Análisis de UFO: Afterlight (PC)
Tomando como base la genial fórmula de juego establecida por la mítica serie X-Com de Microprose, Genega regresa con la tercera entrega de su saga de juegos de acción táctica y gestión de recursos UFO tras sorprender a los aficionados al género con el notable UFO: Aftershock, un título que combinaba sabiamente ambos géneros tan dispares y que pese a sus fallos, sin duda se convirtió en una de las compras más recomendables para los aficionados a este tipo de títulos. Ahora, un año después, regresan con la misma fórmula jugable pero mejorando la gran mayoría de los errores cometidos en el pasado y dando un fantástico lavado de cara al discreto apartado técnico del que hacía gala esta trilogía desde sus inicios.
Con este punto de partida tan prometedor volveremos a encontrarnos con un título que combinará a la perfección los combates entre un reducido grupo de soldados en una serie de entornos de batalla, y la gestión de recursos y construcción de edificaciones que nos permitirán recoger los materiales necesarios para sobrevivir en cada una de las escaramuzas en las que nos veremos involucrados. Por lo tanto, como es habitual en la saga, nos encontraremos con dos vertientes de juego totalmente distintas entre sí pero que se combinarán de tal forma que un mal planteamiento en una de las mismas logrará que toda nuestra misión se vaya al traste. Sobre todo porque la dificultad se mantendrá igual de alta que siempre, con unos enemigos bastante poderosos que nos pondrán en serios apuros si todo el trabajo llevado a cabo en la parte de gestión no resulta adecuado.
A la hora de construir estas edificaciones nos encontraremos con una sencillísima interfaz de usuario que nos permitirá realizar dicha tarea de forma directa y sin complicaciones: pinchar sobre el territorio, ver el tipo de materias primas que en él se pueden encontrar, y ordenar construir la edificación necesaria para su correcta extracción. Tras esto, de nuestra base surgirá un vehículo compuesto por varios de nuestros técnicos que se encargarán de construir dicha edificación en el menor tiempo posible.
Con todos los recursos que vayamos obteniendo, como decimos, podremos ir ampliando nuestra base de operaciones con nuevas salas como laboratorios, bibliotecas, o zonas en las que almacenar a los cadáveres enemigos para después realizar clarificadoras autopsias que a la larga nos permitirán conocer nuevos detalles acerca de nuestros enemigos. En cada una de estas salas trabajarán los veinte colonos con los que contaremos, los cuales se encontrarán divididos en tres grupos bien definidos: los soldados, que lógicamente usaremos en las misiones de combate; los científicos, que se encargarán de investigar nuevas tecnologías u objetos; y los técnicos, que serán los encargados de levantar todo nuestro imperio. Además, podemos hablar de una cuarta categoría de personaje que sería una mezcla de dos de las tres especialidades comentadas. Por supuesto, como es habitual en la serie, tras superar cada misión o realizar diversas tareas nuestros personajes adquirirán puntos de experiencia que a la larga les permitirán mejorar sus estadísticas de combate, en los campos de investigación, u otra serie de habilidades que se irán desvelando a lo largo de la partida. Lógicamente, deberemos desarrollar a cada personaje de una forma distinta para tener la mayor variedad posible de estrategias de combate y más opciones a la hora de desarrollar nuestra tecnología propia.
Con respecto a este último punto, dentro de cada uno de los campos de trabajo de nuestra colonia tendremos una serie de opciones o actividades a realizar que podremos establecer en el orden que queramos. En este caso, por ejemplo, nuestros científicos pueden investigar las tecnologías que nosotros les indiquemos, siempre y cuando estén disponibles, mientras que los técnicos no dejan de crear nuevas armas e ítems para nuestros pelotones de combate. La creación de este tipo de objetos o el proceso de investigación consumirán tiempo y recursos que deberemos recoger, como explicábamos, de la superficie del planeta; lo que al final nos obligará a estar constantemente trabajando para tener a nuestro grupo de combatientes con el mejor equipamiento posible para hacer frente a los innumerables peligros con los que se encontrarán.
Y esto resulta fundamental puesto que en Afterlight, como hemos resaltado, el número de colonos estará limitado a los veinte, por lo que perder a uno de nuestros hombres puede significar el fracaso casi total de nuestra misión final. A este respecto, deberemos asignar a cada uno de nuestros colonos a las diversas salas de nuestra base para que realicen las funciones que deseemos, teniendo que aguantar a veces con un reducido número de personal dado la gran cantidad de trabajo que llegaremos a tener, es decir, que en ocasiones nuestros técnicos habrán salido a construir una estructura fuera de nuestra base, lo que puede hacer que la fábrica de armamento se encuentra escasa o directamente vacía de personal, lo que significa que no se obtendrán más de estos ítems hasta que regresen los colonos y los asignemos a esa tarea en concreto.
Este hecho a la larga se tornará algo molesto y pesado puesto que deberemos estar combinando sin cesar a nuestros escasos personajes trasladándoles de unas a otras salas sin descanso. Además, en ocasiones necesitaremos que estos mismos personajes viajen junto a los soldados (eso o contar con soldados científico o soldados técnicos) para realizar también diversas tareas en los propios campos de batalla, lo que de nuevo viene a resaltar ese notable componente de agobio con el que viviremos constantemente al tener a tan pocos efectivos sobre la superficie de Marte. No obstante, conforme vayamos avanzando en la aventura conoceremos a distintas especies o facciones que podrán facilitarnos nuevas tecnologías previos acuerdos, u ofrecernos a algunas de sus unidades para que podamos sobrevivir con algo menos de estrés. También, llegado el momento, podremos hacer uso de los diversos drones que podremos construir tras investigarlos en los laboratorios y equiparlos con la última tecnología militar, lo que también cabe remarcar nos saldrá muy caro. Y aunque la idea de tener a veinte colonos individualizados, con sus rostros e historias personales, resulta realmente buena (la sensación de perder de verdad a uno de los nuestros lo dice todo), el hecho de tener que luchar para no perder a prácticamente ninguno de los mismos hará que los usuarios al final opten por la estrategia de guardar cada dos por tres para reiniciar la partida en caso de perder a uno de sus personajes.
Este aspecto, unido a lo complicado que resultará moverse al inicio de la partida dada la ingente cantidad de opciones con las que nos encontraremos, son dos de los puntos flacos del juego, aunque en este último caso la interfaz de usuario resulta bastante intuitiva una vez hemos asimilado todas las opciones que se nos presentan. Sin embargo, se echa de menos un mayor nivel de descripción en todas y cada una de las opciones con las que nos encontraremos, ya que en muchas ocasiones tendremos a nuestra disposición una gran variedad de campos de estudio para investigar, y no saber realmente cuál coger por no tener claros los beneficios que nos reportarán dichos estudios. Y aunque este aspecto se soluciona con algo de práctica tras conocer todos los detalles del universo que se nos presenta, al principio hará que más de uno ande excesivamente perdido por la superficie de Marte lo que al final lógicamente desembocará en el fracaso total de la misión principal.
Una vez decidido el equipo que viajará con el OVNI a la región en conflicto y equipados con el mejor arsenal posible, nos encontraremos con unos reducidos pero variados escenarios de batalla en los que deberemos abatir por norma a todos los enemigos, y en determinados casos investigar algunos sucesos con los personajes científicos o técnicos como ya destacábamos con anterioridad. Por lo demás, todo se mantendrá idéntico a lo visto en las entregas anteriores de la saga, con un reducido grupo de soldados, se espera que diferentes entre sí, que deberán abatir a una gran cantidad de enemigos bastante torpes que se limitarán a avanzar hacia nosotros sin aprovechar las alternativas que ofrecen los escenarios con diversos niveles de altitud. Para que las escaramuzas sean más controlables, controlaremos el tiempo de tal forma que podremos ralentizar toda la acción, acelerarla, o pausarla para redituar a nuestro pequeño escuadrón.
Además, cuando ordenemos atacar a los enemigos, y gracias a la sencilla interfaz de usuario, conoceremos el daño que causaremos al rival con los ataques de dicho personaje: aparecerá un porcentaje con el color asignado a ese personaje en concreto que nos marcará el daño que realizaremos en cada turno de ataque. Lo interesante de este sistema es que dependiendo del tipo de arma, y también de la posición de nuestro combatiente, el daño será mayor o menor, por lo que deberemos jugar con el entorno para restar el mayor nivel de vida posible a los enemigos en el menor tiempo posible. Esto teniendo en cuenta que nuestras armas también dañarán a los aliados, por lo que deberemos evitar poner a nuestros hombres en la línea de fuego aliada, o no emplear arma como lanzacohetes con amigos cerca puesto que éstos también sufrirán daños.
El mayor problema con el que nos encontramos es que estas fases resultan a la larga bastante pesadas de superar, sobre todo por la mala inteligencia artificial de nuestros enemigos que no supondrán un desafío por sus increíbles tácticas de combate, sino por su gran potencial ofensivo y defensivo que solamente podremos contrarrestar con un equipamiento de última generación, algo que no será sencillo de lograr. Por eso, al principio las batallas contra los distintos enemigos que encontraremos en Marte resultarán realmente complicadas. También destaca de forma negativa la poca variedad de objetivos, lo que de nuevo vuelve a destacar la pesadez con la que afrontaremos este tipo de contiendas, aunque esto no significa que sean malas. Como siempre, disfrutaremos de lo lindo viendo como todos los avances tecnológicos estudiados y puestos en práctica, unidos a las habilidades de cada uno de nuestros soldados, nos permiten acabar con los rivales tras intensos combates.