Análisis de Call of Duty: Modern Warfare 3 (PS3, NDS, Xbox 360, PC)

La saga de videojuegos y del mundo del entretenimiento más exitosa de los últimos tiempos, vuelve un año más tras el arrollador triunfo de su anterior entrega, Call of Duty: Black Ops, que ha vendido 25 millones de copias en menos de un año, una cifra increíble, convirtiéndose en el juego más vendido de la historia en términos de recaudación. Amado por muchos, odiado por otros tantos, lo que es innegable es que su éxito no parece conocer límites, ya que cada año es capaz de batir las impresionantes ventas del anterior, en un estallido de fama que comenzó con Call of Duty 4: Modern Warfare en 2007.

Ahora llega el tercer capítulo para cerrar esta trilogía de la guerra moderna, con el listón en ventas muy alto puesto por Black Ops, y con unos cuantos problemas y polémicas en su desarrollo, debidos a la "espantada" de muchos de los integrantes de Infinity Ward, creadores de la saga, con West y Zampella a la cabeza que se fueron para fundar otro estudio y salieron de Activision con pleitos y demandas de por medio. Esto no ha retrasado los planes del gigante norteamericano de lanzar el Call of Duty que toca, el de Infinity, alternándose cada año con los juegos hechos por Treyarch, aunque para llevar a cabo esta entrega hayan tenido que participar varios estudios en su desarrollo.

Infinity Ward, Sledgehammer Games y Raven Software han dado como resultado un juego muy similar y continuista respecto a los anteriores Modern Warfare, como si nada hubiera pasado y la Infinity Ward de antaño con todos sus miembros siguiera al mando de la saga. Esto se traduce en la espectacular, frenética, lineal y corta campaña de siempre, y un multijugador que, a falta de que los servidores estén atestados de gente y juguemos muchas más horas, nos ha parecido excelente, terriblemente divertido y adictivo. Teniendo muy claro qué producto es, a quién va dirigido, y escuchando las demandas de sus seguidores, afianza su identidad y su estilo de "guerra arcade", más completo y pulido que nunca, que creemos encantará a los amantes de su multijugador por internet.

Muy alejado de lo que ofrece su rival directo de este año, Battlefield 3, mientras uno es guerra realista, más pausada y sesuda, en la que prima la estrategia y elaborar los ataques, Modern Warfare apuesta por acción frenética y sin un segundo de descanso, en la que después de haber sido abatidos, bastarán unos poco segundos para poder tomarte tu revancha. Juegos diametralmente opuestos en su planteamiento jugable, pese a ser ambos bélicos y muy buenos, y haberse empecinado en compararlos tanto algunos de sus creadores como multitud de "fanboys" a lo largo y ancho de internet. Con dos maneras de entender la acción bélica bien distintas, que no soportan comparación, y que son perfectamente compatibles entre sí. Así lo entendemos, aunque mucho nos tememos que los acalorados debates en los foros de medio mundo no cesarán fácilmente. Y dicho esto, comencemos a hablar de lo que ofrece este nuevo Modern Warfare.

La Tercera Guerra Mundial ha comenzado

Si bien es cierto que el mayor atractivo de esta saga reside en su multijugador, sus campañas para un jugador siempre han tenido una relevancia medianamente importante, ofreciendo experiencias muy breves pero intensas. En esta ocasión nos encontramos con la continuación directa de la historia de Modern Warfare 2, ya que comienza en el mismo punto donde se quedó aquella entrega. Por lo tanto, nos sumergiremos en la Tercera Guerra Mundial, continuando la búsqueda y captura de Makarov por todo el planeta, combatiendo en las calles de París, Londres, Hamburgo, etcétera, y con el fin de evitar posibles destripes para quienes no hayan podido jugarlo y planeen hacerlo, no daremos más detalles.

La narrativa nunca ha sido el punto fuerte de esta saga, ya que generalmente suele resultar bastante confusa y por qué no decirlo, sobre todo en su segunda entrega, mal contada. En esta ocasión, a pesar de volver a repetir las mismas fórmulas para contarnos la historia (puntos de vista de distintos personajes, flashbacks, pantallas de carga con mapas de satélite y conversaciones, etcétera), la verdad es que se ha mejorado en cierta medida, siguiendo un orden más lógico y dejándonos las cosas bastante claras. No es la panacea, pero se agradece el esfuerzo en este sentido. La conclusión de esta subsaga dentro de la serie de Activision, acaba por dejar un buen sabor de boca a nivel argumental, y el tono épico que se consigue al mostrarnos un mundo sumergido en la Tercera Guerra Mundial le sienta de maravilla.

La campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 sigue paso por paso todas las directrices marcadas por la saga, sin molestarse en innovar en ningún momento. Esto quiere decir que nos encontramos ante un juego completamente lineal y bastante pasillero, una fórmula que para desgracia de muchos han copiado multitud de shooters, donde innumerables scripts y situaciones predefinidas irán sucediéndose a nuestro paso. La gran mayoría del tiempo estaremos avanzando a tiro limpio, aunque hay algunos momentos más pausados en los que tendremos que avanzar sin que nos vean o que buscan desarrollar algo la historia.

La espectacularidad y la intensidad de todo su desarrollo mantiene los mismos niveles de siempre, tanto para lo bueno como para lo malo. El título no nos dejará un solo momento de respiro y consigue sumergirnos de lleno en la acción, pero al mismo tiempo, la sensación de deja vu será constante, ya que la gran mayoría de las situaciones que veremos nos dejarán con esa sensación de "esto ya lo he visto antes". Incursiones tras una puerta a cámara lenta, momentos "torretas" donde sólo podremos disparar y apuntar mientras el vehículo se mueve, seguir a un personaje en silencio y sin hacer ruido, etcétera.

También se echa de menos una mayor libertad de acción. No pedimos un sandbox, pero es que apenas se nos deja margen para afrontar los tiroteos como queramos, ya que todo está muy predefinido, y si nos intentamos salir un poco del guión impuesto probablemente moriremos de alguna u otra manera, por lo que lo mejor será seguir constantemente al personaje que se nos marque como guía mientras apuntamos y disparamos a todo lo que se mueva. Aun así, la campaña es bastante divertida, variada y muy entretenida, con algunos momentos realmente impactantes, por lo que a quienes les gustara la de los anteriores Modern Warfare y todavía no se haya cansado de esta fórmula, la disfrutarán mucho, mientras que quienes busquen algún tipo de novedad o algo distinto que le dé un soplo de aire fresco, puede que se sientan decepcionados. Su duración es bastante breve. En dificultad normal nos ha durado unas cinco horas y media. A esta cantidad se le podrían sumar un par de horas más dependiendo de la destreza de cada uno y de si subimos la dificultad.

Algo que es criticable, y más después de haber visto cómo se desarrolla la campaña, siempre acompañados de algún soldado, es que esta carece de cooperativo. En una saga que amasa tanto dinero año tras año, con infinidad de recursos y unos enormes valores de producción, no hubiera estado de más añadir algo nuevo y diferente a las anteriores entregas, y la inclusión de esta modalidad habría sido interesante. De hecho en el modo Operaciones especiales que comentaremos más adelante, revivimos algunos de los momentos de la campaña de manera cooperativa, y no entendemos por qué no han incluido la posibilidad de pasarse el juego entero junto a un amigo, algo que parece perfectamente posible y que hubiera contentado a muchos, dando como resultado un producto más completo.

Un multijugador tan divertido e intenso como siempre, pero más completo y pulido que nunca

Llegamos al plato fuerte. Al igual que ocurre en la campaña, los chicos de Infinity Ward y Sledgehammer Games no se la han querido jugar y nos vuelven a ofrecer un multijugador competitivo muy similar al de las últimas entregas, aunque más pulido, perfeccionado y equilibrado en todos los sentidos. Su premisa es la de todos los años, ofrecer diversión rápida, directa y sin complicaciones.

En esta ocasión volvemos a tener un sistema de experiencia mediante el cual iremos subiendo de rango. Subir de rango nos ofrece diversas ventajas y mejoras, y al mismo tiempo nos servirá para ir desbloqueando modos de juego y opciones de personalización. El editor de clases sigue siendo muy completo, dejándonos seleccionar nuestras armas, rachas de muertes, mejoras, accesorios, tipos de granadas, etcétera. Para conseguir más experiencia se han vuelto a incluir una gigantesca cantidad de desafíos de todo tipo, que consisten en diversos objetivos, como conseguir cinco bajas con un arma corta, y que al completarlos nos otorgan una cantidad determinada de experiencia.

Una de las primeras novedades y más llamativa, es el hecho de que ahora no sólo subiremos de nivel nosotros, sino también nuestras armas. Mientras más usemos un arma, más subirá de nivel y se desbloquearán nuevos accesorios para ella, con los que conseguiremos reducir el retroceso al disparar, cartuchos de munición más grandes o mirillas, por citar algunos ejemplos. Siguiendo con las novedades, en esta ocasión se le ha dado un mayor uso a los modos prestigio, que se desbloquean al alcanzar el nivel 80 y que ahora sirven para algo más allá de simplemente demostrar lo mucho que hemos jugado, ya que ahora hay una tienda donde los puntos de prestigio podremos invertirlos en sustanciosas mejoras como tener dos horas de experiencia doble o reiniciar nuestras estadísticas en caso de que no nos gusten.

Respecto a los modos de juego que tendremos disponibles, se encuentran divididos en cuatro categorías: estándar, avanzados, alternativos y de creación propia. Estándar está formado por doce modos distintos que incluyen los clásicos de entregas anteriores, como Duelo por equipos, Dominio o Sabotaje, aunque se han incluido un par de novedades, entre las que destaca el modo Baja Confirmada, que se ha convertido automáticamente en uno de nuestros favoritos.

Con el fin de obligar a los jugadores a moverse por el escenario y evitar que se queden quietos en posiciones estratégicas esperando a que pase alguien a quien poder acribillar, los desarrolladores han tenido la idea de incluir esta modalidad. Donde para conseguir puntos, tendremos que recuperar unas chapas que sueltan los rivales –y nosotros- al morir, por lo que de poco servirá matar a alguien si luego no podemos hacernos con su chapa. Así mismo, si morimos o muere alguno de nuestro equipo, podremos intentar recuperar nuestras chapas para evitar que el contrario puntúe, por lo que aquí el juego en equipo gana cierta relevancia, ya que si vamos junto a nuestros compañeros podremos intentar recuperar sus chapas en caso de morir, o incluso jugar con un poco de cabeza y usar esas chapas como cebo para atraer al contrario hacia ellas y matarlos antes de que lleguen a cogerlas.

Los modos avanzados incluyen ocho modalidades distintas y se corresponden con las versiones extremas de algunos de los modos estándar, donde las ayudas de la interfaz están mucho más limitadas y las reglas de las partidas son mucho más estrictas, resultando ideales para jugadores que busquen algo más táctico y tengan ya cierta experiencia. Los modos alternativos sólo estarán disponibles en las partidas privadas y suponen una variante muy divertida y mucho más alocada, ya que incluyen opciones especiales, como en Juggernaut, donde un jugador tendrá una armadura con un blindaje muy resistente, pero muy pesado y que no le permitirá moverse con rapidez. Aquel que consiga matarlo, se convierte en el nuevo Juggernaut. Otro ejemplo sería el modo Infectado, donde aquellos que estén infectados tendrán que contagiar al resto, mientras que estos deben intentar sobrevivir hasta el final.

Por último, también en partidas privadas, podremos crear nuestros propios modos, configurando las reglas a nuestro gusto para ajustarse así a nuestras preferencias, como límite de puntos, de tiempo, de vidas, etcétera. Como se puede comprobar, este Modern Warfare 3 no se encuentra escaso de modos, ofreciendo variantes de todo tipo. Si bien hay una cosa que todos ellos tienen en común, su diversión rápida y directa. El estilo de juego en ningún momento busca el realismo, sino que apuesta fuertemente y sin esconderlo por una jugabilidad de corte arcade, asemejándose más a un Quake III (salvando las distancias) que a otros títulos más tácticos. Esto supone partidas no demasiado largas y muy intensas, donde estaremos casi todo el rato enfrascados en tiroteos y sumergido en intensa acción, y donde desde el minuto uno conseguiremos matar a otros jugadores.

En lo que respecta a los mapas, nos encontramos con 16 nuevos escenarios donde medir nuestras habilidades. Ninguno de ellos es demasiado amplio, por lo que nos los aprenderemos en una o dos partidas y la desventaja inicial que podríamos tener al no conocernos el terreno se suple rápido. Esto también provoca que no paremos de encontrarnos con otros jugadores, haciendo que el combate directo a corto y medio rango sea algo bastante habitual. Sin embargo, a pesar de estar bastante bien planteados, muchos de ellos nos recordarán en su diseño a los mapas de Modern Warfare 2, simplemente que con un aspecto diferente en los decorados, algo que nos deja con la sensación de que se podría haber innovado un poco más en este aspecto.

Algo también a destacar es la ausencia de lag y el genial sistema de búsqueda de partidas del que dispondremos, ya que no pasará ni un minuto desde que le demos a buscar una hasta que estemos pegando tiros, por lo que por norma general la sucesión entre partidas será muy rápida y sin que el molesto y temido lag dinamite la experiencia de juego.

Guerra a dos bandas

Call of Duty: Modern Warfare 3 vuelve a recuperar el modo Operaciones Especiales de Modern Warfare 2. Este nos propone 16 misiones distintas que podremos afrontar tanto en compañía de un amigo como individualmente. En cada una de ellas tendremos que cumplir diversos objetivos y están ambientadas en diversos momentos de la campaña principal, aunque desde otro punto de vista. Tendremos tres niveles de dificultad y la duración de cada una de ellas es variable, aunque suele oscilar entre los 5 y los 10 minutos. Realmente deja pocas opciones para realizar acciones cooperativas, aunque en ciertos momentos sí que será necesario que uno cubra al otro mientras realiza alguna tarea que le impida disparar.

Al mismo tiempo, se ha incluido el modo Supervivencia, que podríamos considerar como la gran novedad de esta entrega. Aunque no aporta nada nuevo al género, la verdad es que resulta muy divertido. Se trata de un modo de juego al estilo Horda que se desarrolla en los mapas del multijugador competitivo y en el que tendremos que aguantar oleadas de enemigos de dificultad creciente. Mientras más matemos, más dinero para invertir en armas y otras ventajas ganaremos, como un chaleco antibalas o pedir un ataque aéreo.

Al igual que en el multijugador, podremos ir subiendo de nivel mientras más juguemos, lo que nos desbloqueará nuevos mapas, y mejoras y armas para comprar en mitad de partida, lo cual notaremos bastante y que nos permitirá llegar a un mayor número de oleadas. Esta progresión y subida de nivel hay que aclarar que es independiente del multijugador competitivo. Una cosa que no nos ha gustado, es que tanto el modo supervivencia como el de misiones sólo podremos jugarlo individualmente o a dobles, cuando habría salido muy beneficiado tanto en jugabilidad como en diversión si hubieran permitido por lo menos cuatro jugadores, aunque fuera en algunos mapas o misiones. No se puede negar lo mucho que puede llegar a durarnos este modo y lo bien que nos lo pasaremos matando enemigos sin descanso en compañía de otro jugador, pero junto a algún amigo más, hubiera sido mucho mejor.

Con 60 imágenes por segundo por bandera

A nivel técnico y tras varios años usando el mismo motor, esta nueva entrega de Call of Duty ha perdido gráficamente gran parte de su impacto. Si bien se nota una cierta mejoría, no es suficiente para que a nivel tecnológico podamos hablar de algo que despunte y se desmarque del resto de títulos vistos en consola (y mucho menos aún de PC). Pero a pesar de ello, todo lo que hace, lo hace bien y conociendo tanto sus propias limitaciones como las del hardware sobre el que trabaja, con dos consolas ya veteranas con unos años a sus espaldas.

Esto significa que volvemos a disfrutar de una tasa de 60 imágenes por segundo que consiguen que el juego vaya como la seda, sin ninguna clase de tirones y que a nivel jugable se nota una barbaridad, donde nuestros reflejos y nuestra habilidad con el mando priman sobre todo lo demás, ya que los controles responden a las mil maravillas a nuestras órdenes. Por tanto, lejos de que el motor gráfico sea más o menos avanzado, que no permita destrucción en los escenarios y que carezca de efectos gráficos sorprendentes, aplaudimos su apuesta por los 60 fotogramas por segundo, algo que no es un mero capricho visual, sino que afecta e incide directamente en la jugabilidad de manera notable.

Visualmente y como ya hemos dicho, puede que no tenga las mejores texturas que hayamos visto ni los efectos de luces más impresionantes, pero cumple con su cometido sobradamente, gracias a un apartado artístico muy cuidado y que nos muestra ciudades de todo el planeta devastadas por la guerra que está teniendo lugar, dejándonos algunas imágenes para el recuerdo. Al mismo tiempo, gracias a la genial puesta en escena, se han conseguido varios momentos realmente espectaculares, y que consiguen que gráficamente estemos ante un juego muy resultón y llamativo. Eso sí, la campaña luce mucho mejor que el multijugador, que sin verse mal este último, no consigue terminar de llegar a los niveles alcanzados en la historia para un jugador. También carece de bugs y fallos gráficos notables, aunque las físicas siguen siendo muy mejorables y ciertos efectos como el del fuego dejan mucho que desear. Así mismo, echamos de menos una mayor interactividad con el escenario, ya que por lo general es bastante estático, como de cartón piedra.

El sonido se ha mejorado considerablemente respecto a entregas anteriores, sobre todo en el apartado de los efectos, resultando mucho más nítidos, claros y contundentes, aunque todavía queda margen de mejora. En cuanto a la banda sonora, nos encontramos con un repertorio de temas de corte épico que se ajustan como un guante a todas las situaciones que viviremos y que nos ayudarán a meternos en la acción. Eso sí, todas las composiciones están un peldaño por debajo del espectacular trabajo que realizó Hans Zimmer en Call of Duty: Modern Warfare 2. Respecto al doblaje, vuelve a mantener un nivel más que notable, aunque hay un par de voces que flojean en comparación con el resto, pero pocas pegas se le pueden poner a este apartado.

Conclusiones

Call of Duty: Modern Warfare 3 es lo que todo fan de la saga podía esperar de él. Un multijugador competitivo frenético y divertido a rabiar con multitud de opciones, modos y desbloqueables, muy pulido y bien acabado. Una campaña intensa que concluye por todo lo alto la historia que comenzó con el primer Modern Warfare hace 4 años, y un modo Supervivencia que nos puede tener enganchados durante muchas horas. Sin embargo, la ausencia de novedades, la repetición de una fórmula usada ya hasta la saciedad (a pesar de que sigue funcionando igual de bien que siempre) y el estancamiento gráfico que padece, hace que la saga de Activision empiece a mostrar ciertos síntomas de agotamiento. A pesar de esto, Call of Duty vuelve a convertirse en una compra obligada para los amantes del género y para todo aquel que busque acción directa y sin descanso para disfrutar durante mucho, mucho tiempo.