Análisis de Dynasty Warriors 8: Empires (PS4, Switch, Xbox One, PS3, PC)
A mediados de 2013 Koei Tecmo lanzó Dynasty Warriors 8 en Occidente. Como es tradición para la saga, antes de saltar a una nueva secuela principal el juego se amplió con las expansiones Xtreme Legends –abril de 2014- y Empires, que nos llega ahora a PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox One y PC.
Las versiones Empires son juegos más enfocados a la estrategia de las altas esferas, y pese a que incluye novedades como un personaje jugable más –en este caso Xun Yu-, la verdadera gracia está en todas las opciones tácticas y de personalización que traen consigo.
Dynasty Warriors 8: Empires no es menos, así que toma la base del último Xtreme Legends y lo mezcla con el sistema jugable de Dynasty Warriors 7: Empires para volver a contar el Romance de los Tres Reinos desde un punto de vista más cerebral; no es casualidad que el menú principal nos reciba con un fondo de neuronas y no de llamaradas o un tema bélico.
Gran parte del tiempo de juego lo pasamos en los consejos de guerra, decidiendo la política militar de nuestro reino, las alianzas, la administración de recursos y demás tareas que en los Dynasty Warriors troncales se omiten. El juego nos llega con voces en japonés –que hasta es bueno para crear ambiente- y textos en inglés, así que volvemos a recordar que dada la cantidad de textos que comprender de cómo evolucionan los reinos, las objeciones o demás acciones del día a día como consejero, se pide al menos un nivel básico para que la experiencia sea cómoda. Si únicamente buscas conquistar territorios a golpe de golpes sin rechistar, Empires no es exactamente lo que buscas.
La principal novedad del último juego de esta subsaga fueron las estratagemas, que esta vez regresan con más fuerza que nunca. Teniendo en cuenta esto, Dynasty Warriors 8: Empires no aporta grandes novedades a la jugabilidad, sin embargo sí profundiza más este recurso estratégico. De hecho, eso es lo que hace esta entrega, un "más de lo mismo pero mejor" que podría saber a poco a quien busque una auténtica revolución en los Empire, aunque tampoco defraudará a sus fans.
Podremos llevar hasta un total de cinco estratagemas, unas poderosas habilidades capaces de cambiar el rumbo de una batalla. Son costosas, lógicamente, su efecto depende de ciertas condiciones como el clima, y el uso puede estar limitado. A todo esto se añaden las estratagemas a gran escala –afectando a todo el mapa- todavía más decisivas que a cambio disponen de fuertes restricciones, por ejemplo la necesidad de retirar las unidades o que transcurra un periodo de tiempo hasta activarse.
Las estratagemas van desde las puramente ofensivas que dañan directamente a los ejércitos enemigos o sus bases a aquellas que mejoran los parámetros de nuestro guerrero, invocan armamento pesado –catapultas- o dan ventajas casi mágicas, como invocar una tormenta que debilita los ataques de fuego que se utilizan en estas guerras. Mejor todavía, estas habilidades se pueden combinar para que, sumando elementos, su destrucción sea mayor, caso de añadir fuego y viento. Esto es Empires: la victoria no se alcanza únicamente machacando botones, sino modificando aquello que en un Dynasty Warriors al uso es incontrolable.
El resto del contenido no difiere mucho a DW 7 Empires y se limita a realizar pequeños cambios. Esto no es necesariamente malo, pero hay aspectos que sólo son apreciarán los jugones de Empires. Tenemos que los matrimonios ahora pueden engendrar hijos que heredan rasgos de sus padres, o dar órdenes a otros generales si nuestro nivel es lo suficientemente alto. Según avanzamos en las misiones se amplían los objetivos personales y actividades relacionadas con el reino, como la sucesión, y se añaden más formas de obtener promociones –no únicamente mejorando como guerrero, se puede calumniar a los rivales e infundir rumores en otros reinos para bajar su alegría-.
Una nueva función permite construir bases en las zonas despejadas de tierra y se ha incluido contenido descargable de las últimas versiones entre el que se encuentran las Ex Weapons, las armas favoritas para casi una decena de personajes. También se puede ordenar las armas por categoría.
Al modo principal, Empire, y el Free –libre- con la selección de opciones de las batallas con los parámetros deseados se añade el modo online, que en el caso de las consolas de Sony tiene juego cruzado. Al igual que en DW7 Empires, puedes cooperar con otro usuario o subir –y descargar- oficiales, unidades y enfrentamientos creados con el editor, bastante similar al conocido de anteriores episodios. Este modo de personalización deja cambiar la apariencia física de soldados, caballos y estandartes de manera sencilla y efectiva.
Gráficamente parece idéntico a Xtreme Legends. Eso no es demasiada sorpresa, lo que sí teníamos era una ligera esperanza de ver una mejor optimización, ya que Warriors Orochi 3 Ultimate y Samurai Warriors 4, ambos del mismo estudio –Omega Force- y en la misma plataforma en la que hemos probado DW 8 Empires –PlayStation 4- corrían de una manera más desahogada en cuanto a fluidez y como mínimo, con la misma calidad gráfica de detalle de escenario o cantidad de oponentes en pantalla, si no más. Es cierto que carece de grandes fallos, en las nuevas consolas la subida de texturas e iluminación es positiva, pero en todo momento queda patente que aún utiliza muchos gráficos de pasada generación, no se aprovecha todas sus posibilidades. El agua de los riachuelos con nula interactividad cantaba en las viejas plataformas y ahora sencillamente pide a gritos una revisión.
Conclusiones
Dynasty Warriors 8 Empires se mueve en el terreno de la estrategia y los combates sin despuntar en ninguno de los dos aspectos, aunque la fusión tiene todo el sentido para la saga y siempre ha funcionado. ¿Qué mejor que mostrar una guerra desde todos los ángulos? Un país no se conquista únicamente a base de espadazos, se requiere tacto y diplomacia.
La opinión de este capítulo es similar al de DW 7 Empires. Reconocemos que nuestros gustos personales se decantan más por la acción pura de Xtreme Legends, y no porque seamos mucho más aficionados a esa vertiente, sino porque ahí es cuando más destacan las virtudes y experiencia de sus creadores. Además, existen alternativas mucho más divertidas a un Empires para quien sólo busque combates masivos. La cuestión es que no se puede meter a DW 8 Empires en ese mismo cajón, lo que pierde en frescura de acción masiva lo compensa con una capa de gestión entre partidas.
Siendo como es el único de este tipo en las consolas más actuales, las dudas se disipan rápido; si buscas la experiencia Empires con las mejoras gráficas de Dynasty Warriors 8, esta es tu elección. Para un musou al uso, Omega Force tiene mejores ofertas.