Análisis Wraith: The Oblivion - Afterlife, descubre el misterio de tu propia muerte (PC, PS4)
Aunque quizás no es el más popular en el mundo de los videojuegos, el universo de los juegos de rol de Wrath: The Oblivion lleva ya casi tres décadas entre nosotros, y ahora Fast Travel Games nos da la oportunidad de descubrirlo en realidad virtual con un título para PC, PlayStation VR y Oculus Quest que sabe aprovechar con acierto muchas de las bondades de la realidad virtual. Os contamos qué tiene que ofrecer este Wraith: The Oblivion - Afterlife.
Bienvenidos a la mansión Barclay
Wraith: The Oblivion - Afterlife es un juego de terror e infiltración en primera persona, con mucho enfoque en la narrativa, que nos pone en la piel de un fantasma (los wraith que dan título a la experiencia) que se adentra en la mansión Barclay para descubrir los eventos que lo guiaron a su propia muerte.
En general, la historia nos ha parecido bastante interesante, por lo que nos parece bien que se le haya dado tanto énfasis. Cómo se ha implementado la historia es otra cosa, y lo discutiremos más adelante.
A nivel diseño, es un título que bebe mucho de los survival horror clásicos como Resident Evil, encerrándonos en una mansión que tendremos que recorrer mientras conseguimos llaves o habilidades que nos ayudarán a progresar, y con guardado manual sólo en ciertos sitios. Desde una linterna a atravesar paredes, poco a poco vamos consiguiendo recursos que no sólo nos permitirán acceder a nuevas áreas, sino también enfrentarnos a las criaturas que habitan la mansión.
Los enfrentamientos, en realidad, son secuencias de infiltración, ya que no podemos atacar, sólo defendernos con la linterna siempre y cuando nos quede energía, haciendo preferible evitar los encuentros a toda costa. Otros elementos, como la cámara de fotos, nos permiten descubrir nuevos fragmentos de la historia, recompensando así la exploración. Aunque se podría haber hecho mejor (por ejemplo, activar un visor si nos acercamos la cámara a un ojo en lugar de atravesar los polígonos), todos estos elementos aportan variedad e interactividad.
La realidad virtual
Ya sabéis que para nosotros es muy importante que un juego en realidad virtual aproveche y se adapte al formato; si no, casi que es preferible hacer un juego tradicional. La buena noticia es que Wraith: The Oblivion - Afterlife lo hace. Nuestro detalle favorito, quizás, es que podemos usar nuestros brazos como una especie de brújula para indicarnos el camino. Manteniendo pulsado un botón, las venas del brazo se iluminan cuando apuntamos al lugar hacia el que tenemos que ir, algo que encaja a la perfección con la temática y sirve, además, como ayuda sin romper la inmersión.
Lo que menos nos gusta es la falta de interacción durante las extensas secuencias narrativas. Vamos a ver constantemente, una y otra vez, espíritus hablando y desglosando la historia, y no podemos hacer absolutamente nada salvo esperar a que terminen de charlar. Esto no es lo que uno espera de la realidad virtual. También hemos encontrado los escenarios poco interactivos pero, al menos, en general nos ha parecido que sabe ofrecer una experiencia que nos sumerge en la aventura y que consigue atraparnos durante las ocho horas que nos ha durado.
Técnicamente sorprendente
También nos ha sorprendido mucho en lo visual, teniendo en cuenta que es lo hemos jugado en Quest 2. Para ser, a efectos prácticos, un dispositivo móvil, Wraith: The Oblivion - Afterlife se ve muy, muy bien. Se nota que la resolución no es la nativa del casco, pero pocas pegas le podemos poner más allá de eso. Lo hemos probado en PC también para comparar y, obviamente, a resolución nativa y a 120 imágenes por segundo las diferencias son perceptibles, pero cuando estamos jugando nos podemos olvidar de ellas. Una pena que tenga compra cruzada pero no guardado cruzado entre plataformas.
De igual modo, Fast Travel Games ha hecho un muy buen trabajo con lo sonoro, aprovechando el sonido envolvente no sólo para ponernos en situación y crear tensión, sino para meternos voces en la cabeza que no sabemos de dónde vienen. No van a faltar los sustos, pero en general es un título más enfocado en el suspense que en los gritos y monstruos saltando de detrás de las esquinas. Mención de rigor al idioma: nos llega en inglés con textos en castellano (bastante bien traducidos, por cierto), pero en realidad virtual no terminamos de aprobar eso de tener que leer lo que nos dicen, ya que al fin y al cabo todo tiene que sumar para la inmersión. Al menos los diálogos suelen ser estáticos, por lo que podemos pararnos y leer.
Por último, destacar la cantidad de opciones para movernos, incluyendo un modo «proyección» similar al que hemos visto recientemente con Resident Evil 4, que nos permite mover en tercera persona a nuestro personaje y teletransportarnos luego hasta él. Nosotros, al final, hemos optado por el desplazamiento libre, que es bastante suave, y lo hemos disfrutado sin problemas.
Recomendable para pasar miedo
Wraith: The Oblivion - Afterlife es un poco el juego independiente de terror por definición –atrapados en un sitio, con infiltración, sin poder defendernos...–, pero eso no quita que lo que hace lo haga bien. Una historia interesante, un sistema de progresión bien implementado, gráficos muy buenos para un dispositivo como Oculus Quest 2 y, en general, una experiencia divertida y equilibrada lo hacen un buen candidato para pasar miedo con nuestras gafas. Podría haber aprovechado más la realidad virtual y, de paso, tener voces en castellano, pero si queréis descubrir los misterios de la mansión Barclay desde dentro, Wraith: The Oblivion - Afterlife es un muy buena elección.
Hemos realizado este análisis en Oculus Quest 2 con un código de descarga proporcionado por Hill+Knowlton Strategies. También hemos probado la versión de PC gracias a la compra cruzada.