Análisis de Pokémon Diamond & Pearl (NDS)
No es la primera vez que los Pokémon llegan a Nintendo DS, pues ya han protagonizado carreras, puzles e incluso otros juegos de rol. Pero la saga oficial, la rama central de todo el universo de estas criaturas, no ha hecho su entrada hasta ahora, con Pokémon Diamante y Pokémon Perla, que en la mejor tradición del a saga se presenta –obviamente- en dos ediciones, cada una con ligeros cambios en el desarrollo y una selección de criaturas diferentes, haciendo del intercambio entre usuarios parte fundamental para conseguir, ya sabéis, hacerse con todos.
Así, Nintendo y Game Freak han tomado la fórmula clásica de la saga y la han vertido en la nueva portátil de la compañía, Nintendo DS, tras su paso por Game Boy, Game Boy Color y Game Boy Advance, ofreciendo a los jugadores un aspecto algo más cuidado, la posibilidad de intercambiar y luchar en línea (algo largamente demandado por los aficionados) y, cómo no, un centenar de nuevos Pokémon. La fórmula, por tanto, es la misma; se han perfilado diversos aspectos, modificado algunos más, pero se han introducido pocos cambios en esta entrega. Si hasta ahora no te ha gustado la saga, ésta no será la entrega que te haga cambiar de opinión; pero si eres un aficionado, vas a disfrutarlo como nunca.
Con todo, no podemos sino sorprendernos por el hecho de que, pese a no introducir ningún cambio sustancial en las bases de la jugabilidad de la saga, el juego sigue funcionando tan bien como en 1999, cuando dio sus primeros pasos, lo que viene a demostrar que lejos de ser un producto ocasional, destinado a un público fácil de satisfacer (los niños y jóvenes, que son, innegablemente, sus consumidores mayoritarios), lo que se esconde era un concepto de juego bien formado, profundo pero accesible, y todavía con mucha cuerda. No en vano hace tiempo que eso de hablar de "fenómeno" o "moda" ha dejado de tener sentido, y Pokémon es una saga llena de vitalidad y futuro.
La verdad es que desembarco definitivo se ha hecho rogar, pasando por los Mystery Dungeon, Ranger, Link, y Dash. Desde luego, no son pocos, y algunos bastante destacables en sus propuestas, pero no eran los herederos de la saga fundacional que millones de jugadores en todo el mundo estaban esperando.
De hecho, quizás por ese respeto a una fórmula ya establecida, firme y que funciona a la perfección, no se ha optado por introducir sustanciales novedades en el juego. Por un lado parece lógico, pues ya se han hecho experimentos interesantes en algunos de los juegos a los que hemos hecho referencia, pero por otro lado lo cierto es que hubiésemos agradecido mucho que se introdujeran novedades relevantes en el desarrollo de la aventura. Es incluso tan conservador que, pese a introducir gráficos poligonales (en combinación con los bitmaps de toda la vida) el estilo visual se mantiene muy cercano a lo alcanzado en las versiones para Game Boy Advance, que ya no eran precisamente de lo más espectacular o preciosista del catálogo de la veterana portátil. En cierto modo el estilo con tendencia minimalista es marca de la casa, pero también nos hubiese gustado que el salto a Nintendo DS significara un salto cualitativo de mayor envergadura en su realización técnica.
Para quien todavía no se haya enterado, habrá que explicar que Pokémon Diamante y Perla nos pondrá en el papel de un joven entrenador, chico o chica a elección, que irá luchando con sus Pokémon para hacerlos cada vez más fuertes. A partir de aquí se desdoblará la trama con, por un lado, la ambición por ser el mejor entrenador y derrotar a los demás entrenadores del juego, mientras nos encontramos, de pleno, con la difícil tarea de salvar al mundo de la amenaza que se cierne sobre él. El guión es liviano, sí, con dosis de humor bien esparcido, y un tono general desenfadado que lo hace apto para los más jóvenes del hogar, al huir de dramatismos exacerbados, pero al mismo tiempo cuenta con los suficientes giros y subtramas como para captar la atención de los mayores. En realidad resulta bien equilibrado y muy apto para todos los públicos, que es de lo que se trata.
Por supuesto, todo ese planteamiento se plasma en el campo jugable en forma de juego de rol por turnos con altas dosis de aventura, combinando los combates tradicionales del género (turnos, como hemos dicho, con habilidades, ataques, defensas, y el tradicional balance de puntos fuertes, debilidades, y estadísticas) con el coleccionismo de las criaturas Pokémon. Gracias al uso de objetos y a la evolución (lamentamos el trauma que esto pueda causar a los enemigos de Darwin) de los Pokémon, podremos ir personalizando sus movimientos y habilidades; a lo que habrá que sumar las interesantes variables de su personalidad. El cénit, por supuesto, de todo esto es la cría de Pokémon, al cruzar diferentes animales para obtener mejores especímenes, algo que se introdujo por primera vez hace algunas entregas. Creemos que con esto queda claro que aunque el juego sea muy accesible para los niños, su alto número de variables lo puede hacer interesante para los talluditos que decidan superar sus complejos y acercarse al producto como merece.
Game Freak, los padres de la criatura, han hecho un trabajo bastante bueno a la hora de aprovechar las funcionalidades de Nintendo DS a la hora de facilitar el acceso al juego, al tiempo que se han mantenido fieles a la jugabilidad tradicional. Así, gracias a la pantalla táctil, podremos navegar muy fácilmente por los menús, que son además lo suficientemente amplios como para permitir usarlos con el dedo sin preocuparnos de tener que sacar el stylus. Eso está bien, porque en realidad vamos a jugar casi siempre usando la cruceta digital y los botones, y así resulta mucho más cómodo. El aspecto negativo es que esto no es homogéneo, y nos encontramos con diferentes conceptos de interfaz, y creemos que hubiese resultado mucho más positivo mantener un estilo único y uniforme en todas las circunstancias.
Se ha introducido igualmente el Pokémon Watch, una suerte de ordenador personal que el personaje llevará siempre encima y con el que podrá usar diversos programas. Por ejemplo, al principio no tendremos un mapa, pero llegará el momento en que sí estará disponible, al igual que otros programas que varían desde lo simplemente curioso hasta lo francamente útil. Desde luego, hay muchos y muy variados, e integra muy bien bastantes elementos y herramientas del juego, como una calculadora, un podómetro, un análisis del estado de los Pokémon, detector de metales... Es una de sus novedades más importantes, y lo cierto es que nos ha gustado bastante por su amplia gama de posibilidades y, sobre todo, la argucia para integrar todos esos elementos de forma coherente con el desarrollo del título.
Como ya hemos dicho antes, el juego mantiene todas las directrices de desarrollo de las anteriores entregas, sólo que esta vez los malos se llaman Equipo Galaxia, y aunque hay alguna sorpresa relacionada con las motivaciones reales de esos personajes, la verdad es que está todo estructurado de acuerdo al molde de la saga. En este sentido, las entregas de GameCube –que no acabaron de funcionar a nivel comercial por diversas razones- fueron más interesantes al buscar otro enfoque del universo Pokémon, con una línea argumental mejor llevada, a nuestro entender. El hecho de que se mantenga, una vez más, tan cercano al planteamiento y guión originales puede jugar en su contra, al perder ya a estas alturas mucha frescura. Es, de hecho, su principal factor negativo: la falta de originalidad, la repetición de situaciones en líneas generales, y la pérdida del factor sorpresa, que hace que los jugadores aficionados pero no apasionados puedan empezar a percibir un notable desgaste en la saga, cuando no tendría que ser así.
Por supuesto, no todo es luchar, pues también hay competiciones de otro tipo, de las que destacaremos las de baile, o mejor vestido, donde nuestros Pokémon lucirán los complementos que les hayamos comprado en las tiendas a modo de una suerte de concurso de belleza temático (pues el tema se selecciona aleatoriamente antes de empezar, obligándonos a tener un buen fondo de armario). Si optamos por el concurso de baile, mostraremos los movimientos de nuestro Pokémon, con la posibilidad de mejorar sus habilidades con el sistema de bayas que ya descubrimos en los juegos de GBA.
La principal novedad, por otro lado, es la inclusión de los deseados elementos de juego en línea. A la espera de que llegue Pokémon Battle Revolution para Wii al mercado europeo, éste será el primer juego de la saga en ofrecer combates en línea, y es algo que mejora en mucho la experiencia de juego, potencia la rejugabilidad, y satisface las demandas de los aficionados. Gracias a la Nintendo WiFi Connection podremos luchar contra otros jugadores, intercambiar Pokémon, y hablar a través de Internet.
Nos ha sorprendido gratamente el sistema de intercambio de criaturas, ya que nos permite poner a cualquiera de nuestros bichos en una suerte de escaparate mundial, y podemos indicar qué queremos a cambio. Cualquier jugador del mundo puede, potencialmente, ver nuestro Pokémon y qué queremos. De esta manera, el intercambio se realiza tanto si estamos conectados como si no, y facilita en mucho el proceso de hacerse con todo, sobre todo si los jugadores no tienen en su entorno cercano a otros jugadores con los que socializar. Este sistema, lo repetimos, funciona muy bien, es eficiente, y aunque hay espacio para hacer mejoras nos parece muy apto y adecuado para las necesidades del título.
Para luchar en línea contra otros entrenadores necesitaremos intercambiar los códigos de amigo con otros jugadores, como es habitual en los juegos con funciones en línea de las consolas Nintendo. Esto no estará disponible desde el primer momento, y luego, cuando hayamos avanzado en las batallas, al final podremos luchar contra desconocidos... pero con truco. Puede llevarnos un rato, pero la recompensa vale la pena al permitirnos enfrentarnos con equipos que son réplicas de los jugadores en las Wi-Fi Battle Rooms, pero controlados en realidad por la inteligencia artificial del juego. Lo que hace el juego es descargar el perfil de ese equipo a nuestra consola y gestionarlo de acuerdo a premisas lógicas, lo que hace que si son equipos un poco especiales, pensados para estrategias muy específicas, el resultado no sea el deseable. Hubiese sido mejor permitir, simplemente, poder jugar contra cualquier persona del mundo en vez de optar por este extraño sistema, y no limitar las opciones al sistema de amigos.
Además, debemos señalar que será hablar mediante chat de voz (tanto con el micrófono y auriculares de la consola como con el DS Headset) con los otros jugadores, lo que aporta un buen elemento de comunicación que hemos visto demasiado poco en la consola portátil y que tendría que empezar a generalizarse, ya que facilita las relaciones, las configuraciones de las partidas y demás.
Las opciones de conectividad no se limitarán a eso, pues también podremos usarlo en conjunción con el próximo juego para Wii, usando nuestros Pokémon para luchar y emplear la portátil como mando. Pero para eso, primero tendrá que comercializarse el juego de Wii en nuestro mercado. Y, claro, los combates (tanto a dobles como con cuatro jugadores en dos equipos) también podrán llevarse a cabo en red local; no podía ser de otro modo.
A nivel gráfico, ya hemos indicado antes que combina elementos 3D con otros bidimensionales. Así, los entornos están realizados con gráficos poligonales, pero manteniendo el estilo visual de las entregas de GBA, mientras que los combates se mantienen con ilustraciones y no diseños poligonales de los Pokémon. Es cierto que los dibujos están bien hechos, son coloridos, resultan atractivos y todo eso, pero la verdad es que Nintendo DS permite, a nuestro entender, optar ya por combates espectaculares en la línea de los Pokémon Stadium de Nintendo 64, con animaciones, efectos visuales y demás a la altura de esas circunstancias. Entendemos la decisión estética, pero no podemos evitar desear que se hubiese dado el salto hacia las completas 3D. Algo similar podríamos decir del sonido, con librerías algo gastadas, y los gruñidos repetitivos de los Pokémon. Todo esto se podría resumir, simplemente, en que ha llegado el momento de hacerle un lavado de cara de verdad al juego.
Nintendo DS le ha costado un poco recibir un juego de la saga principal de Pokémon, pero ahora que ha llegado, se puede decir que la espera ha valido la pena. Sus puntos fuertes y virtudes se imponen a los aspectos negativos, haciendo de Pokémon Diamante y Perla una experiencia de juego buena, en línea con la saga, aunque escasa de novedades. Se desvela sólido, bien llevado, y las funciones de juego a través de la red son una buena incorporación, aunque algunos elementos se han quedado claramente a medio camino de lo que podrían haber sido, como la ausencia de poder jugar realmente contra cualquier jugador del mundo. Por otro lado, el sistema de intercambio es consistente, bien llevado y no presenta ningún tipo de inconveniente, sino al contrario.
Técnicamente no es lo que esperaríamos, y no se acaban de aprovechar bien las funcionalidades de la portátil de doble pantalla, sobre todo en cuanto a interfaz y demás, pero el resultado general es muy positivo. Esperamos que, de cara a las futuras entregas (que a buen seguro las habrá), se perfilen estos detalles y se ofrezca un producto incluso superior.