Análisis de République (PS4, Android)

Desde su anuncio para Smartphone, République era uno de los juegos más deseados por la comunidad de usuarios de plataformas domésticas. Financiado exitosamente en Kickstarter y planeado primero como un juego episódico, llega ahora PlayStation 4 junto con el último episodio en el resto de plataformas, una edición completa que trae retoques visuales. Detrás del estudio Camouflaj se encuentra gente como Ryan Payton, quien fuese productor asistente en Metal Gear Solid 4 y director creativo durante parte del desarrollo de Halo 4, y un sólido equipo de doblaje encabezado por David Hayter (Metal Gear Solid) y Jennifer Hale (Mass Effect, BioShock Infinite).
République es un juego de sigilo con un giro peculiar a su mecánica. La historia nos habla de una asfixiante sociedad distópica donde la joven Hope debe huir del lujoso centro donde está presa. No es una sucia cárcel y al principio no está muy claro cómo ha llegado ahí ni de qué nos hablan los personajes que están en nuestra contra o nos ayudan, pero sí que se mezclan temas políticos y sociales, ciencia ficción, fanatismos y unas fuerzas armadas en manos de gente peligrosa. La revolución llega en forma de hackers, capaces de aprovechar la vulnerabilidad de la tecnología y entrar en el sistema.

Hope comienza completamente indefensa y sobrevive gracias a la ayuda que recibe desde fuera gracias al móvil. El lugar está repleto de cámaras de vigilancia que son nuestro punto de vista. Como hacker que controla estos dispositivos podemos pasar de una a otra, explorar habitaciones y pasillos mientras la chica está escondida en un lugar seguro. El tiempo se pausa durante la navegación entre cámaras, al analizar documentos o estudiar el perfil de cada guardia, así que en cierta manera République es una mezcla de sigilo y puzle en lugar de la combinación habitual de sigilo más acción. Hay de hecho un puñado de pruebas para pensar, ninguna muy difícil, que nos proponen jugar con rayos, girar objetos en 3D o activar luces en un orden concreto.
Con la visión del hacker se puede hacer más de lo que se podría pensar. No es sólo controlar la situación desde múltiples ángulos, también abrimos y cerramos puertas o manejamos cualquier otro dispositivo electrónico. Para ello es necesario disponer de una actualización del programa compatible, es decir, hay puertas de nivel 3 que durante la primera hora de partida no se podrán abrir, antes es necesario instalar software en un determinado punto. Hablando de puertas bloqueadas, al interactuar con ciertos elementos del escenario se necesita un gasto de energía, y para recargar la batería del móvil hay que pasar por unas salas especiales que actúan de puntos de control –el lugar en el que reaparece Hope si es detectada por un vigilante-.

Nuestras habilidades van en aumento al comercial en el mercado negro de los hackers. Se puede adquirir la ventaja de ver la ruta prefijada de los enemigos, llamar su atención con alarmas, escuchar conversaciones, leer correos, ver su cuerpo detrás de muros… Se adquieren con dinero por canjear información, o lo que es lo mismo, por la cantidad de periódicos, recortes y datos que escaneamos. Este es un modo inteligente de incentivar la exploración desde las cámaras, puede que el trasfondo de République no te interese demasiado –no debería ser así, es la manera de saber más de su apasionante trama-, ni obtener los trofeos y logros asociados a investigar, pero cuando las recompensas son reales sí apetece todavía más entrar en habitaciones opcionales o rebuscar en cada rincón.
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