Análisis de Orion: Dino Horde (PC)
Los dinosaurios siempre han tenido su cuota de protagonismo en el mundo de los videojuegos, desde el simpático Trog de Midway, una especie de clon de Pac-Man con trogloditas, jóvenes dinosaurios y mucho humor, al adictivo beat 'em up Cadillacs and Dinosaurs de Capcom, que hizo que nos dejáramos grandes cantidades de monedas de cinco duros en los recreativos, hasta llegar al boom de Jurassic Park, la película de Steven Spielberg que ha contado con numerosas adaptaciones al mundo de los videojuegos, algunas tan recientes como Jurassic Park: The Game, una aventura gráfica de Telltale Games que pasó con más pena que gloria.
Tras el descomunal éxito de la película, los ya difuntos Acclaim e Iguana Entertainment lanzaron en 1997 Turok: Dinosaur Hunter para Nintendo 64 y PC, un juego de acción en primera persona que impactó por su apartado gráfico y que inició una saga, para muchos siendo Turok 2: Seeds of Evil su mejor entrega.
Hubo una tercera parte Nintendo 64, Turok 3: Shadow of Oblivion, se dejó ver en la generación 128 bits con Turok: Evolution, y llegó a las actuales consolas con Turok de 2008, un título que no fue muy bien recibido.
No sabemos si volverá algún día Turok, pero para muchos los conceptos acción en primera y dinosaurios siempre estarán ligados a esta saga. Intentando recoger su testigo, el año pasado se lanzó Primal Carnage, un juego de acción multijugador mejor recibido por el público que por la crítica, y hace un par de semanas ha llegado también a Steam el título que hoy nos ocupa, Orion: Dino Horde. Un juego que viene rodeado de polémica, al ser acusado por muchos de tratarse del mismo título lanzando un año antes, Orion: Dino Beatdown, en un intento por limpiar su nombre, las críticas y las bajas puntuaciones de Metacritic, algo que no le ha servido de mucho, porque ha heredado los análisis de Dino Beatdown, y lo que es peor, la suspicacias de muchos. David Prassel, jefe de Spiral Game Studios, se ha defendido de estas acusaciones, diciendo que es tanto una actualización como una secuela, con más dinosaurios, armas y modos de juegos, y un código de red depurado, que al parecer en Dino Beatdown era un desastre.
En cualquier caso nosotros nos hemos puesto con el juego sin ningún tipo de prejuicio y ajenos a esta polémica, e independientemente de cuál sea la verdad tras todo este asunto, Orion: Dino Horde es un mal juego, en todos y cada uno de sus apartados, al que ni su precio "reducido" -10,99 euros- le salva de la quema. Y la idea de partida no es mala, ponernos junto a otros jugadores a matar hordas de dinosaurios en un universo de ciencia ficción con armas y vehículos futuristas, fuertemente inspirado por la saga Halo. ¿Qué es lo que ha salido mal? Casi todo, lo que no quita que en momentos puntuales te puedas llegar a divertir, aunque hay decenas de títulos de acción multijugador y cooperativos mejor hechos y más entretenidos.
No hay ningún tipo de campaña o modo historia, ni siquiera explicación argumental, al iniciar la aplicación veremos que solo podemos buscar partidas o crearlas, y no hubiera venido mal algún tipo de tutorial que nos explicara las nociones básicas, que aprenderemos tras unas pocas partidas, ya que tampoco estamos ante nada demasiado complejo. Tenemos cinco modos de juego, aunque el principal y relativamente más popular es Survival. En este tenemos que sobrevivir a sucesivas oleadas de dinosaurios mientras protegemos un generador. Según matamos dinosaurios conseguimos dinero, y con este compramos nuevas armas y mejoras, algo que solo se puede hacer en los 60 segundos entre una oleada y la siguiente.
Al comenzar a jugar empezamos con un número de créditos que define el que ha creado la partida, con un máximo de 5.000, que solo nos permite, como mucho comprar un arma medio decente. Por suerte las primeras oleadas son sencillas, y en cuanto tengamos más créditos, podremos hacernos con mejores armas, así como rellenar la munición y curarnos, algo para lo que también hay que pagar. Los mapas, apenas cuatro en este modo, son bastante amplios, aunque casi siempre combatimos en el mismo sitio, cerca del generador que tenemos que proteger. Para movernos largas distancias hay disponibles vehículos, desde sencillos coches, jeeps con torretas, hasta mecas y naves voladoras, en los que se pueden montar varios jugadores.
En las primeras oleadas, con dinosaurios de tamaño pequeño o medio, descubriremos que casi es más útil montarnos en un vehículo y atropellarlos que dispararles a pie, lo que es un tanto extraño, ya que el juego se convierte en un Carmageddon con dinosaurios. Cuando pasan unas cuantas oleadas esto ya no vale, al aparecer enormes triceratops, estegosaurios y tiranosaurios rex, que de un simple cabezazo pueden mandar nuestro vehículo volando por los aires, dadas las demenciales físicas con la que cuenta el juego.
Los dinos carecen de inteligencia artificial alguna, y se limitan a lanzarse de cabeza hacia nosotros, lo que nos recuerda a un gran representante de la acción en primera persona más desenfada y divertida como Serious Sam, pero mucho menos inspirado claro. Hay algunos dinosaurios que escupen ácido, o por ejemplo el tiranosaurio rex agarra enormes rocas con la boca y las arroja, pero este será el menor de nuestros problemas cuando tengamos decenas de estas criaturas rodeándonos y lanzándose sin miramientos hacia nosotros.
Hay tres clases de personaje disponibles: assault, que tiene como habilidad un jetpack con el que puede volar, support, que tiene una pistola médica con la que puede curar y resucitar a sus compañeros, y recon, que puede hacerse invisible. Esa habilidad que diferencia las distintas clases es bastante importante, ya que por ejemplo el hecho de poder elevarnos del suelo con el jetpack cuando estamos rodeados de una horda de dinosaurios nos puede salvar el pellejo, y la clase soporte es muy necesaria para poder resucitar a los compañeros.
Lo que sin duda más choca de Orion: Dino Horde es que no hay ningún tipo de progreso. En los juegos de acción multijugador de los últimos años se ha puesto de moda el conseguir puntos de experiencia, que subamos de nivel y obtengamos nuevas armas y equipamiento, una motivación para seguir jugando y que siempre queramos echar una partida más. En Dino Horde siempre empezamos de cero las partidas, y tendremos que superar varias oleadas para conseguir el suficiente dinero que nos permite mejorar a nuestro personaje. Una vez terminada la partida y hayamos salido del servidor, no habremos conseguido ningún tipo de progreso o ventaja, da igual jugar mucho o poco. Es más, si nos matan en una oleada, y nuestros compañeros la consiguen superar, reapareceremos en la siguiente, pero lo habremos perdido todo.
Este es uno más de los muchos errores de diseño, dejando a un lado el apartado técnico más propio de finales de los 90, no tanto por sus texturas y modelados, sino más bien por las físicas y animaciones, y cómo afecta esto a la jugabilidad. Los 60 segundos entre oleadas a veces se nos hacen largos y pesados, ya que no se puede acelerar la llegada de la nueva oleada, como en otras ocasiones, si estamos lejos de la base, no nos dará tiempo a llegar y comprar munición y armas. Si nos matan durante una oleada, tendremos que esperar un buen rato hasta que esta acabe, lo que es un rollo, a no ser que el jugador que haya creado la partida tenga activado "revival", lo que nos permite durante un tiempo resucitar si matamos a algún dinosaurio, al estilo Borderlands. La cantidad y la manera de aparecer de los dinosaurios es muchas veces absurda –les hemos pillando lloviendo del cielo-, y las oleadas suelen terminar con varios jugadores disparando al aire intentando acabar con los últimos y esquivos pterodáctilos que queden.
Tampoco tiene demasiado lógica la velocidad a la que se mueven los dinosaurios más grandes y presuntamente lentos como los triceratops, y las partidas se acaban volviendo un caos disparatado de tiros y dinosaurios cayendo por todas partes, en las que cuesta enterarte de lo que está pasando. Hay 7 mapas para los cinco modos de juego, aunque dos de ellos son versiones nocturnas, y si ya de por sí cuesta encontrar usuarios que quieran jugar a esto, más todavía en los modos que no son el Survival, que están siempre desiertos.
Hay una especie de captura la bandera en la que tenemos que recoger huevos y llevarlos a la base, un insulso modo competitivo que enfrenta a los jugadores y no tiene ninguna gracia, y un modo en el que incluso podemos ponernos en la piel de los dinosaurios, con un control tosco y lento en tercera persona que en ningún caso divierte. Aunque hasta ahora os hemos hablado de modos multijugador, también podemos jugar solos, pero creednos que la poca diversión que puede ofrecernos este juego la encontraréis junto a otros jugadores.
Los gráficos y el sonido son el menor de los problemas de Orion: Dino Horde, y eso que ambos son bastante malos. Los escenarios no están mal, con texturas decentes y algunos efectos de iluminación resultones, y el diseño de los vehículos y armas recuerda mucho al de Halo, algo que parece más que una simple inspiración. Es cuando vemos moverse a los dinosaurios cuando todo se derrumba, con unas animaciones lamentables, que parecen stop motion, sacadas de una película de los años 50, lo que si se hubiera hecho a propósito tendría su gracia.
Está repleto de bugs y fallos gráficos, las físicas son muy malas, y veremos a los dinosaurios hacer todo tipo de cosas extrañísimas, como atravesar rocas, o quedarse colgados de las paredes como si fueran un trofeo de caza, algo que nos sacará más de una sonrisa la verdad. La música es terriblemente repetitiva, con un único tema sonando constantemente, y los efectos de sonido son acordes al resto de apartados. Está completamente en inglés, textos y audio, algo que no es importante.
Una buena idea, una mala ejecución
Siendo muy positivos, jugado junto a unos amigos y durante una tarde puede ser moderadamente entretenido, siendo un poco más negativos, no tiene nada más, y cuesta encontrarle virtud alguna. Si tienes ganas de acción cooperativa y luchar contra dinosaurios prueba con otra alternativa, este juego no merece ni tu tiempo ni tu dinero, y los pocos jugadores que se pueden encontrar en los servidores actualmente son un claro síntoma de que le queda muy poca vida. Hay un mercado muy competitivo de juegos de acción en primera persona cooperativos, y Orion: Dino Horde no destaca absolutamente en nada, más bien todo lo contrario. Como título amateur podría pasar, como producto en Steam por 10 euros no, por ese mismo precio hay decenas de juegos mejores en la plataforma de Valve.