Análisis de Hotline Miami 2: Wrong Number (PC, PS5, PSVITA, PS4, PS3)
Hay juegos con una propuesta tan arriesgada o particular que no dejan indiferente a nadie, y personalmente te pueden enamorar, pero a la vez puedes comprender que no a todo el mundo le gusten, y no te molestas en iniciar una cruzada para convencerles de lo contrario. Un ejemplo perfecto de esto es Hotline Miami, con un aspecto gráfico y unas mecánicas de juego tan particulares como hostiles, que entendemos no sean del agrado de todos.
El sabio paso del tiempo lo ha puesto en su sitio, y hoy en día está considerado uno de los mejores juegos independientes de los últimos años, habiendo conquistado el corazón de miles de jugones, con esa mezcla tan especial de violencia salvaje, acción frenética pero que en realidad no lo es tanto, y una banda sonora deliciosa, que supo aprovechar el tirón de la película Drive, film que a todos nos vino a la memoria la primera vez que lo probamos. Una experiencia "sinestesica", como diría Tetsuya Mizuguchi, el creador de Sega Rally y Rez, que si te atrapa y te dejas arrastrar por su locura, propicia momentos realmente inolvidables.
Un juego tan contundente como redondo, pese a ser realmente imperfecto, y cuando se anunció su secuela entendimos que muchos la vieran un tanto innecesaria, aunque que finalmente hasta los más críticos de esta decisión le tienen unas ganas tremendas. Y no es para menos, ya que Hotline Miami 2: Wrong Number es una secuela de manual, no decepciona lo más mínimo, sabiendo reinventarse y cambiando de manera sutil todo lo bueno que ya tenía, que era mucho. Como nos temíamos su mayor problema es perder el factor sorpresa y la frescura del primero, aunque eso lo intenta compensar con más variedad de situaciones, y alguna que otra sorpresa.
Los que disfrutasteis el primero, algo prácticamente imprescindible para saborear adecuadamente esta secuela, os sentiréis como en casa desde el primer minuto, ya que los controles y las mecánicas básicas de juego no han cambiado lo más mínimo. No temáis ya que pronto empiezan a asomar la cabeza ciertas diferencias y novedades, y la principal de ellas es que en vez de controlar a un personaje durante toda la aventura, que mediante distintas máscaras iba obteniendo diferentes habilidades, aquí nos hacen controlar casi a una decena de protagonistas diferentes.
Esto es muy interesante, ya que cada uno tiene su propia historia y características, y se comportan de diferente manera. En el grupo de asesinos más "tradicional" tenemos a Corey y su máscara de cebra, que tiene la habilidad de rodar por el suelo; a Tony con la máscara del tigre, que no puede usar armas y utiliza solo sus puños asesinos, que matan de un golpe. Mark con la máscara del oso y sus dos ametralladoras, que puede disparar en diferentes direcciones, y por último a uno de los personajes más peculiares del juego, Alex y Ash y sus máscaras de cisne, una pareja que utiliza una motosierra y armas de fuego, y es divertidísima -y un tanto imprecisa- de controlar.
En las fases protagonizadas por esta banda de criminales nos suelen dejar elegir a cuál de ellos queremos controlar, pero luego hay muchos niveles en los que nos imponen al personaje, en una historia con multitud puntos de vista y saltos temporales. En el resto de protagonistas no hay muchas diferencias, excepto en uno, el Escritor, el personaje más peculiar del juego, ya que puedes terminar sus fases sin matar a nadie si así lo quieres, realizando golpes no letales. Una opción muy interesante en un juego ultraviolento, que nos da un punto de vista muy interesante.
Que haya un elenco de protagonistas tan numeroso enriquece la jugabilidad, y da mucho juego para plantear todo tipo de situaciones, pero a la vez perjudica a la narrativa, terriblemente confusa en las primeras horas, y no empezamos a encajar las piezas y a entender qué está ocurriendo hasta el tramo final. Sin querer desvelar demasiado, la historia se desarrolla antes, durante y después del primer Hotline Miami, y es cierto que aclara muchas de sus incógnitas, pero es innecesariamente enrevesada, como si queriendo confundir al jugador pensaran que van a desviar la atención de sus evidentes carencias narrativas, tanto de forma como de fondo.
Tan difícil como adictivo
Hotline Miami 2 es un juego muy difícil, que incluso por momentos podría llegar a ser desesperante si no fuera por su acertado sistema de puntos de control, en los que reapareces de manera instantánea, con pequeñas escenas de acción que se pueden solucionar en apenas unos segundos, pero en las que te puedes tirar muchos minutos hasta que las superas. Sus mecánicas de juegos van íntimamente ligadas a su dificultad, y en ese reintentar una y otra vez una misma escena de manera enfermiza radica su gracia, con una música que te incita a dejarte llevar y actuar por instinto.
Pero contradictoriamente Hotline Miami es un juego de acción bastante estratégica, y en los momentos más complicados, además de que te acompañe un poco la suerte, es necesario calcular cada movimiento, cada disparo, cada muerte. Aunque la disparatada y sádica violencia de sus imágenes y su música vibrante te invitan a descontrolarte, es cuando mantienes la cabeza fría cuando obtienes los mejores resultados. El objetivo siempre es el mismo, limpiar el escenario de enemigos poniéndolo todo perdido de sangre, pero la manera de hacerlo queda a libre elección del jugador.
Cuerpo a cuerpo, con armas blancas o de fuego, hay multitud de opciones para machacar a los enemigos, y cada una tiene sus pros y sus contras. Por ejemplo, si disparas con una escopeta muy ruidosa te oirán los enemigos del cuarto de al lado, y vendrán rápidamente a buscarte, y el bate de béisbol es bueno porque tiene un gran alcance, pero bastante lento, y en cambio los cuchillos son más rápidos, pero tienen muy corto alcance. Siempre tienes que evaluar las herramientas que tienes a mano, y aprender a utilizarlas correctamente. Lo difícil viene del lado de los diferentes tipo de enemigos, ya no solo por el tipo de arma que porten, sino por el tipo que sean. Los rápidos perros, unos fortachones que no fallecen al instante y aguantan unos preciosos segundos hasta caer al suelo, otras que rastrean el escenario de arriba abajo y solo mueren mediante una ejecución, o en el caso más extremo un tipo de enemigo que sale hacia el final del juego y que esquiva las balas, viéndote obligado a usar un arma cuerpo a cuerpo para derrotarle.
Como veis nada demasiado diferente del primero, aunque sabe plantear situaciones más variadas, curiosamente desechando casi por completo una de las buenas ideas de aquel, los jefes finales. Por ejemplo nos ha gustado mucho un tipo de misión en la que no podemos cambiar de arma, y tenemos que administrar cada bala, teniendo que buscar cajas de munición para recargar. O unas fases que nos tenemos que pasar utilizando solo los puños, lo que es realmente desafiante. Estos momentos "diferentes" tampoco son demasiados, y es tan continuista como secuela, que arrastra las mismas virtudes y defectos del primero, lo que le convierten de nuevo en un gran juego, pero no realmente en uno mejor.
La inteligencia de los enemigos sigue siendo igual de floja y caótica, y asomar la patita por una esquina para que vengan en manada sigue siendo efectivo, los líos con el abrir y cerrar de puertas siguen siendo los mismos, y tiene pequeños bugs por aquí y por allá, con enemigos que se quedan atascados en elementos del escenario o haciendo cosas raras, que te dan la sensación de estar ante un juego no muy pulido, y que no ha hecho demasiado por solucionar los errores de la primera entrega. Aunque suene demasiado condescendiente, como la mayoría de cosas interesantes de esta vida y que perduran en la memoria, le queremos pese a sus imperfecciones, y hasta te acabas encariñando de sus defectos. Algo similar a lo que ocurre con la saga Dark Souls.
En cualquier caso nos lo hemos pasado bomba de principio a fin, pese a estar a punto en más de una ocasión de tirar el mando contra la pantalla por su dificultad, y en la primera vuelta nos ha durado unas 8 horas. Y decimos primera vuelta porque cuando te lo pasas desbloqueas un modo difícil realmente interesante, que invierte la forma de los escenarios, inhabilita el apuntado automático, e introduce enemigos mucho más difíciles desde el principio. Vamos, un reto solo apto para los más valientes, pero muy interesante, ya que te obliga a jugar de otra manera, un ejemplo perfecto de cómo deberían ser todas las partidas extra o plus cuando te acabas un juego.
Hay que comentar que el editor de niveles de momento no está disponible en el lanzamiento, llegará esta primavera, y puede ser realmente interesante, ya que extenderá la vida del juego hacia el infinito, del que hay que recordar han prometido que será el capítulo final de la serie.
Los gráficos siguen siendo tan funcionales como atractivos, con una presentación retro muy cuidada, y esa recreación con un detalle enfermizo de la muerte de los enemigos, con todo tipo de ejecuciones y desmembramientos a cada cual más bestia y exagerado, que llegado un punto consiguen anestesiarte emocionalmente y que te parezcan lo más normal del mundo. Y la banda sonora vuelve a ser una auténtica pasada, ahora mucho más ambiciosa, con más de 40 temas, pertenecientes a más de 20 artistas diferentes, algunos que regresan del primero, como M|O|O|N, El Huervo y Jasper Byrne, y otros nuevos como Carpenter Brut, Perturbator y MegaDrive.
Seguro que más de uno se atreverá a decir demasiado rápido que el primer Hotline Miami tenía mejor banda sonora, porque algunos de sus temas más icónicos sonaban justo al principio, pero esperad a degustar completamente esta secuela, ya que la música de adapta como un guante a la enorme variedad de situaciones que plantea la historia, y algunos de sus mejores temas llegan en el tramo final, en los momentos más emocionantes. Quizá la banda sonora no sea tan efectiva fuera del juego como en el anterior, pero nos parece que tiene en líneas generales tiene más calidad.
Para lo bueno y para lo malo, la secuela de un clásico
Habiendo perdido el factor sorpresa por el camino, que siempre es una de las bazas más importantes en los juegos independientes que se convierten en auténticos éxitos, Hotline Miami 2: Wrong Number dejará tremendamente satisfechos a los fans del primero, pese a no ofrecer novedades de consideración. Nueva historia, situaciones y personajes, pero la misma y acertada jugabilidad, acción visceral que te obliga a jugar con la cabeza, una deliciosa contradicción. Le podríamos pedir que hubiera innovado más o que corrigiera algunos de los errores más graves de la primera entrega, pero eso no le impide ser un juegazo, y un auténtico imprescindible si disfrutaste Hotline Miami tanto como nosotros.