Análisis de Patrician IV (PC)

El tiempo suele ser un aliado para aquellas sagas que se ven estancadas o comedidas por su propia excelencia. No pocas veces, hemos visto como títulos y secuelas consolidadas en el mercado y en la mente de millones de jugadores, se ven atados por sus propias ganas de mejorarse. Y es que, cuando se llega a un determinado nivel de calidad, es muy difícil y complicado encontrar espacio para maniobrar con nuevos detalles y características que ayuden a enaltecer un juego ya de por sí bueno.

La saga de Patrician, quizás no sea especialmente conocida o reputada fuera de su círculo de jugadores fieles (cuenta con una de las comunidades más activas y amigables de cuantas hemos visto), pero le pasó algo parecido a lo que hemos contado como introducción. Sus juegos, creados por la extinta Ascaron, basaban su esquema jugable en la capitalización y la gestión de bienes basados en el comercio a través de los mares. Encarnábamos a un importante Capitán de navío, que podía incluso acabar siendo pirata o gobernador, y controlábamos nuestras flotas de naves, ciudades o puertos. El juego funcionó bastante bien, y desde 1992, año de nacimiento de la primera entrega, se contaron hasta dos secuelas más. La última de ellas llegó en 2003, significando todo un hito para los aficionados de la franquicia. Pero pasó algo. Patrician III era tan redondo, tan perfecto dentro de su género y marco jugable, que se veía prácticamente imposible una mejora sustancial de cualquiera de sus características. Han tenido que pasar siete años, para que Kalypso y FX Interactive, se atrevan a dar un paso adelante en el peligroso mundo de los mares del norte. ¿Es entonces Patrician IV un título honorable para tan reputada saga? Con todas las letras. Sin más, os invitamos a continuar leyendo, jóvenes grumetes.

El Imperio de los mares

Patrician IV sigue el mismo esquema jugable principal de los anteriores títulos. En Patrician IV, que nos emplaza a finales del siglo XIV en las costas del mar Báltico, encarnaremos a un joven emprendedor que deberá arriesgarse para convertirse en el hombre más poderoso de toda Europa. Su objetivo: ser el más poderoso gobernador o Patricio de todo la Liga del continente. Al principio seremos poco menos que un pequeño comerciante al que poco se le tendrá en cuenta en las transacciones comerciales entre los gigantes consorcios, pero paso a paso, nuestra fama subirá como la espuma (si sabemos jugar bien nuestras cartas). Patrician IV es un título de gestión, y como tal, premiará nuestro planteamiento y estrategia. Diseñar una buena estrategia política, militar o comercial será esencial. Y es que, como podéis intuir, Patrician IV ofrece varias ramas jugables englobadas dentro del mismo marco: podemos encarnar a un peligroso pirata, que basa todo su éxito en el robo y el asalto a los buques, negociando con la más alta violencia y coacción, a un aburguesado e importante joven emprendedor en el mundo del comercio o adoptar el rol de un justo gobernador. O todas a la vez.

Y es que las posibilidades de afrontar una partida en Patrician IV son casi infinitas, sin existir un modo perfecto o una guía infalible para ganar. Es decir, si bien la base del juego se basa en la ley de la oferta y la demanda de las principales materias primas (cuánto más barato compremos y más caro seamos capaces de vender, mayor éxito tendrán nuestras transacciones), muchas veces nos podremos ver obligados o tentados por la vía rápida: el uso de los piratas, nos facilitará bastante las cosas, permitiéndonos robar o saquear aquellos objetos y mercancías que más trabajo cuestan conseguir. El interceptar, hundir o robar a los navíos enemigos (comercialmente hablando, no perdamos la compostura burguesa que nos caracteriza), destrozará paulatinamente el mercado, y nos dañará nuestra imagen, pero nos permitirá extender nuestro poder de una forma muy rápida.

La pantalla principal de Patrician IV podrá ser tremendamente confusa y completa para el neófito en la saga, pero nada más lejos de la realidad. Tendremos tres pantallas principales: pantalla de ciudad, pantalla de combate naval y carta de navegación. La pantalla de ciudad, se asemejará muchísimo a lo visto en los principales títulos de gestión que pueblan el mercado. En ella, veremos nuestra ciudad principal, con sus edificios y construcciones, así como los intereses, o alertas e informaciones que puedan interesarnos (si hay enfermedades, hambrunas, asedios enemigos o piratas por nuestras costas). Podremos construir y planificar el crecimiento de nuestra pequeña región, mejorando las infraestructuras, defensas o edificios que queramos.

La figura principal de nuestra ciudad será el mercado, que destacará por encima de otros elementos arquitectónicos. Alrededor de ella, estarán afincados las demás instituciones políticas, sociales, comerciales y militares, teniendo cada una su propio edificio (Ayuntamiento, Taberna, Astillero, Lonja…). Nuestro cuaderno de bitácora, nos informará en todo momento sobre lo que se cuece en la ciudad, qué misión hemos aceptado o que objetivos tenemos marcado a corto o largo plazo. Quizás sea, junto a los menús de operaciones comerciales y oferta y demanda, las opciones que más visitemos y consultemos durante nuestra partida.

La siguiente de las pantallas, y en la que posiblemente estemos gran parte del tiempo con Patrician IV, sea la carta de navegación. En dicha pantalla, con forma de mapamundi, trazaremos y dibujaremos las rutas comerciales de nuestros navíos, eligiendo los mejores y más seguros caminos y travesías o los puertos más importantes y destacados para nuestros intereses. Podremos seleccionar dichas rutas manualmente, cargando nosotros mismos las mercancías que más nos interesen, o por el contrario, preparar automáticamente una ruta comercial sin necesidad de pasar bajo nuestra supervisión. Esta opción en concreto, la de comerciar automáticamente con otro punto, será todo una ayuda, sobre todo en los niveles más altos de intercambio, ya que tendremos que estar pendiente a una multitud de barcos y transacciones alrededor del mapa. Alrededor de la pantalla de juego, veremos nuestros barcos, los barcos piratas y los barcos de la competencia. Cuando hacemos click en cualquiera de dichos convoys de cascarones de madera, tendremos acceso a información en concreto de dicho navío, como cuánto tiempo y distancia lo separan de su destino, la calidad de la carga que transporta, el número de cañones que lleva o la tripulación a bordo.

Los combates también tendrán su propia presentación gráfica y jugable en Patrician IV. Cuando nos vemos obligados a defender o a atacar a nuestros enemigos comerciales, el juego cambiará a una vista adaptada para dichos bélicos menesteres. En la pantalla de combate naval, visualizaremos a nuestros barcos y a los navíos enemigos con unos más que correctos gráficos en tres dimensiones. Podremos elegir nuestros objetivos, escogiendo entre tres tipos de proyectiles (balas macizas, palanquetas y metralla). Cada una de ellas nos servirá para un motivo u otro, siendo las dos primeras ideales para hundir los barcos que se atrevan a cuestionar nuestras decisiones comerciales y militares, y siendo la metralla, la más útil para tomar los barcos y sus cargas sin apenas daños o pérdidas, simplemente atacando y causando bajas a la tripulación del navío. La experiencia de la tripulación del barco con el que estemos luchando, también podrá llegar a ser determinante: si tenemos una tripulación con los suficientes "tiros pegados" a sus espaldas, nos será más fácil llegar, ver y vencer. Otro de los aspectos a tener en cuenta, serán las nubes de los disparos enemigos y propios, que ayudarán a saber qué dirección toma el viento, algo que nos será muy útil para movernos alrededor de la batalla que estemos librando.

El esquema gráfico y jugable de esta parte de Patrician IV es muy sencillo, ya que simplemente nos basamos en un intercambio rápido de golpes. Siendo rápidos y directos, esquivando los proyectiles enemigos (recogiendo o desplegando las velas, según queramos) y planteando bien nuestros ataques en función del objetivo (recordad aquello que decía el inefable Mel Gibson a sus hijos en la infravalorada "El Patriota": "Blanco pequeño, error pequeño"), no tendremos muchos problemas. Las batallas son un extra en Patrician IV, ni más ni menos.

Patrician IV es un juego que supone un reto constante. No habremos terminado del tutorial (bastante largo, pero muy esquemático y ordenado), cuando nos daremos cuenta de la inmensidad jugable que se esconde tras las rutinas y elementos más básicos de la jugabilidad. Podemos controlar y modificar casi cualquier parámetro desde decenas de menús, administrar nuestras mercancías, otorgándoles precios y calidades según nuestro criterio, construir edificios o barcos acorde a nuestras exigencias…La impresión general de Patrician IV, y la que puede captar el jugador menos versado, es que estamos delante de un juego de gestión que engloba otros más pequeños del mismo género. Y ciertamente, no andan muy desencaminados. Estrategia social y militar, comercio, y cierto componente de rol, se tornarán casi habituales y constantes durante el desarrollo del juego.

Apartado técnico

Patrician IV es un juego gráficamente bastante resultón. Emplea un motor gráfico en tres dimensiones, que recrea con bastante fidelidad lo que podemos esperar de un título de semejante temática y ambientación. Las ciudades y elementos arquitectónicos están bien representados, con modelados algo complejos y texturas más que decentes, pero a la hora de la verdad, Patrician IV falla en el modelado y el diseño de los barcos, a los que veremos en todo su "esplendor" cuando combaten. Los navíos en Patrician IV parecen estar a un nivel algo bajo para lo esperado, con modelados algo simples y texturas poco definidas y contrastadas. Se antoja algo bastante extraño el visualizar buenas ciudades y edificios, y luego jugar con unos barcos que no parecen ser coherentes al resto de los apartados de un juego de la actual generación, y sí de la anterior (aunque las batallas son espectaculares en líneas generales). Aun así, la ambientación global del juego es excelente, casi soberbia. Sobre todo, cuando se trata de representar las inclemencias del mar Báltico: tormentas frías, nieve. Es en esos aspectos donde Patrician IV se demuestra un digno heredero de la saga de gestión y comercio que tantas alegrías ha reparado.

En cuanto a requisitos, Patrician IV se comporta bastante bien. Kalypso ha construido un excelente motor gráfico (en líneas generales) muy adaptable a equipos de gama media y baja, y que consigue lo que pretende: hacer que la experiencia de juego sea disfrutada por los jugadores independientemente de su máquina.

Patrician IV viene completamente doblado y traducido a nuestro idioma, e incluye un impresionante y detallado mapa en el interior de la caja del DVD. Como siempre, FX Interactive ha demostrado su buen hacer con la presentación del título.

Conclusiones finales

Patrician IV es una buena continuación del venerado y alabado Patrician III. Quizás es demasiado conservador en sus apartados generales, pero es una auténtica muestra de mejora constante en el plano jugable, que si bien mantiene la base y esquema de siempre, apuesta por la inclusión de ciertas variantes estratégicas (con casi infinitas posibilidades) que mantienen el interés durante la duración de nuestra partida. Gráficamente no es un juego especialmente vistoso, pero cumple sobradamente con los objetivos marcados por los desarrolladores, estando entre ellos, que la experiencia del título sea disfrutable por todos los jugadores posibles. Patrician IV es un juego de gestión completo y muy divertido, lleno de opciones y características que harán las delicias de lo más versados en el género. Si tenéis tiempo, y ganas de divertiros con un juego complejo y que realmente suponga un reto para los fanáticos de la estrategia, creemos que podéis ir marcándolo como regalo para vuestras listas de deseos para estas Navidades. Muy recomendable.