Análisis de Broken Sword 5: La maldición de la serpiente (PS4, PSVITA, Android, iPhone, Switch, Xbox One)
El género de las aventuras gráficas, junto con otros como la estrategia en tiempo real o los MMO, es un tipo de juego que siempre ha estado fuertemente relacionado con el mundo de los ordenadores, aunque a lo largo de los años hemos podido disfrutar de unas cuantas aventuras también en consola. Un de las más exitosas fue sin duda Broken Sword: La leyenda de los templarios, que en 1996 llegó a PC y la primera PlayStation, donde tuvo una gran acogida, haciendo ver a las compañías que las aventuras gráficas de corte clásico también podían funcionar en consolas.
Un año después llegó su genial secuela, Broken Sword II: Las fuerzas del mal, y en 2003 y para las entonces nuevas Xbox y PlayStation 2 se lanzó Broken Sword: El Sueño del Dragón, el salto a las tres dimensiones que sin ser un mal juego es donde se empezó a torcer la saga. Tanto que la cuarta parte, Broken Sword: The Angel of Death en 2006, nunca llegó a consolas y se quedó en exclusiva para PC. Ahora la serie vuelve a consolas de sobremesa con Broken Sword 5: La maldición de la serpiente para PlayStation 4 y Xbox One (el año pasado se lanzó en PS Vita), un retorno a los orígenes que deja atrás los experimentos tridimensionales de las dos últimas entregas y ofrece algo muy parecido a los dos primeros juegos de la saga, sin duda los mejores.
Como tantos otros títulos son sabor nostálgico de los últimos años, hemos podido disfrutar de Broken Sword 5 gracias a la microfinanciación de Kickstarter, y esto le ha permitido a Charles Cecil y Revolution Software ofrecer lo que los jugadores querían, una aventura gráfica como las de antes, puro point-and-click sin otros artificios como escenas de acción o QTE. Para no hacer esperar más a los backers, el juego en PC se lanzó en dos mitades, la primera en diciembre de 2013 y la segunda en abril de 2014, algo que nos pareció un error en su momento, parecido a lo que pasó con Broken Age.
A consolas llega la experiencia completa, incluso en formato físico, lo que seguro alegrará a muchos, y este año de diferencia ha servido para añadir pequeños retoques y mejoras, en animaciones y sonido, nada demasiado importante, así como una galería de los personajes que te vas encontrando, y un control perfectamente adaptado al mando, se juega muy bien y no echas de menos el ratón. Al igual que en 1996 el primer Broken Sword, esta quinta entrega demuestra que deberían aparecer más aventuras gráficas en consola.
Centrándonos ya en lo que es la aventura en sí, nuestros queridos y carismáticos George Stobbart y Nico Collard vuelven a verse implicados en un misterioso asesinato en París, que como es costumbre, esconde detrás una compleja trama con cultos religiosos, persecuciones a lo largo de los siglos y todos los elementos habituales de la serie, en esta entrega con el gnosticismo como tema principal. Recorreremos lugares como París, Londres y Cataluña, alternando el control de los dos personajes, con una primera mitad en la que tenemos cierta libertad para explorar varios escenarios, y un segundo tramo más lineal y con los puzles más complicados.
Como os contamos en su análisis de PC, sin ser la mejor entrega de la saga, por debajo de los dos primeros, sí que consigue muy bien su objetivo de recuperar el espíritu de las aventuras gráficas de hace más de 15 años, algo que echamos de menos, ahora que están de moda las aventuras cinematográficas Telltale Games. Hay alguna concesión al jugador actual, como un sistema de pistas que podemos obviar perfectamente, y en el tramo final nos toparemos con algunos puzles realmente complicados, por lo que estaremos muy tentados de utilizarlo.
Aunque se trata de una producción modesta comparada con anteriores entregas, los escenarios dibujados a mano son muy bonitos, aunque la integración de los personajes en ellos es mejorable, sobre todo por las animaciones. También las cinemáticas dejan un poco que desear, y es donde se le ven más las carencias al juego, que intenta recuperar el brillo de las dos primeras entregas de la serie, que eran preciosas, algo que consigue a medias.
El sonido consigue captar muy bien el espíritu de la saga, con unas melodías que recuerdan a los primeros juegos, y con un completo y trabajado doblaje al castellano, algo poco habitual en una producción independiente como esta. Podría ser mejor sí, pero se agradece, y para los que tengan la curiosidad no vuelve el discutido y omnipresente Tomás Rubio a poner voz a George Stobbart, sino Juan Carlos Lozano, un habitual del doblaje en España.
Una aventura gráfica como las de antes
Broken Sword 5: La maldición de la serpiente tiene dos puntos fuertes principalmente, primero el ser una aventura como las de antes, que muchos echamos de menos, y segundo el ser una de las pocas aventuras gráficas que podemos disfrutar actualmente en las nuevas consolas. Además de esto también es un buen juego, que si bien no es memorable, nos devuelve ese aroma y espíritu de las aventuras de los 90 que tanto disfrutamos, y ya solo por eso merece la pena. Ojalá funcioné bien, y podamos ver futuras entregas de esta saga a la que tanto cariño tenemos los amantes de las aventuras gráficas.