Análisis de Call of Duty 2 (PC)
Tanto Call of Duty como su expansión, La Gran Ofensiva, recrearon a la perfección el ambiente épico de la Segunda Guerra Mundial mostrando la camaradería existente entre los distintos soldados de los ejércitos involucrados en la contienda, representando, con todo lujo de detalles, algunas de las batallas más espectaculares y cruentas del conflicto: Stalingrado, Kursk, Bastogne, o el propio asalto final sobre la ciudad de Berlín.
Esta continuación, como ya comentamos en el avance del juego realizado hace unas semanas, mantiene todas estas características mejorando únicamente el apartado técnico y retocando muy poco un sistema de juego que les ha funcionado tan bien a lo largo de estos dos últimos años. Aún así, la sensación que nos quedará tras haberlo completado no será la de estar ante más de lo mismo pero más bonito, sino que terminaremos la aventura principal satisfechos por haber participado en algunas de las batallas más impresionantes y clásicas de la Segunda Guerra Mundial, quedándonos con ganas de más, mucho más.
Sin embargo, en esta ocasión la diferencia entre los tres ejércitos no la encontraremos en el número de refuerzos con el que contarán en las distintas batallas, ya que los tres bandos recibirán tropas constantemente, sino que las situaciones con las que nos encontremos marcarán el estilo de juego que tendremos que ir desarrollando. Así, por ejemplo, los soviéticos tendrán que recuperar las ciudades ocupadas por los enemigos calle a calle, evitando el fuego de los francotiradores y las emboscadas, mientras que los norteamericanos se enfrentarán a los alemanes en una serie de batallas campales a campo abierto en Normandía, teniendo que limpiar las ciudades de la región casa por casa, mientras evitan el fuego de la artillería y destrozan los blindados enemigos. Los británicos, por último, realizarán una serie de ataques devastadores sobre las posiciones de los Afrika Korps en el norte de África, teniendo que recuperar y defender algunas de las ciudades más importantes del continente africano. Como decimos, siempre rodeados por tropas aliadas, lo que hará que el espectáculo sea todavía mayor, aunque no será la única novedad con respecto a las versiones anteriores.
Ya en Call of Duty descubrimos que la guerra no la ganan los hombres de manera individual, sino que dependen en demasía del resto de tropas de asalto, así como también necesitan, en la gran mayoría de ocasiones, de la ayuda de blindados y aviones para lograr cumplir sus objetivos. En esta secuela se mantiene esta premisa dotando a nuestros aliados de un mayor protagonista en la aventura principal. Así, como comentábamos antes, avanzaremos por todos los niveles del juego en compañía de otros soldados que lucharán y morirán junto a nosotros, llegando incluso a salvarnos la vida en más de una ocasión.
Y es que éste no será un mero añadido estético más, puesto que los desarrolladores han centrado todos sus esfuerzos en dotar a los aliados de una mejor inteligencia artificial que hará que las tropas reaccionen de una manera más realista y efectiva a las distintas situaciones en las que nos veremos envueltos. De este modo, Infinity War corrige uno de los defectos del original que más problemas causaron a los jugadores: nuestros compañeros, teniendo a un soldado alemán a escasos metros de distancia, podían llegar a fallar todos sus disparos, o directamente pasar olímpicamente del enemigo, consiguiendo así que en medio de un combate los enemigos consiguieran matarnos por la espalda por culpa de la mala cobertura proporcionada por nuestros aliados.
En Call of Duty 2, sin embargo, nuestros compañeros se comportarán de una manera mucho más realista, avisándonos en todo momento de los peligros del combate –pueden avisarnos de la caída de una granada cerca de nuestra posición-, o indicándonos la posición de los enemigos en el escenario. Aparte, nuestros compañeros atacarán de manera "independiente" al enemigo, por lo que un grupo de aliados podrá entrar en los edificios para eliminar a los enemigos que puedan encontrarse en su interior, mientras nosotros combatimos a los nazis en el exterior. Del mismo modo, si somos nosotros los que entramos en el edificio, veremos como un pequeño grupo de soldados entra junto a nosotros, lanzando granadas en las habitaciones, mientras que el resto del escuadrón se queda en el exterior protegiendo la entrada.
No obstante, aquí cabría resaltar algo, y es que, como no podía ser de otra forma, la acción avanzará conforme nosotros vayamos cumpliendo los distintos objetivos que se nos vayan encomendando, es decir; nosotros podemos quedarnos media hora tras un muro esperando a que nuestros compañeros se encarguen de todos los nazis que se encuentran al otro lado, que hasta que no avancemos nosotros y lleguemos al punto fijado como objetivo, del lado de los alemanes no dejarán de llegar refuerzos. Por lo tanto, nuestros aliados nos proporcionarán el apoyo necesario como para sobrevivir a las distintas batallas en las que nos veremos involucrados, pero no completarán el juego por nosotros.
De este modo, Infinity Ward elimina las tediosas –en ocasiones- misiones en solitario del original, convirtiendo todo el juego en una experiencia bélica de grandes proporciones. Siguiendo esta estela, los desarrolladores han mantenido los acontecimientos "inesperados" que pudimos disfrutar en La Gran Ofensiva, lo que hará que en algunas de las misiones nos encontremos con distintos sucesos que variarán radicalmente el estilo de juego que estábamos llevando a cabo: puede que comencemos el nivel asaltando y conquistando un edificio protegido por los enemigos, para luego terminar la fase combatiendo a centenares de nazis que vendrán en oleadas junto a orugas y carros de combate intentando reconquistar la zona recién perdida. También, la artillería enemiga podrá castigar nuestras posiciones de repente, teniendo que buscar refugio rápidamente, o atacar desde los tejados de los edificios en las ciudades, acorralándonos a nosotros y nuestros hombres en una calle con muy pocos lugares para guarecernos.
En esta ocasión, además, desaparecen los botiquines y la barra de vida que aparecía en los capítulos anteriores, optando los desarrolladores por emplear un sistema de salud muy similar al que pudimos ver en Halo. Así, cada vez que recibamos varios tiros la pantalla se tornará de color rojizo, siendo esta la señal que nos indicará que nuestro nivel de vida es demasiado bajo, teniendo que buscar refugio antes de recibir otro balazo más, puesto que el último será mortal.
Tras guarecernos unos segundos, nuestra salud se restablecerá de manera automática, pudiendo de nuevo lanzarnos al ataque sin ningún tipo de problema. Esta decisión, seguramente, no agradará a todo el mundo ya que en los niveles de dificultad más bajos el jugador afrontará las misiones sin miedo: entrará en los búnkeres en plan kamikaze pensando que no va a perder salud, y si la pierde la recuperará al instante cubriéndose, o avanzará a toda prisa por los escenarios sin contar con el apoyo de la infantería aliada.
Y la verdad es que se puede completar la aventura en el nivel de dificultad intermedio realizando este tipo de acciones, aunque lógicamente no serán las más recomendables, puesto que moriremos en más de una ocasión por el ataque de varios enemigos a la vez –por mucha salud regenerativa que tengamos-, o por la caída de media docenas de granadas cerca de nuestra posición. Tampoco podemos caer en el error de pensar que es demasiado irreal, o que facilita demasiado las cosas, ya que en los niveles de dificultad más elevados unos pocos tiros acabarán con nuestra vida; igual que lo hacían en las versiones anteriores de la serie. Del mismo modo, en los niveles más fáciles nuestra salud no peligrará casi en ningún momento, pero eso mismo pasaba también en el original y su expansión, puesto que los botiquines se encontraban repartidos por todo el escenario, pudiendo recuperar la vida perdida constantemente.
Otro punto que varía muy poco con respecto al original lo encontramos en nuestro arsenal. Como ya ocurriera en los capítulos anteriores, nos encontraremos con un equipamiento militar amplio y variado, destacando el realismo con el que han sido representadas todas las armas y sus efectos sobre los enemigos; así como también impresiona el realismo con el que se han creado los efectos de las granadas de humo, que como decimos, son una de las grandes novedades en esta secuela. De nuevo, el jugador solamente podrá llevar encima dos armas distintas a la vez, lo que le obligará a adaptarse rápidamente a las distintas situaciones en las que se verá envuelto cambiando constantemente de armas.
Así, por ejemplo, podemos ir equipados con el rifle de precisión en la subida de la Colina 400, eliminando así a todos los enemigos que se encuentran a decenas de metros de distancia; y terminar luego el nivel con un lanzacohetes, que sustituirá al rifle, eliminando a los carros de combate que irán apareciendo. La munición la encontraremos repartida en cajas o mesas en algunas de las edificaciones que visitaremos, o tirada por el suelo junto a los cadáveres de los aliados y nazis. Si queremos sustituir una de nuestras armas por alguna de las que se encontrarán repartidas por el escenario de la misma forma, tendremos que acercarnos a estas para realizar un intercambio: el arma que llevábamos equipada se quedará en la mesa, caja o el suelo, y la nueva formará parte de nuestro equipo de combate.
Las granadas de fragmentación, que nos acompañarán a lo largo de toda la partida, nos facilitarán mucho nuestro avance, convirtiéndose en una de nuestras principales armas contra los nazis junto a las granadas de humo, ya que las podremos lanzar rápidamente sobre las posiciones enemigas, o colarlas a través de las ventanas de los edificios para limpiar rápidamente el lugar. Del mismo modo, y esta es una de las principales sorpresas con las que nos hemos encontrado, los enemigos lanzarán sus granadas igual que lo haríamos nosotros: si nos encontramos dentro de un edificio nos las colarán a pares por las ventanas, o si nos encontramos tras una trinchera, no dudarán en lanzar decenas de granadas con el único fin de sacarnos de nuestro escondrijo y así dispararnos con mayor facilidad. Con las granadas de humo ocurrirá algo similar. Nosotros podemos lanzarlas para cubrir nuestro avance, evitando que los enemigos sepan por donde nos movemos, y por tanto, complicándoles la vida a la hora de disparar; o ellos harán lo mismo complicándonos a nosotros la vida.
Y es que no hay nada más impresionante que ver como, tras una espesa nube de humo, se encuentran decenas y decenas de soldados enemigos que avanzan hacia nosotros a toda velocidad, resultando casi imposible saber por donde se mueven. Si la nube consigue atraparnos a nosotros también, disfrutaremos de auténticos momentos de tensión al escuchar a nuestros aliados y a los nazis gritar, mientras los disparos no dejan de sucederse. Nosotros podremos encontrarnos a los enemigos a pocos pasos de distancia, teniendo que reaccionar inmediatamente, o podemos cogerlos por la espalda, eliminándolos con mayor facilidad. Todo depende de la suerte que tengamos a la hora de internarnos en este tipo de nubes de humo.
Los objetivos, por último, serán más variados que en Call of Duty, encontrándonos con las clásicas misiones de asalto y defensa en las que tendremos que avanzar y eliminar a todos los enemigos que se pongan por delante, aprovechando los parapetos para no morir en el intento, y cumpliendo todos los objetivos que se nos vayan encomendando –se nos puede pedir que eliminemos a un francotirador, o destrocemos un tanque con explosivos-. También disfrutaremos de las fases a bordo de blindados, disparando a todas las tropas enemigas con el cañón, o, como novedad, tendremos que limpiar una amplia zona conquistada por el enemigo asaltando distintos puntos de control que aparecerán marcados en nuestro radar. Conforme vayamos arrebatando estas zonas a los enemigos, los nazis se replegarán integrándose en la defensa de los puntos de control restantes, siendo estas algunas de las fases más intensas del juego.
Los escenarios poseerán un elevado nivel de detalles y serán muchísimo más grandes que los vistos hasta el momento en la serie, destacando sobre todo la libertad con la que nos encontraremos a la hora de recorrerlos. Lógicamente, el desarrollo de la acción seguirá siendo lineal, teniendo que avanzar siempre en la misma dirección; pero esta sensación desaparecerá parcialmente en los entornos urbanos, en los que encontraremos distintos callejones que podremos recorrer para sorprender al enemigo por la espalda, o la ya citada posibilidad de entrar en los distintos edificios que iremos encontrando. Además, tendremos la oportunidad de saltar por las ventanas, lo que nos permitirá avanzar por el escenario de una manera distinta, también sorprendiendo al enemigo con apariciones repentinas.
El modelado de los personajes así como el detalle logrado en estos resulta impresionante; destacando el realismo con el que se han diseñado los uniformes de los cuatro ejércitos que encontraremos. Los alemanes, por ejemplo, llevarán el rostro cubierto en África con pañuelos y gafas oscuras para evitar que la arena y el sol les impidan eliminar a sus enemigos, mientras que en la Unión Soviética aparecerán abrigados con el uniforme de invierno, que será de color blanco para que resulte más difícil avistarlos en la lejanía. Del mismo modo, el rostro de las unidades será de lo más realista, encontrándonos con una gran variedad de rostros que irán desde los soldados más jóvenes, pasando por los de mediana edad que podrán llevar barbas, bigotes, ..., llegando por último a los más viejos –los altos mandos del ejército-. Aparte, en cada uno de estos rostros podremos encontrar detalles tales como cicatrices, moratones, o la barba de pocos días, siendo tremendamente impresionante ver como, en medio de una barcaza camino a Pointe-du-Hoc, los soldados mantienen una cara de terror al saber lo que les espera tras llegar a la costa.
La espectacularidad y la sensación de estar dentro de una película no desaparecerá en ningún momento de la partida, volviendo a disfrutar de momentos realmente espectaculares: en el ya citado desembarco de Pointe-du-Hoc, por ejemplo, comenzaremos la partida a bordo de una barcaza, viendo como los soldados en su interior vomitan, rezan, o se cubren al escuchar las explosiones. El oleaje hará que nuestra visión se torne borrosa, consiguiendo un efecto increíble que terminará de manera brusca cuando pisemos la playa. En ésta veremos como decenas de soldados escalan una pared vertical mientras las explosiones no dejan de sucederse destrozando algunas de las barcazas con soldados en su interior. Algunos aliados morirán envueltos en llamas, otros caerán desde lo alto del precipicio arrastrando consigo a los pobres soldados que se encontraban en ese momento subiendo con la cuerda, y los más "afortunados", morirán de manera repentina al recibir los balazos de los enemigos desde lo alto del acantilado –espeluznante el momento en el que vemos morir a nuestros compañeros por balazos en la cabeza, cayendo a plomo-.
Todo este espectáculo no sería lo mismo sin los increíbles efectos de partículas y explosiones que el motor gráfico de Call of Duty 2 nos brindará constantemente, destacando, como comentábamos antes, la increíble representación del humo; y las animaciones de todas las unidades que se nos mostrarán en pantalla. Los soldados constantemente se comportarán de manera realista, realizando todo tipo de movimientos tales como quitarse el casco para secarse el sudor de la frente, o mover los brazos rápidamente para calentar su cuerpo en los niveles ambientados en la Unión Soviética. Los efectos climatológicos, ya que hablamos de las reacciones de los soldados a estos, serán también muy buenos, resultando de lo más creíble las nevadas o las lluvias que veremos.
Las armas también poseerán un elevado nivel de detalles, destacando el realismo con el que han sido recreadas, y sobre todo, las animaciones de recarga, que serán de lo más espectaculares. Los efectos de luces y sombras también serán muy buenos, aunque no llegarán al nivel de los vistos en el reciente Quake IV. Por último, nos encontraremos con ciertos errores en el motor de físicas del juego, ya que los soldados, a pesar de poseer unas animaciones de lo más realistas, al morir quedarán "colocados" de manera un tanto peculiar: una explosión lanzará por los aires al soldado de manera exagerada pero espectacular, sin embargo, al llegar al suelo podrá quedar con la cabeza clavada en el suelo, y los pies en lo alto. También habrá otros que quedarán atrapados en algunos sacos de arena, quedando los pies tiesos por un lado, y la cabeza y brazos por el otro.
En cuanto al apartado sonoro, poco podemos decir: impresionante. La banda sonora volverá a ser increíble, disfrutando de algunas piezas musicales épicas de gran calidad en momentos muy puntuales de la acción, que ensalzarán los discursos emotivos de algunos de los protagonistas de la aventura, o dotarán de mayor intensidad algunos de los momentos más espectaculares del juego. Los sonidos de las explosiones, los disparos, y el rugir de los tanques también mantienen este impresionante nivel de calidad, volviendo a sumergirnos de lleno en un ambiente bélico sin precedentes. El doblaje al castellano también es de gran calidad, mejorando el del original, ya que cuenta con un mayor número de voces, que además interpretan mejor los papeles de los soldados que nos acompañarán. Eso sí, se ve que a Activision se les olvidó doblar uno de los vídeos en blanco y negro que precede a uno de los niveles del juego, ya que el narrador nos hablará en perfecto inglés.
La inteligencia artificial, por último, también mejora con respecto a lo visto con anterioridad. Los aliados, como decíamos, combaten de manera más realista, aprovechando los distintos elementos del escenario para protegerse de los disparos enemigos. Los alemanes también realizarán estas acciones, siendo demasiado precisos en sus disparos, y convirtiéndose en auténticos lanzadores de granadas. Habrá momentos de la partida en los que lloverán, literalmente, decenas de granadas sobre nuestra posición. Y es que los enemigos, como comentábamos antes, realizarán las mismas acciones que nosotros haríamos de estar en su lugar: si ven que les tenemos bloqueados, lanzarán granadas de humo para escapar o atacar sin que nosotros les veamos; o lanzarán sus granadas de fragmentación sobre nuestras posiciones para obligarnos a replegarnos. Cada vez que una granada caiga cerca de nosotros, aparecerá en pantalla un indicador que nos marcará la dirección que no debemos tomar si lo que queremos es evitar la explosión. Por último, tanto los aliados como los enemigos recogerán las granadas del suelo y se la devolverán al soldado que la lanzó, convirtiéndose la mayoría de niveles en una sucesión de lanzamientos de granadas por ver quién consigue terminar antes con el rival.
En definitiva, Call of Duty 2 mantiene todas las virtudes del original y su expansión, sumergiéndonos de nuevo en una experiencia de juego impresionante. Su modo historia puede llegar a ser muy corto, pero la intensidad que viviremos en él nos incitará a completarlo más de una y dos veces. El juego online, para los aficionados a esta serie, mantiene también sus virtudes, ampliando el repertorio de escenarios, y añadiendo una nueva modalidad de juego que se une a las ya existentes. Por eso, la nueva creación de Infinity Ward se convierte en uno de los mejores juegos del año, y una de las compras más recomendables para los aficionados a la acción en primera persona.