Análisis de Gravity (NDS)

Tenemos que tener en cuenta que el equilibrio y la gravedad también harán de las suyas en todo momento, aunque no hayamos puesto el puzle en marcha, con lo que en ocasiones nos será difícil situar uno u otro objeto para ponerlo en equilibrio sobre un saliente, o situar las bolas o canicas con precisión en el lugar que deseemos sin que estas se muevan una vez las dejemos libres del influjo de nuestro stylus. Por otra parte, si soltamos en cualquier momento el objeto que estemos manejando, éste caerá sin remedio allá donde lo dejemos, siguiendo (más o menos) las normas de la física.
Para girar y voltear sobre sí mismo el objeto que estemos manejando, utilizaremos las direcciones de la cruceta de control de nuestra consola. Por otro lado, podremos deshacer sin problema algún movimiento del que no estemos satisfechos simplemente presionando el botón X, o rehacerlo presionando el botón Y. Por último, el juego contará con un sistema de pistas (muy útiles cuando estemos en los puzles más avanzados del juego) al que podremos acceder presionando el botón B. Eso sí, cada pista nos costará un número determinado de puntos, que obtendremos a medida que superemos los diferentes puzles del juego. Estos puntos, por supuesto, son limitados, por lo que tendremos que medir mucho las pistas que utilicemos al principio del juego si queremos tenerlas disponibles cuando realmente las necesitemos.
Manejaremos todo el juego en la pantalla inferior de nuestra Nintendo DS, en la que sólo veremos una parte del escenario en el que se desarrolla el puzle. En la pantalla superior veremos una vista general del escenario, aparte de las piezas que aún nos queden disponibles para resolver el enigma. Y, en caso de que utilicemos alguna pista, ésta la veremos también en la pantalla superior de la consola.
Un sistema de juego no todo lo preciso que debiera
Uno de los defectos más notorios del juego es que, tratándose de un título en el que la gravedad y la física son parte esencial de la jugabilidad, éstas no han sido implementadas con todo el cuidado y la precisión que cabría esperar. En ocasiones, veremos como algunos de los objetos que situemos en el escenario no responden con coherencia a nuestras indicaciones, o que algunas bolas y canicas de las que pongamos en juego actúan con propiedades físicas un tanto extrañas, haciendo rebotes imposibles o cogiendo patrones de velocidad y aceleración que no se corresponderían con la realidad física.
Por otro lado, el sistema de control de los objetos mediante el lápiz táctil no es todo lo preciso que debiera, ya que muchas veces nos costará movernos con soltura por el escenario al llevar un objeto a cuestas o, simplemente, que el juego reconozca que queremos seleccionar un objeto para llevarlo con nosotros. Por otro lado, falla bastante el sistema de colisiones del juego, con lo que muchas veces nos veremos con la imposibilidad de pasar un objeto de un lugar a otro de la pantalla porque, misteriosamente, choca con algún objeto invisible, o porque el espacio entre dos objetos (a todas luces suficiente para que pasemos por en medio) misteriosamente se cierra para no dejarnos traspasarlo con un objeto determinado.
Otros modos de juego
Aparte de la modalidad principal de juego, que cuenta con un total de cien puzles en su haber (que, ciertamente, no son excesivamente complicados en su mayoría y acabaremos en unas pocas horas de juego), los cuales iremos desbloqueando a medida que vayamos superando niveles, contaremos con una modalidad de Juego Libre, en la cual podremos experimentar con la física y la gravedad de diferentes objetos en diversos escenarios (que también desbloquearemos a medida que vayamos avanzando en el juego). Eso sí, estos experimentos no tienen más objetivo que el de pasar el rato observando los resultados de poner los objetos, rampas, plataformas y bolas en un sitio u otro del escenario, cosa que, realmente, tampoco acaba de ser excesivamente divertida.
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