Análisis Pathfinder: Kingmaker Definitive Edition, rol clásico para consolas (PS4, Xbox One)
Al igual que muchos juegos y géneros tradicionalmente asociados a consolas llegan cada vez más a PC, otras experiencias de ordenadores se animan a dar el salto a consolas. Es el caso de muchas aventuras de rol que hace unas generaciones probablemente no pisarían estos sistemas, y aunque lo hacen con algo de retraso, al final llegan. Este es el caso de Pathfinder: Kingmaker Definitive Edition, un RPG bastante inspirado en Baldur’s Gate que debutó en ordenadores a principios de 2018, y ahora está disponible en Xbox One y PS4.
Para compensar esta diferencia en el tiempo, la versión de consolas trae un puñado de extras que van desde el contenido previamente lanzado como descarga a un modo por turno a algunos ajustes u opciones. Pese a que el proyecto necesitó el apoyo económico en Kickstarter no se trata de una aventura poco ambiciosa: detrás encontraremos nombres como el diseñador y guionista Chris Avellone –Planetscape: Torment, Fallout, Icewind Dale II, Baldur’s Gate y muchos más- o Inon Zur –compositor de Fallout 3, Fallout: New Vegas y Fallout 4, Icewind Dale II, Crysis…-.
Un juego para fans de D&D
Pathfinder: Kingmaker llevará a nuestro personaje, sea creado por nosotros o utilizando una de las plantillas ya predefinidas, por las Tierras Robadas. A lo largo de la aventura veremos personajes y localizaciones conocidas de Pathfinder, con una docena de compañeros que descubrir y equipar. Encantará a los aficionados del rol de mesa o los aficionados a RPG clásicos de ordenador -Baldur's Gate, Neverwinter Nights-; hay momentos para el humor, intrigas políticas y facciones enfrentadas, todo lo que podríamos esperar de una fantasía de este tipo. Puesto que cada acompañante tendrá su personalidad y brújula moral, nuestras acciones, preguntas y respuestas podrían provocar roces con ellos e incluso que abandonen el grupo; de nada te servirá comenzar en una posición neutral si luego tus actos van en otra dirección.
El sistema de combate en el original era de tiempo real con pausa, y la suerte determina muchas de las acciones y su efectividad; se muestra el radio de acción de los ataques y qué personajes están enfrentados mediante líneas. Quizás más interesante sea hablar, en esta versión, de su modo por turnos, al que se puede cambiar fácilmente durante la partida y que permite tener un mayor control del combate. Aquí entran los gustos de cada uno y la microgestión que estén dispuestos a realizar en cada enfrentamiento. En teoría, por turnos es más fiel a las reglas del juego y el manejo es más sencillo, mientras que en tiempo real los movimientos se realizan simultáneamente con los ataques. También por turnos los ataques son más visibles, se estudia mejor la estrategia y algunas habilidades –como las de área- o combinaciones son más fáciles de usar porque el enemigo está fijo en su posición.
Probablemente acabaremos utilizando el sistema más ágil para los combates sencillos y los turnos contra los enemigos que más se compliquen. En cualquier caso, Pathfinder: Kingmaker es un RPG complejo por todas las variables que entran en juego –y además no introduce muy bien en los conceptos de Pathfinder-, y si deseas tener todo bajo control necesitarás mucha dedicación; para los novatos se hará confuso, así que quizás no sea la mejor manera de entrar en este tipo de RPG. No obstante, esta profundidad será un punto a favor para los jugones, todo depende del esfuerzo y horas que estemos preparados a dedicar; si bien las expansiones son cortas, la historia principal rondará las 100 horas, más si dejamos a un lado la gestión automática de la construcción en nuestros dominios -el aspecto más original de Kingmaker, y ejecutado con más atención que en otros RPG de opciones similares- con la posibilidad de realizar acuerdos con otras ciudades, obtener trabajos para los compañeros…
El resto de apartados son bastante más clásicos. Habrá momentos para largos diálogos con múltiples opciones y textos suficientemente ricos para disfrutar de su narrativa y personajes. Un inconveniente para el jugador español es el idioma, ya que no está traducido, y algo más subjetivo, que probablemente este desarrollo de conversaciones demasiado estático no es tan cómodo de ver en una gran televisión como en el monitor de PC.
La exploración con pad no presenta grandes problemas, ni durante el juego ni en la interfaz, no tardaremos mucho en acostumbrarnos a su vista isométrica, pero en ocasiones los muros de las habitaciones puedan ocultar un poco a nuestras unidades –aun así, el juego nos mostrará sus siluetas-. La mayoría de situaciones se pueden resolver de varias maneras, ya sea haciendo uso de la fuerza, el sigilo o la conversación con amenazas, traiciones y diplomacia. No obstante, Pathfinder: Kingmaker es un tanto irregular y hay apartados que hace genial, como adaptar las habilidades a los personajes o dar momentos realmente buenos, mientras que en otras situaciones nos encontramos con mazmorras poco inspiradas que simplemente están repletas de botines, enemigos y trampas, sin un diseño o puzles realmente trabajados.
Buena ambientación, pero un poco genérica
Pathfinder: Kingmaker no es un juego que exija mucho en los gráficos, y la adaptación a consola cumple. Las zonas interiores, en especial las mazmorras, suelen pecar de ser demasiado monótonas y poco originales –apenas se puede resaltar el juego de luces y sombras-, pero los espacios abiertos ganan más interés y detalle. Abarca la mayoría de tópicos vistos en el rol fantástico y hemos echado de menos algún elemento en ambientación o arte que aporten carisma. Muchas veces la lejanía de la vista tampoco permite ver todo el esfuerzo puesto en los fondos o personajes. La música y las voces –en inglés- tienen un buen nivel.
Algo que nos ha parecido mejorable son las cargas, y no tanto por su tiempo, que también si tenemos en cuenta la dimensión de cada zona, sino por lo habituales que pueden ser al avanzar en ciertos escenarios. Además, al llegar tiempo después de la versión de PC, ha resuelto muchos de los bugs que plagaron el lanzamiento original y que afeaban la experiencia.
Conclusiones
Pathfinder: Kingmaker era un buen juego de rol en PC, y lo es en consolas. Si no lo has jugado en su momento y te gusta esta vertiente del género, la versión definitiva seguramente colmará tus expectativas gracias al contenido descargable, la opción de combates por turnos, otros ajustes y pulido que se echó en falta en su debut. Realmente no presenta grandes fallos, pero su talón de Aquiles es la alta calidad de la competencia, se llamen Divinity: Original Sin II o Pillars of Eternity II: Deadfire. Si ya has exprimido aquellos y tu plataforma de juego es PS4 o Xbox One, este es un gran momento para descubrir su mundo.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Koch Media.