Análisis de Hotline Miami 2: Wrong Number (PC, PSVITA, PS4, PS3)

Hay juegos con una propuesta tan arriesgada o particular que no dejan indiferente a nadie, y personalmente te pueden enamorar, pero a la vez puedes comprender que no a todo el mundo le gusten, y no te molestas en iniciar una cruzada para convencerles de lo contrario. Un ejemplo perfecto de esto es Hotline Miami, con un aspecto gráfico y unas mecánicas de juego tan particulares como hostiles, que entendemos no sean del agrado de todos.
El sabio paso del tiempo lo ha puesto en su sitio, y hoy en día está considerado uno de los mejores juegos independientes de los últimos años, habiendo conquistado el corazón de miles de jugones, con esa mezcla tan especial de violencia salvaje, acción frenética pero que en realidad no lo es tanto, y una banda sonora deliciosa, que supo aprovechar el tirón de la película Drive, film que a todos nos vino a la memoria la primera vez que lo probamos. Una experiencia "sinestesica", como diría Tetsuya Mizuguchi, el creador de Sega Rally y Rez, que si te atrapa y te dejas arrastrar por su locura, propicia momentos realmente inolvidables.
Un juego tan contundente como redondo, pese a ser realmente imperfecto, y cuando se anunció su secuela entendimos que muchos la vieran un tanto innecesaria, aunque que finalmente hasta los más críticos de esta decisión le tienen unas ganas tremendas. Y no es para menos, ya que Hotline Miami 2: Wrong Number es una secuela de manual, no decepciona lo más mínimo, sabiendo reinventarse y cambiando de manera sutil todo lo bueno que ya tenía, que era mucho. Como nos temíamos su mayor problema es perder el factor sorpresa y la frescura del primero, aunque eso lo intenta compensar con más variedad de situaciones, y alguna que otra sorpresa.

Los que disfrutasteis el primero, algo prácticamente imprescindible para saborear adecuadamente esta secuela, os sentiréis como en casa desde el primer minuto, ya que los controles y las mecánicas básicas de juego no han cambiado lo más mínimo. No temáis ya que pronto empiezan a asomar la cabeza ciertas diferencias y novedades, y la principal de ellas es que en vez de controlar a un personaje durante toda la aventura, que mediante distintas máscaras iba obteniendo diferentes habilidades, aquí nos hacen controlar casi a una decena de protagonistas diferentes.
Esto es muy interesante, ya que cada uno tiene su propia historia y características, y se comportan de diferente manera. En el grupo de asesinos más "tradicional" tenemos a Corey y su máscara de cebra, que tiene la habilidad de rodar por el suelo; a Tony con la máscara del tigre, que no puede usar armas y utiliza solo sus puños asesinos, que matan de un golpe. Mark con la máscara del oso y sus dos ametralladoras, que puede disparar en diferentes direcciones, y por último a uno de los personajes más peculiares del juego, Alex y Ash y sus máscaras de cisne, una pareja que utiliza una motosierra y armas de fuego, y es divertidísima -y un tanto imprecisa- de controlar.

En las fases protagonizadas por esta banda de criminales nos suelen dejar elegir a cuál de ellos queremos controlar, pero luego hay muchos niveles en los que nos imponen al personaje, en una historia con multitud puntos de vista y saltos temporales. En el resto de protagonistas no hay muchas diferencias, excepto en uno, el Escritor, el personaje más peculiar del juego, ya que puedes terminar sus fases sin matar a nadie si así lo quieres, realizando golpes no letales. Una opción muy interesante en un juego ultraviolento, que nos da un punto de vista muy interesante.

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