 2 era más terrorífica que las carreras delante de Némesis intentando esquivar el inevitable puñetazo en el cogote. Aun así, consigue desempeñar su papel, darnos algún que otro susto y mantenernos en tensión.
El Resident Evil 3 original estaba algo más orientado a la acción que los anteriores títulos de la saga, pero aquí Capcom ha ido un paso más allá. Hay muchos momentos de puro Uncharted, secuencias guiadas en las que tenemos que escapar de Némesis mientras todo explota, y que tristemente han sustituido a las decisiones del original que tanta tensión generaban. Estos momentos son espectaculares, pero creemos que llevan la saga por ese camino del que hace nada estaba intentando alejarse.
Y no es lo único que la aleja. Jugando en normal (el modo recomendado) tenemos munición de sobra, algo que inevitablemente lo aleja del survival y del horror. En difícil las cosas se complican más, por lo que si sois veteranos del género y queréis una experiencia más terrorífica donde cada bala cuenta, podéis empezar directamente por ahí. Otro error, para nuestro gusto, es la casi completa ausencia de puzles. Apenas hay un par de ellos, sencillísimos, y cosas como códigos ocultos en el entorno.
Un mundo conocido con alguna sorpresa
Como es completamente lógico y natural, Resident Evil 3: Remake recupera varios escenarios de Resident Evil 2: Remake, y también añade algunos nuevos, siendo el principal un fragmento de Raccoon City. Es un auténtico gustazo explorar sus calles, que funcionan como un escenario más, donde necesitaremos diferentes objetos para ir abriendo nuevos caminos y conectando todas sus zonas. Hay secretos, backtracking, y vamos a volver a recorrer sus callejones en varias ocasiones, aunque pensamos que se podría haber intentado aprovechar este entorno para profundizar más en las historias de sus habitantes y, de camino, extender la escasa duración del juego, que se ve acentuada por la eliminación de un par de escenarios del original.
En normal, explorando y consiguiendo casi todo, hemos tardado poco más de cinco horas y media en completarlo. Con escenarios como la comisaría o el hospital ya hechos, creemos que tendría sentido intentar expandir el universo un poco más, pero aquí Capcom se ha limitado a adaptar la historia del original sin mayor ambición. Tanto es así que quitando algunos extras como una galería (que siempre agradecemos), trajes adicionales y objetos y armaduras especiales, lo único que podemos desbloquear es un modo infierno, una nueva dificultad que hace honor a su nombre. Al menos tiene un modo multijugador, sobre el que hablaremos después.
El RE Engine vuelve a dejarnos con la boca abierta
No podemos dejar de alabar lo que Capcom está haciendo con el RE Engine. Es, sencillamente, espectacular. Podemos quejarnos de que el rendimiento no es el mejor en Xbox One X, donde lucha para mantener las 60 imágenes por segundo, pero es que todo lo demás es prácticamente perfecto. Sí, hay texturas mejorables, o zombis cuyas animaciones bajan a 30 imágenes en la distancia, pero son sacrificios comprensibles en consolas que ya ven su jubilación en el horizonte. Todo esto se ve rematado por una sobresaliente implementación del HDR; de las mejores que hemos visto hasta la fecha.
En lo sonoro, Resident Evil 3: Remake está también a un nivel fantástico, creando un ambiente terrorífico cuando quiere, y generando tensión ya sea por lo que espera a la vuelta de la esquina o porque tenemos a una criatura gigantesca corriendo tras nosotros. La adaptación al castellano es, en general, muy buena, con algún error menor, y uno que nos parece terrible: los acentos. Varios personajes tienen acentos extranjeros en versión original, y estos se han eliminado por completo en castellano, dejándonos casos como el de un personaje hablando en un perfecto español mientras suelta palabras en francés.
Resident Evil: Resistance, un interesante añadido
Resident Evil 3: Remake incluye un interesante modo jugador que, básicamente, retoma el concepto abandonado por Fable Legends. Cuatro jugadores tienen que escapar mientras un quinto jugador coloca trampas y enemigos para evitarlo. Los supervivientes, con un sistema de control similar al del juego principal, colaboran mientras buscan objetos y derrotan enemigos, usando sus habilidades únicas para resistir a los obstáculos del cerebro, que ve la acción desde las cámaras de seguridad, bloqueando puertas, colocando cepos, invocando zombis... e incluso controlando a algunas de las criaturas, Mister X incluido.
Cada personaje, tanto supervivientes como cerebros, tienen diferentes habilidades que podremos ir desbloqueando al progresar, pudiendo personalizar nuestro estilo de juego. También hay opciones de modificación estética, e incluso cajas de botín, aunque éstas sólo pueden adquirirse con dinero del juego, si bien pueden comprarse potenciadores con dinero real para ganar dinero virtual más rápido. En general nos ha parecido un modo divertido, sobre todo con amigos, y os recomendamos probarlo incluso si sólo os compráis el juego por el modo principal. Eso sí, habríamos preferido un modo Mercenarios o un cooperativo más a lo Outbreak.
Una notable puesta al día a la que le falta ambición
Como habéis podido ver, hay ciertos aspectos de Resident Evil 3: Remake que no nos han terminado de convencer, aunque todo esto no quita que nos lo hayamos pasado en grande rememorando este clásico con, además, un par de sorpresas importantes y un apartado audiovisual increíble. Nos habría gustado que profundizara más en el terror, que fuese más ambicioso y nos contase más sobre Raccoon City y sus habitantes, pero, incluso como aventura de acción con su dosis de survival horror, nos parece muy divertido y espectacular, y –obviamente– no le sobra ni un segundo. Resident Evil: Resistance, por su parte, nos ha sorprendido positivamente y, si bien no es nada rompedor, es un extra que bien se merece una oportunidad.
No podemos olvidarnos de que mantiene las muchísimas bondades de su predecesor, tanto en lo jugable como en la ambientación, dos pilares fundamentales para cualquier juego de este estilo, y que sientan esa base tan sólida sobre la que es fácil construir. Así, lo que Capcom nos ofrece hoy es exactamente lo que promete: un remake de Resident Evil 3, y si bien la escasez de contenido es innegable y algunas decisiones muy discutibles, es una fantástica manera de redescubrir este clásico.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por Koch Media.