Análisis de Space Qube (iPhone)
En los videojuegos, al igual que en el cine o la música, hay ciertas modas imperantes, que se repiten y calan en los más diversos ámbitos artísticos, así como en el público en general. Si los zombis pegaron fuerte hace unos años -cuya moda y presencia sigue causando eco a día de hoy en multitud de productos de entretenimiento-, ahora estamos viviendo cierto "revival" de los juegos con un estilo artístico plagado de bloques tridimensionales o sprites, tal y como inauguró Minecraft hace relativamente poco tiempo.
Dicho de otra forma: ahora, por suerte o por desgracia, todo debe parecerse a Minecraft, de una forma u otra.
Space Qube no parte de dicha premisa, ya que es bastante más original y único, apostando por una personalidad propia y un estilo de juego radicalmente diferente al de otros juegos de estética -aunque sea remota- similar.
Solo contra el universo
Space Qube es un shooter tridimensional de marcada mecánica retro, donde exterminaremos continuas oleadas de alienígenas y peligrosos monstruos espaciales nivel tras nivel. De esta manera, -y encarnando al aguerrido piloto especial Jack-dispararemos continuamente, nos moveremos de forma rápida y constante, y nos encontraremos con los habituales power-ups, que nos ayudarán a mejorar nuestro ataque o defensa con poderes especiales. Al estilo de otros clásicos, donde el caos extraterrestre también viene en forma de platillos volantes y vehículos especiales similares, si conseguimos superar la fase, nos enfrentaremos al habitual jefe final -que tendrá sus rutas y ataques personalizados-, y que añadirá una nota de personalidad al término del nivel.
Así, ya sea pilotando una hamburguesa voladora, un retrete espacial o una nave por la que George Lucas nos pondría una merecida demanda por derechos de la propiedad intelectual, iremos superando los avatares de las diferentes fases, que tendrán una ambientación temática, y unos enemigos únicos -desde estaciones y satélites artificiales de la muerte a dragones pantagruélicos, pasando por barcos y piratas espaciales-, con lo que la variedad está garantizada. Desplazarse por la pantalla es algo sencillo -pulsar para disparar, y pulsar para esquivar-, y recoger power-ups, así como los cubos que se nos irán arrojando, se convertirá en un acto mecánico para el jugador más avezado tras unos pocos minutos de aclimatación.
Space Qube no es difícil, aunque una vez que nos derriben en combate, se nos pedirá una cierta cantidad de cubos para continuar en el momento justo. Si no lo hacemos, deberemos recorrer por completo el camino, algo que causará la suficiente molestia como para que nos pensemos dos veces eso de pagar la cuota de cubos requerida. Esta suerte de "Insert Coin" post-moderno ayuda a que el título no se haga repetitivo o excesivamente corto, aunque dadas las cantidades de bloques o cubos que se nos reclaman, la verdad es que es un tanto excesiva a la postre.
Tu propia nave, tu propia creación... En 3D
Hasta aquí, lo cierto es que la sinopsis de Space Qube puede ser bastante común. Naves, jefes finales y power-ups. Pero la principal diferencia con sus competidores, y que está íntimamente relacionada con su apartado gráfico o artístico, es que podemos construir y personalizar nuestra propia nave especial en base a los citados cubos y bloques, que obtendremos directamente a través de las bajas realizadas en cada fase.
En Space Qube, al igual que en el veterano Kingdom Hearts -verdadero y evidente germen de Space Qube-, podemos personalizar y caracterizar a nuestra nave especial, construyendo, mejorando o evolucionando tantos diseños como seamos capaces de imaginar. El motor gráfico de Space Qube nos permite trastear a placer, añadiendo, borrando o mejorando las naves existentes, así como compartiéndolas con la comunidad. La variedad y las posibilidades de este pequeño motor es abrumadora, con diseños tan estrafalarios y mundanos -y algún que otro un tanto obsceno-, pasando por otros intrincados y bien pensados -hay algunas naves dignas del mejor anime japonés- y finalizando en algunos tremendamente divertidos y curiosos. Además de compartirlos con la comunidad -o con nuestros amigos de Facebook y Twitter- podemos encargarlos e imprimirlos, a fin de tener una copia física de nuestras creaciones, naves, personajes o enemigos preferidos.
Space Qube goza de un motor gráfico único, programado en base a los populares vóxels, que permiten mejores modelados y efectos más versátiles, suaves en pantalla. El diseño de los enemigos es simple, casi como una suerte de heredero tridimensional de tiempos pasados y viejas glorias del videojuego -hay veces en las que creeremos estar delante de un Space Invaders con una dimensión extra-, pero casa a la perfección con el frenético y rápido estilo de juego de Space Qube, y con su evidente planteamiento de amplia personalización.
Ya sea en iPhone, iPad o iPod touch -el juego es compatible a partir del iPhone 4 en adelante, del iPad 2 en adelante y con la última generación de iPod touch-, Space Qube se comporta, repetimos, muy suave en los dispositivos iOS, sin tirones o problemas técnicos evidentes, haciendo gala también de una banda sonora adictiva y única. Space Qube está completamente traducido al castellano, y cuenta con compatibilidad con Game Center.
Conclusiones finales
Space Qube nos presenta un entretenido shooter especial, de inspiración retro, pero de evidente y lúcida representación actual acorde con los tiempos que corren. No solo tiene una estética arrebatadora -sobre todo para el aficionado con más bagaje en el mundillo, ya que aporreará en sus recuerdos jugables-, también atesora un curioso modo de personalización para las naves y personajes volcado de cara a la comunidad, que nos permite compartir e incluso imprimir nuestras creaciones con libertad.
Space Qube es una brillante aplicación, que navega con firme pulso por ese difuso término medio entre lo clásico y lo moderno -retro-futurista, como lo denominan desde el estudio desarrollador, Playground Publishing-, y que al mismo tiempo, brilla con sobrada luz propia en todas sus aristas y caras.