Análisis de Tomb Raider (PS3, N-Gage, Xbox 360, PC)
Si te pusieras a preguntar por la calle a la gente aleatoriamente por personajes de videojuegos, seguramente lo tendrías crudo para encontrar a alguien que supiera quién es Solid Snake, Cloud Strife, Link, el Jefe Maestro, Ryu o Gordon Freeman. En cambio es raro alguien que no conozca a Super Mario, Pac-Man y Sonic, y en un cuarto y privilegiado lugar, a Lara Croft. Este personaje nació en 1996 en un alucinante videojuego para Sega Saturn, PlayStation y PC, y no somos pocos a los que nos marcó en su momento.
Por primera vez podíamos ser un Indiana Jones en enormes escenarios tridimensionales, llenos de trampas, complejos rompecabezas, saltos imposibles, animales salvajes, tesoros y perdiéndonos durante horas en sus intrincados templos, mazmorras y catacumbas. Nació un mito y una saga que traspasó el mundo del videojuego, que como tantas otras, acabó siendo sobreexplotada y muriendo de éxito. Entre 1996 y 2000, se lanzaron cinco entregas, una por año, y agotaron la gallina de los huevos de oro, todo esto mientras se hablaba más de quién sería la siguiente modelo en encarnar al personaje o quién protagonizaría la película de Hollywood, sin importar demasiado la calidad de los videojuegos, que iba mermando con el paso de las entregas.
Su salto a PlayStation 2 se les atragantó con Tomb Raider: The Angel of Darkness, y Eidos Interactive decidió quitarle la saga a sus creadores, Core Design, poniéndola en las nuevas manos de Crystal Dynamics. Revitalizaron el personaje con un buen Tomb Raider: Legend, crearon un gran homenaje con Tomb Raider: Anniversary, y patinaron bastante en la nueva generación, pese a no ser un mal juego, con Tomb Raider: Underworld. Tan solo unos meses después de este lanzamiento, en 2009, los japoneses Square Enix se hacen con Eidos Interactive, incluidos todos sus estudios y marcas, momento en el que se plantean qué hacer con tan importante marca.
El resultado ya lo tenemos aquí, un reinicio o reseteo de la saga Tomb Raider con un resultado simplemente genial. Un proyecto ambicioso, cuidado, con unos grandes valores de producción, a la altura del personaje, con el que los británicos Crystal Dynamics han demostrado que pueden hacer una gran superproducción, a la altura de los juegos y los estudios más importantes de los últimos años. Si durante la generación de los 32 bits Tomb Raider fue sinónimo de juego de aventuras, durante los últimos años lo ha sido la serie Uncharted de Naughty Dog, alabada a partes iguales por crítica, público e incluso por otros estudios rivales.
De manera inteligente, Crystal Dynamics se ha inspirado y mucho en la obra de Naughty Dog, que a su vez en su día se inspiró en Tomb Raider, por lo que se cierra un peculiar círculo. Tanto Lara Croft como Nathan Drake siempre han sido comparados con el mítico Indiana Jones, y este último Tomb Raider es tan espectacular, épico o intenso como cualquier Uncharted o película de la saga de Steven Spielberg. Si bien el tono es ligeramente distinto al de los juegos de Naughty Dog, este Tomb Raider se toma un poco más en serio, no hay lugar para el humor, los chascarrillos o el flirteo, y es mucho más violento, relativamente realista y hasta casi por momentos gore. Si lo tuviéramos que comparar con alguna de las cuatro películas del famoso arqueólogo del cine, este nuevo Tomb Raider sería Indiana Jones y el templo maldito, la más oscura y grave de la saga.
Viviremos la primera gran aventura de Lara, una que la marcará de por vida y la cambiará para siempre, creando el aguerrido personaje que todos conocemos. Una metamorfosis correctamente narrada en la que Lara pasará de ser una joven inexperta superada por las adversidades, malherida, hambrienta y aterrada, a toda una superviviente y luchadora, con un final que será el punto de partida de un mito, y sospechamos y esperamos, el inicio de una nueva y fructuosa saga. Una historia que aunque no es ninguna maravilla, sí es lo suficientemente interesante para que nos impliquemos con el personaje y sobre todo, nos lo creamos, compartiendo con ella sus sufrimientos, fracasos y victorias. Una Lara Croft más humana que nunca, y por tanto, creíble, en una epopeya que no para de sorprendernos con cada nueva situación, más espectacular que la anterior.
Más Uncharted que Tomb Raider
El hecho de que sea un reseteo o reinicio de la saga no quiere decir que sea un regreso a los orígenes jugables, ni muchos menos. Poco queda, por no decir directamente nada, de aquellos elementos clave que disfrutamos en los primeros Tomb Raider. Esos escenarios gigantescos y laberínticos en los que te perdías durante horas, sin un mapa o indicación, el tener que realizar saltos medidos milimétricamente, casi imposibles, esos complicados y enrevesados puzles, sin explicaciones ni ayudas, y esas pequeñas y muy reducidas dosis de acción, sin demasiado peso jugable en el total del producto. Si estáis buscando algo de esto en el nuevo Tomb Raider iros olvidando, y de hecho no creemos que volvamos a ver algo así en un triple A, en una gran superproducción destinada a vender millones de unidades para ser rentable, ya que los tiempos han cambiado y mucho.
Aquí lo que encontraremos es una aventura lineal, bastante guiada y no muy difícil, con muchos y muy buenos tiroteos, entretenidas secciones de saltos no demasiado complicadas, algún puzles interesante aunque en ningún caso difícil, un aspecto visual y sonoro imponentes, de los de quedarte embobado mirando los escenarios, y unas secuencias más o menos interactivas llenas de scripts, en las que tenemos que correr, saltar o realizar algún quick time event, en las que se desata toda la espectacularidad y que nos dejarán sin aliento, disfrutando como enanos, como haríamos con la mejor de las películas de acción y aventura. También hay algo de exploración, mucho más limitada que en anteriores entregas de la saga, pero mayor que en otros juegos de acción y aventura de los últimos años
Sí, todo esto suena muy Uncharted, y en ningún momento Crystal Dynamics puede ocultar su clara inspiración. Si Uncharted se inspiró en Tomb Raider, y el nuevo Tomb Raider se inspira en Uncharted, el resultado de esta mezcla de inspiraciones está lógicamente muy alejado de aquellas aventuras que disfrutamos hace más de 15 años. De hecho este cambio en las bases jugables de la saga ya lo realizó Crystal Dynamics con Tomb Raider: Legend, pero aquí lo radicaliza, y toma como ejemplo a seguir la saga exclusiva de aventuras para PlayStation 3, aunque añadiendo sus dosis de personalidad propia.
Si hay algo matemático en esta industria es que si algo funciona será más tarde o más temprano copiado. En esta generación tenemos el ejemplo de Gears of War, con decenas de clones siempre inferiores al original, o Call of Duty, con otros tantos shooter en primera persona que han intentado sin demasiada fortuna seguir la estela de su éxito. Es curioso que hasta ahora nadie se hubiera planteado demasiado en serio plagiar la fórmula del éxito de Uncharted, sí algunos de sus elementos por separado, pero no un producto semejante o rival, quizás por miedo o ver casi imposible estar a la altura de la obra de Naughty Dog.
En Crystal Dynamics no solo han salido airosos de este reto, sino que además en ciertos aspectos han conseguido superar, mejorar y ampliar la fórmula Uncharted, una afirmación que sabemos de facto va a ser bastante polémica. Los escenarios son más abiertos y explorables, hay decenas de coleccionables en forma de tesoros y documentos, elementos roleros como la obtención de puntos de experiencia para mejorar las habilidades de Lara -aumentar la destreza con cada arma, el número de munición, mayor resistencia, agilidad y fuerza, incremento de recompensas al derrotar enemigos, etcétera- y podemos mejorar el inventario, ya sean las armas o herramientas. La sensación de aventura es mayor, y no vamos tan cogidos de la mano por el propio juego. Aunque no estamos ni mucho menos ante un sandbox, muchos de los escenarios están conectados unos con otros, de manera similar a la estructura que vimos en Batman: Arkham Asylum –el primero-, y como conseguimos nuevas habilidades y herramientas casi hasta el final de la aventura, invita a revisitar antiguos escenarios para conseguir los coleccionables que la primera vez que pasamos por allí eran imposibles de recoger.
Por tanto, si quieres que sea tan frenético y espectacular como un Uncharted, lo puede ser, limitándote a seguir el camino establecido, perfectamente marcado e indicado. Una aventura en la que nunca decae el ritmo, de una intensidad altísima, lo que hace que enganche como el que más y cueste mucho soltar el mando. Si en cualquier momento tienes la más mínima duda de por dónde seguir, o cómo resolver un puzle, activando el modo Instinto la pantalla se oscurece y brillan los elementos clave, una gran ayuda para el jugador ocasional, que el más experto puede obviar –menos en la búsqueda de coleccionables cuando queramos completarlo al 100%-. Si eres más curioso, y te gusta explorar y buscar secretos por los escenarios, también lo podrás hacer, los entornos son muchos más amplios que los vistos en los juegos de Naughty Dog. Sí, estamos siendo muy pesados mencionado constantemente las aventuras de Nathan Drake, pero sí has disfrutado de esta fantástica trilogía, es imposible mientras juegas a Tomb Raider no acordarte de ella.
Este nuevo Tomb Raider es un fantástico punto de partida para construir una nueva saga, y si bien en su primera aventura se inspira demasiado en "el-juego-que-no-queremos-nombrar-más-en-este-análisis", contiene dosis de personalidad propia y diferenciadoras, y que creemos, podrían crecer con el paso de las entregas, desmarcándose de las siempre molestas comparaciones. Elementos distintivos como el toque rolero, la progresión del personaje, la mayor exploración o las misiones secundarias en forma de tumbas secretas. Estos son unos objetivos opcionales que nos desvían del camino principal y que se producen siempre en mazmorras o catacumbas, en forma de pequeño puzle o rompecabezas bastante interesante, aunque un poco fácil para un jugador experto. Nos hubiera gustado que estas tumbas, opcionales, fueron un guiño al hardcore, y recuperarán en parte aquellas demenciales salas de los primeros Tomb Raider.
Sí nos gusta mucho el planteamiento general de los puzles, ya sean los de la historia principal o de las tumbas secretas, siempre basados en las físicas o los elementos como el fuego, el viento y el agua. No hay llaves u otros objetos que recoger, simplemente mirar el entorno y actuar en consecuencia, moviendo o rompiendo objetos, prendiéndolos fuego, se sienten muy naturales y hasta creíbles estos rompecabezas, aunque insistimos, muy facilones. Es un juego claramente pensado para todo tipo de público, y la única manera de complicarnos la existencia es aumentando el nivel de dificultad de los combates, algo que recomendamos y mucho.
Queremos dejarlo claro, hay muchos tiroteos, pero son muy divertidos y razonablemente creativos, nunca nos hemos aburrido de pegar tiros, ya que además están muy bien diseminados, nunca se les va la mano y no abusan de ellos. De manera inteligente apuestan por pocas armas –arco de flechas, pistola, escopeta y fusil-, pero que podemos ir mejorando añadiendo distintos tipos de munición, silenciadores, modos de disparo y desbloquear diferentes ejecuciones –bastante bestias- con cada arma. El combate cuerpo a cuerpo tiene bastante protagonismo, ya que cuando debilitamos a los enemigos podemos ejecutarles sin gastar ni una bala más, y para ello contamos con un movimiento de esquivar, que si se realiza en el momento oportuno podemos transformar en un contraataque.
El sistema de coberturas, o más bien el no sistema de coberturas, nos ha encantado. Decimos esto porque a diferencia de una gran mayoría de los juegos, desde que lo puso de moda Gears of War, no hay que pulsar un botón para que Lara se esconda tras un objeto del escenario. La protagonista cuenta con un sinfín de animaciones que se adaptan a cada situación, y cuando estamos en un combate Lara corre agazapada, y basta con colocarse detrás de un objeto para resguardarnos, sin pulsar ningún botón. Esto funciona de maravilla, y no nos extrañaría que marque tendencia y lo empecemos a ver en más juegos. Otros ya lo han intentado, pero no funcionaba igual de bien que aquí.
Muchas situaciones también las podemos resolver con sigilo, ya sea con ejecuciones por la espalda o a tiro de flecha con el arco, un arma que nos ha encantado, para la que vamos consiguiendo nuevas "municiones" como flechas de fuego o explosivas. En situaciones nocturnas podemos romper las bombillas o los focos para que no nos vean, y está bastante bien resuelta la infiltración, hemos superado más de una escena sin que nos vieran. No se premia más o menos el ir con cuidado o a pecho descubierto, simplemente es una opción del jugador, lo que está muy bien.
Pero cuando se desata la acción más loca, hay que admitir que es un juego muy divertido, gracias al impecable control y el ingenioso diseño de los escenarios, que son muy protagonistas en los tiroteos. Cuentan con estructuras destruibles o inflamables, no pocos barriles explosivos, y es muy entretenido juguetear con el entorno y hacer todo tipo de perrerías a los enemigos. Intentan que cada nuevo tiroteo tenga alguna característica diferente al anterior, algo muy loable, y que creemos consiguen.
El plataformeo no ofrece grandes retos, aunque es menos limitado y encorsetado que en otras aventuras, y bastante entretenido. Podemos caernos de muchos lugares y formas, y en los saltos más complicados, o cuando tenemos el piolet y escalamos cierto tipo de rocas, tenemos que acompañar el salto con otro botón para agarrarnos, lo que exige cierta atención y sincronización, aunque insistimos, todo un paseo para un jugador experto. También hay unos cuantos quick time events, estigmatizados en los últimos tiempos porque muchas veces se implementan mal, pero Tomb Raider es un buen ejemplo de cómo sí se deben utilizar los QTE. Intuitivos, razonables y coherentes, llegará un momento que sabremos qué botón debemos pulsar incluso antes de que aparezca en pantalla.
Alguno ya os habréis dado cuenta de que no mencionamos aquello que se promocionó tanto de una aventura de supervivencia, que por ejemplo tendríamos que cazar para alimentarnos, algo que se ha quedado en anécdota. Podemos cazar animales como ciervos, conejos, jabalís o pájaros, que nos dan puntos de experiencia y materiales para mejorar el inventario, pero no es necesario y podemos pasar completamente de esto que no pasa nada, es un simple complemento sin importancia. De hecho la salud de Lara se regenera automáticamente, y nos preguntamos cuánto hubiera mejorado el juego con un sistema de botiquines, seguro que hubiera sido más desafiante, pero menos comercial claro.
Una ausencia un tanto inexplicable son las fases acuáticas, Lara no nada ni bucea, y como aquellos fans de la saga sabrán, el agua siempre ha sido muy protagonista en los Tomb Raider, proporcionado algunos de los momentos más tensos y complicados. Esto choca más todavía con un juego que se desarrolla en una isla, llena de agua por todas partes, y que nunca cubrirá a Lara por encima de la cintura. Puede parecer un detalle sin demasiada importancia, pero en la relación amor-odio que hemos vivido los fans del personaje con este tipo situaciones a lo largo de la saga, al jugar este Tomb Raider se echan de menos.
Nos ha durado entre 9 y 10 horas, explorando los escenarios y superando todas las tumbas secretas, es difícil resistirse a los encantos de sus entornos, y suponemos que alguien que vaya al grano se lo puede terminar en unas 7 u 8 horas. Ya que los tiroteos no son muy complicados, y sí bastante entretenidos, os invitamos a que los juguéis de primeras en difícil, para que os dure un poco más, ya que si no es un paseo por el campo. Después de acabárnoslo quisimos hacernos con todos los coleccionables, que no son pocos, y tardamos unas 3 horas más, por lo que el juego se puede ir a las 14 horas como mucho, completándolo todo.
Por suerte, para quien quiera rentabilizar más si cabe su compra hay un modo multijugador, que sin estar mal, la verdad es que no está a la altura de la sobresaliente campaña. Es entretenido y tiene algunos elementos originales, pero ni técnica ni jugablemente llega a las excelencia del resto del producto, está poco pulido con bastantes errores, es escaso en cuanto a mapas y posibilidades, y se nota y mucho que lo ha hecho otro equipo diferente a Crystal Dynamics –concretamente Eidos Montreal-.
Tiene su gracia, por el diseño vertical de los escenarios, llenos de trampas, mecanismos que podemos activar para cambiar las condiciones del combate, por ejemplo desatando una tormenta de arena, o las tirolinas que nos permiten hacer desplazamientos rápidos. Las condiciones jugables cambian respecto a la campaña, se elimina cualquier sistema de cobertura, no nos cubrimos automáticamente detrás de un objeto, algo hecho para que la acción sea dinámica y muy alocada, y contamos con un botón de correr ausente en el modo historia.
Hay cuatro modos de juego. En principal es Rescate, un modo por rondas en el que los supervivientes deben conseguir medicinas y los Solarii –los malos del juego-, tienen que acabar con ellos con una ejecución cuerpo a cuerpo. Para ganar los supervivientes deben coger un botiquín y llevarlo hasta la base, cinco veces, algo que no es fácil, ya que cargar con él te impide saltar y moverte rápido. Y los Solarii tienen que realizar 20 muertes, algo que tiene su peculiaridad, ya que cuando abates a un superviviente, este queda tumbado en el suelo disparando con una pistola, y tienes que conseguir acercarte a él y ejecutarle cuerpo a cuerpo, lo que no es sencillo, ya que además te tienes que dar prisa porque un compañero puede resucitarle.
Los otros modos son Duelo por equipos, que no tiene más explicación, Todos contra todos, y Llamada de auxilio, un modo por rondas en el que los supervivientes tienen que activar radiotransmisores e impedir que los Solarii cojan sus baterías. La pena es que aunque no está mal y es divertido, este multijugador se queda un tanto escaso en muchos aspectos, cinco mapas son muy pocos, y las mejoras y evolución de los personajes muy sencillas. Una decena de armas, unos pocos perks, de ataque y supervivencia, y cuatro tipos de explosivos. Tiene muy corto recorrido, y huele todo un poquito a DLC. Además aunque todavía no hemos podido probar muchas partidas por falta de jugadores, no va del todo fino, y suponemos que lo parchearán pronto.
Gráficamente excelente
Ya con el relevo generacional a la vuelta de la esquina –la semana pasada se ha anunciado PlayStation 4, por si alguien no se ha enterado-, los estudios se las siguen apañando para explotar más si cabe Xbox 360 y PS3. Tomb Raider tiene unos gráficos espectaculares, ese punto perfecto que se produce cuando juntas unas geniales animaciones, buenos modelados, unos escenarios repletos de detalles, buena iluminación, y un inspirado y acertado diseño artístico.
Todo se da la mano para ofrecer una experiencia visual deliciosa, con estampas muy bellas que te obligan a detenerte a contemplar los paisajes, y seguro que a más de uno os va a sorprender, de los juegos multiplataforma más punteros que hemos visto. Además carece de defectos técnicos como ralentizaciones, dientes de sierra o falta de sincronización vertical, y es muy consciente del hardware en el que se mueve, explotando con inteligencia a las actuales consolas. A esto ayuda su dirección cinematográfica, con una cámara nerviosa y en constante movimiento, que da lo mejor de sí en las escenas más espectaculares. Buenas físicas, grandes efectos de fuego y viento, todo está a un nivel altísimo, sobresaliente.
Y a la altura de los gráficos está el sonido, con unos efectos buenísimos, que merecen ser escuchados con uno buen home cinema o cascos de sonido envolvente. Contundentes disparos, truenos, lluvia, la naturaleza tiene su propio lenguaje, en una ambientación sonora exquisita, un apartado que hacía tiempo que no nos llamaba tanto la atención. La banda sonora acompaña a la perfección, con una acertada pieza principal que se repite en distintas variaciones, aunque a nuestro parecer, le falta la garra y el gancho del tema clásico de la saga, que hemos echado un poco de menos.
A nuestro país llega con voces en castellano, en un notable trabajo, aunque recordamos otras Laras que en español nos sonaban mejor. Por suerte en el menú de opciones podemos elegir el doblaje en inglés, una opción que no siempre ofrecen los juegos y que debería ser obligatoria, para poder apreciar las estupendas voces originales. En este caso con la actriz Camilla Luddington interpretando con mucho acierto a Lara Croft.
Lara vuelve al Olimpo de los videojuegos
Por fin este mítico personaje vuelve a tener un juego a la altura de lo que se merece, una reinvención de la serie en todos los sentidos, tanto por el personaje, ahora más humano y creíble, como por la jugabilidad, mucho más orientada a la acción, con un desarrollo muy intenso y espectacular, más apto para todos los públicos. Una adaptación a los tiempos que corren muy acertada en todos y cada uno de sus apartados, que solo decepcionará a quienes busquen algo similar a las primeras aventura de la saga, hoy en día algo casi imposible de encontrar.
Da igual que no seas fan de Lara Croft, o que hayas jugado a algún Tomb Raider previamente, aquí la historia se cuenta de nuevo, desde cero, y viviremos la creación de una heroína, que esperamos nos sigue acompañando con tanto acierto como en esta aventura. Tiroteos, plataformas, puzles, algo de exploración, un espectáculo gráfico y visual, escenas vertiginosas que nos dejarán con la boca abierta, el concepto de aventura total, un producto muy cuidado que se disfruta de principio a fin, sin altibajos. Un título que recomendamos sin reservas, que estamos seguros que cualquier amante de los videojuegos disfrutará, con más o menos intensidad. Uno de los mejores juegos de 2013, y un excelente punto de partida para que la saga vuelva a recuperar el éxito de antaño.