Análisis de Broken Sword 5: La maldición de la serpiente (PC)
El pasado mes de diciembre se lanzó la primera mitad o el 50% de Broken Sword 5: La maldición de la serpiente, el esperado regreso de la saga de la mano de sus creadores originales, los británicos Revolution Software y Charles Cecil como director y escritor, lo que se notaba desde el primer minuto del juego. Una aventura gráfica muy clásica, puro point and click de toda la vida que tanto gráficamente, como por su sonido y planteamiento jugable, consigue recuperar el espíritu de las dos primeras entregas de la serie, sin duda las más queridas por los amantes al género.
Al igual que dijimos con Broken Age, lo nuevo de Double Fine y Tim Schafer que como este ha sido posible gracias a la microfinanciación de Kickstarter, eso de que una aventura gráfica se parta en dos, sin estar su desarrollo pensado para ello desde un principio, no nos hace demasiada gracia.
Decimos esto porque si bien hay otros buenos ejemplos de aventuras episódicas, como las temporadas de Telltale Games, estas están diseñadas para lanzarse de esta manera, algo que se nota. En el caso de Broken Sword 5: La maldición de la serpiente, y sospechamos de Broken Age -solo hemos jugado la primera mitad-, al no estar pensados en un principio para salir de esta manera, la experiencia resulta un poco extraña y se resiente.
Jugamos la primera mitad de Broken Sword 5 hace casi 5 meses, y aunque puede no parecer demasiado tiempo, nos ha costado retomar el hilo de la historia. El juego no se molesta en hacer un breve resumen o ponernos en antecedentes de lo que ya jugamos, y al menos en nuestro caso, nos ha costado volver a recordar de qué iba la trama y qué papel jugaba cada personaje. La verdad, hubiéramos preferido esperar estos 5 meses y jugar la experiencia completa de seguido, algo que creemos hubiera sido más satisfactorio. Esperamos que esto no se vuelva a repetir y no se ponga de moda, y deberían darse cuenta sus creadores que no es bueno para el juego y la percepción que se llevan de él los usuarios.
Dicho esto, y como seguro muchos no jugasteis su primera mitad, desde la semana pasada ya podéis haceros con el juego completo, y así lo vamos a analizar. Si sois de los que ya comprasteis y jugasteis la primera mitad, solo tenéis que saber que el resto, como no podía ser de otra manera, llega como una actualización gratuita, y además con un prometido extra, el doblaje al castellano, que luego comentaremos. Decir que esta segunda mitad transcurre casi entera en Cataluña, y que como esperábamos, es mucho más difícil que el primer tramo, por lo que la duración alcanza las 10-12 horas en total, lo que no está nada mal.
Nuestros queridos George Stobbart y Nico Collard vuelven a verse sumergidos en una aventura que arranca con un asesinato en París, y que como es costumbre, acaba teniendo unas implicaciones que no somos capaces de imaginar en esos primeros compases, con cultos religiosos, persecuciones milenarias y todos los elementos tan habituales de la saga, en esta entrega con el gnosticismo como tema principal. Si en la primera mitad recorríamos diversos lugares de París y Londres, en esta segunda mitad viajamos hasta Cataluña, y el desarrollo se vuelve mucho más lineal, centrándose la acción casi siempre en una única localización, sin la posibilidad de tener varios lugares para visitar.
Con esto llegan puzles mucho más difíciles y enrevesados que los del arranque del juego, que estaban más basados en coger objetos y usarlos en el lugar oportuno. Hay tres o cuatro grandes puzles en la segunda mitad de la aventura, como descifrar códigos, que os harán sudar la gota gorda. Nada a lo que no estuviéramos acostumbrados en las aventuras gráficas de los 90, pero que no es tan habitual ahora, con juegos mucho más sencillos y accesibles. Por tanto si el objetivo de Broken Sword 5: La maldición de la serpiente era recuperar el espíritu de las aventuras gráficas de hace más de 15 años, creemos que lo han conseguido con creces.
La única concesión a los jugadores actuales es un sistema de pistas, algo habitual por ejemplo en los últimos juegos de Pendulo Studios, y que evidentemente podemos obviar y no usar, pero que es sin duda una tentación, ya que está muy a mano y cuando te quedas atascado un buen rato te planteas usarlo. Algo que no recomendamos claro, ya que pierde toda la gracia, y tampoco hay tantos momentos realmente complicados como para que sea imposible seguir avanzando. Paciencia y a pensar un poquito.
La historia se entiende por sí sola sin haber jugado a los anteriores Broken Sword, pero claro, hay unos cuantos guiños a los fans de la saga en forma de referencias y personajes que vuelven, tanto humanos como animales… El argumento finalmente no nos ha parecido gran cosa, y los diálogos son menos graciosos y entretenidos en el tramo inicial, ya que en esta segunda mitad el desarrollo se vuelve más aventurero, una sucesión de puzles sin lugar para la exploración o la conversación. Los puzles y sus mecánicas están bien, son variados aunque a veces un poco forzados, y no ayuda mucho lo lento que se mueven a veces los personajes por los escenarios, lo que ralentiza el ritmo.
El apartado gráfico tiene claramente una de cal y otra de arena. Los escenarios, los fondos dibujados a mano, son muy bonitos, y están a la altura de lo que esperamos de cualquier aventura gráfica en 2D que apuesta por este aspecto, recuperando el estilo perfectamente de las dos primera entregas de la saga. En cambio los personajes y su integración en lo fondos dejan un poco que desear, las animaciones son tocas y poco naturales, además de lentas, y hay fallos que afean la experiencia, como cuando los personajes atraviesan elementos del escenario. Las escenas de vídeo –muy pocas la verdad-, también son bastante feas, y son estos detalles los que nos recuerdan una y otra vez que estamos ante una producción modesta, que no se permite grandes lujos técnicos.
El sonido está a la par de los gráficos, con unas melodías que recuperan perfectamente el estilo de la saga, elegantes y sin mucho protagonismo, de una calidad aceptable, y con el producto completo también llega el doblaje al castellano, que para los que tenían dudas no, no vuelve el mítico y discutido Tomás Rubio a poner voz a George Stobbart, sino Juan Carlos Lozano, un habitual del doblaje en España, tanto en películas, series como videojuegos. El doblaje nos parece correcto e incluso por momentos tirando a malo, pero la verdad, el doblaje en inglés tampoco era una maravilla, muy discreto.
Una buena aventura gráfica como las de antes
Si te gusta el género y la saga Broken Sword, sobre todo sus dos primeras entregas, esta quinta entrega es muy recomendable. Tanto por su estilo gráfico, jugabilidad, historia e incluso dificultad, es como volver a jugar una aventura gráfica de los 90. Y aunque los valores de producción son a veces demasiado modestos, se le ven las costuras al producto unas cuantas veces, la experiencia jugable sí que convencerá a los que esperan un Broken Sword como los de antes. Charles Cecil y su equipo parecen estar un poco oxidados por momentos, pero creemos que han conseguido crear lo que habían prometido, y estamos ante una aventura gráfica muy correcta.