Análisis de Wario Ware Touched! (NDS)
Wario Ware para GameBoy Advance fue un éxito inmediato, e introdujo por la puerta grande el concepto de microjuegos, es decir, píldoras de diversión de no más de 5 segundos en los que el jugador no tiene ninguna instrucción y debe adivinar qué hacer. Posteriormente, hizo su entrada en GameCube, basándose en exactamente los mismos microjuegos, pero aportando el factor multijugador; es, por tanto, la entrega más limitada en su creatividad, pero una de las que más diversión ofrecen al posibilitarnos jugar con otra gente. De manera estrictamente cronológica, tenemos una segunda entrega para GBA que todavía no ha salido de Japón, y que se sustenta en mover la consola.
Sí, como lo leéis: el cartucho del juego incluye un sensor de movimiento y los microjuegos están destinados a hacernos mover la consola... una auténtica locura compatible con GBA, la versión SP y, por supuesto, NDS que nos llegará a lo largo de este año.
Por tanto, la última entrega, la de Nintendo DS, es la que nos ocupa ahora y como podéis suponer está orientada a extraer todo el jugo posible de las posibilidades que aporta la nueva portátil de Nintendo al mercado de los videojuegos.
No es éste el primer juego de este género que llega a la consola, ya que también nos llega acompañada de Project Rub, el título de Sega, e incluso el surtido de microjuegos que podemos ir desbloqueando en Mario 64 DS es una alternativa a tener en cuenta. En cualquier caso, es en Europa donde ambos juegos coinciden con el lanzamiento de la consola, ya que Wario Ware Touched! se ha hecho esperar tanto en Japón como en América, donde se ha puesto a la venta hace unas semanas.
En cualquier caso, el carácter de este juego es bien diferente al que presenta la creación del Sonic Team, y su orientación jugable también. Ambos tienen sus pilares de diversión en los microjuegos, pero Wario Ware Touched! tiende hacia el caos de manera inexorable... y eso nos encanta. Puedes leer más sobre Project Rub y las diferencias con respecto a este juego en su análisis.
En este juego regresan muchos de los personajes que ya hemos conocido en las anteriores entregas, como las ninjas Kat y Ana, Jimmy el trasnochado discotequero Mona la pizzera metida a cantante pop o el loco Dr. Crygor, así como un buen puñado de secundarios. El nexo entre unos y otros es bastante difuso, cuando lo hay, pero al fin y el cabo es el tono propio de los Wario Ware, donde las cosas no tienen que tener ni mucho sentido ni mucha relación las unas con las otras. El juego se presenta en un tono muy desenfadado, incluyendo una intro sencilla y muy propia de GBA que pronto deja paso a unas secuencias algo más elaboradas, aunque con el mismo estilo de trazo grueso.
Estas secuencias introductorias a una serie de microjuegos son absurdas por completo, y realizadas en el tono simpático esperable, incluyéndose en todas una pequeña participación del jugador, ya sea para meter ingredientes en una olla, tocar unos acordes con la guitarra o lo que sea. En varias ocasiones juega a intertextualizar con elementos culturales nipones e internacionales, tanto con los gráficos como con la música. Un buen ejemplo es la serie de juegos de ambientación terrorífica que propone Ashley, con las calabazas de Halloween como contador de errores y una musiquilla de fondo (incluye la voz de la canción digitalizada) que nos recuerda a las clásicas series de familias de monstruos que coparon la televisión hace unas décadas.
No será ése el único momento en el que disfrutaremos de voces, pero sí es quizás el más logrado, ya que en el resto del juego se limitan a pequeñas exclamaciones y otros efectos de audio. En líneas generales, tanto gráficos como audio pueden ser muy dispares, ya que hay juegos que son apenas esquemáticos con algún muñeco mal dibujado y peor animado para los estándares actuales (aunque sería un prodigio comparado con una Game&Watch, claro), y otros, sólo por su diseño, resultan encantadores. Es una tónica que ya se daba en los anteriores Wario Ware, y no sorprende tampoco en éste... hubiese sido preferible mejorar un poco la presentación general de todo el juego, pero los gráficos cumplen perfectamente su función pese a que los alardes técnicos son, más bien, limitados.
Todavía sorprende ver cómo una saga tan reciente se ha convertido en uno de los baluartes de Nintendo gracias a la jugabilidad tan especial que ofrece así como por su carácter primario. El simple hecho de poner al jugador ante la consola y no darle ni tiempo para pensar apenas en qué tiene que hacer, esperando una respuesta puramente intuitiva, es una apuesta que quizá no todo el mundo esperaba que cuajase tan bien, y, sin embargo, lo ha hecho, especialmente en los dos últimos juegos, el citado Wario Ware Twisted! y éste para NDS, que están destinados a provocar una reacción incluso más instintiva si cabe al no precisar de botones o cruceta para controlar ninguna de las acciones de la pantalla.
Para jugar a Wario Ware Touched! basta con saber pasar un lápiz –el stylus- por la pantalla, ya sea dibujando, frotando o dando golpecitos, hasta tal punto que algunos juegos tradicionales han sido convertidos a este sistema de control e incluso varios microjuegos que se jugaban en el original pulsando el botón A en el momento apropiado ahora se juegan tocando o frotando en el momento adecuado. Todo es mucho más intuitivo si cabe, y ahí está la grandeza de éste juego. Esta sencillez extrema es algo de lo que carece Project Rub, que nos explica qué hacer antes de cada juego, lo que no es sino un claro refuerzo de la necesidad de tener presente que son juegos del mismo género pero con enfoques diferenciados, de manera que no es incompatible disfrutar con los dos ni, mucho menos, alternar los ratos de ocio entre ellos.
Además, otra diferencia sustancial es que en este juego no es necesario superar cada minijuego... si fallamos en uno se nos resta una vida del contador (un máximo de cuatro) y pasamos al siguiente sin mayores problemas. Los únicos que tendremos que superar obligatoriamente serán los jefes finales que son más largos y complejos que los normales. Por cierto, el juego está pensado tanto para zurdos como para diestros, preguntándonos al principio con qué mano escribimos, de manera que nadie tenga problemas de ningún tipo a la hora de tener la precisión necesaria para superar con éxito el título.
Pero no penséis que a Wario Ware Touched! se juega sólo con el stylus... también hace uso del micrófono en una serie de juegos determinados, lo que le aporta ese punto extra de locura que tan bien le sienta. No vamos a entrar en detalles, ya que al fin y al cabo se trata de que cada uno se figure qué debe hacer en cada momento, pero dado que es en todo momento muy intuitivo estamos seguros de que no tendréis problemas con ese grupo de juegos.
Al igual que sucedía con los anteriores, éste es un título corto, muy corto. Se puede superar el modo principal en unas dos horas, si llega, de manera que todos los vídeos aparezcan en su menú correspondiente para el posterior visionado. Pero esto no significa que hayamos visto todos los minijuegos, ya que será necesario revisitar a cada personaje para jugar en "estilo libre", es decir, de manera cíclica, dando vueltas a los retos, derrotando al jefe final, y volver a empezar, hasta haber visto todos los minijuegos de ese personaje. Cuando los hayamos visto todos (no es necesario superarlos en ese primer momento) será un buen momento para ir a la opción Álbum.
A través de esa opción, cuando pinchemos sobre un personaje, en vez de empezar a jugar, se nos presentará un menú en el que unas pequeñas viñetas sirven para identificar todos y cada uno de los microjuegos de ese personaje (de este modo, también podremos comprobar en qué personaje nos faltan juegos por desbloquear). Al pinchar sobre una viñeta, empezaremos a jugar una y otra vez al mismo microjuego, mientras la dificultad y la velocidad de la acción se incrementan exponencialmente. Si superamos el juego más de las veces indicadas en la pantalla superior, se nos condecora con una flor roja... y por supuesto, conseguirlas todas será muy interesante.
Además, si todo esto os parece poco, cada vez que superemos a un personaje en el modo principal, se nos dará un objeto que podremos dejar en el menú principal o llevarlo a la Sala de Juegos. Estos objetos son de todo tipo, incluyendo una calculadora o un flan que toquetear, pasando por minijuegos basados en alguno de los planteados por los personajes, pero sin limitación de tiempo y orientados a incitarnos a superar nuestra puntuación. Un buen ejemplo es el Huevo Astral, que ya veréis vosotros mismos. De esta manera tan sencilla, mediante pequeños presentes y sin revelar desde un primer momento todos los microjuegos, Wario Ware Touched! consigue una rejugabilidad y adicción que están más allá de toda duda.
En lo que sí falla este juego, al igual que los demás Wario Ware para portátiles, es en no incluir opciones multijugador, una lástima dadas las posibilidades de conexión sin cable que ofrece Nintendo DS. Lo que hubiese hecho de éste un juego eterno es, precisamente, la posibilidad de competir contra otros jugadores de manera similar a como se hace en GCN. Es cierto que al ser portátil y no presentarse en un televisor no es posible darle la misma orientación, y al fin y al cabo siempre podemos jugar por turnos, pasándonos la consola, pero eso no tiene ni punto de comparación a la posibilidad de competir simultáneamente con otros jugadores.
Conclusiones
Wario Ware Touched! es una excelente opción como título destinado a estrenar una Nintendo DS y, también, si ya hace tiempo que la hemos estrenado y buscamos darle más vidilla. Al igual que Project Rub su estructura en microjuegos le permite explotar las posibilidades exclusivas de la nueva portátil de Nintendo de una manera dinámica y terriblemente divertida.
Es posible que su estilo haya perdido algo de frescura con respecto a las anteriores entregas, y quizás algunos juegos no sean tan intuitivos o estén tan bien desarrollados como en el próximo Wario Ware Twisted!, pero eso no le resta méritos a un juego adictivo como él solo en el que, pese a su duración algo limitada, la diversión está garantizada durante muchísimas horas. Este juego es, en definitiva, una razón excelente para hacerse con una Nintendo DS.