Análisis de Jet Car Stunts 2 (iPhone)
Para recordar el éxito de Jet Car Stunts, hay que retroceder unos cuantos años, en 2009, justo en los albores de la App Store. En aquella época, Apple lo nominó como uno de los mejores juegos del año, otorgándole uno de los premios más importantes de la firma de cara a los títulos digitales de su plataforma y ecosistema portátil. Jet Car Stunts cosechó gran éxito gracias a su jugabilidad, accesible y un tanto frenética, a su -por aquel entonces- brillante apartado gráfico y por su enorme duración, ya que nos ofrecía toneladas de circuitos y acrobacias. El panorama de la App Store actual es un tanto diferente, con mayor número de apps y juegos que nunca, pero Jet Car Stunts 2 promete exactamente lo mismo que su entrega original, pero actualizando gráficos, controles y contenido, intentando cumplir esa regla no escrita que rige las secuelas en el mundo de los videojuegos.
Saltos imposibles a gran altitud
Jet Car Stunts 2 prosigue por la senda de la acrobacia, la carrera contrarreloj y el salto imposible a miles de metros de altitud. Su fórmula jugable sigue intacta, aunque en esta segunda parte se ha querido ir más allá, añadiendo un nuevo planteamiento de juego, más coches y buen número de circuitos distintos. Al comenzar en Jet Car Stunts 2, veremos cómo se nos ofertan varios retos -de distinta categoría y naturaleza- protagonizados por un coche diferente cada uno.
Jet Car Stunts, como juego, ofrece una mezcla entre juego de puzles, acrobacias, conducción y habilidad, todo ello bajo un desenfadado prisma, que en realidad esconde una intrincada y adictiva jugabilidad, que saca el máximo partido a la pantalla táctil del iPhone, el iPad o el iPod touch. Los más veteranos recordaréis el excelente Kula World, donde dirigíamos una pelota en circuitos y rompecabezas tridimensionales en mitad del firmamento. Aquel título -para PC y PlayStation- ahondaba más en el terreno del rompecabezas que este Jet Car Stunts 2, pero el concepto es similar.
Debemos, según el nivel, pilotar el coche y resolver el circuito. Cuanto menos tardemos, y menos errores cometamos, mejor. Cabe destacar que en Jet Car Stunts 2 la mayoría de los errores significarán el despeñarnos al vacío o incluso, romper nuestro bólido contra la primera barrera que nos encontremos, con lo que habrá que poner todos los sentidos posibles sobre la mesa si no queremos fracasar en nuestro intento. Como casi todos los juegos portátiles de esta época, en Jet Car Stunts 2 nos encontraremos con una división de retos según dificultad. De esta manera, en función de nuestros éxitos, se irán desbloqueando los siguientes, y sucesivamente. Cada reto está ambientado en un circuito, y aunque tienen un denominador común en su conducción, gozan de un planteamiento y un coche diferente.
Cada circuito en Jet Car Stunts 2 tiene una serie de elementos diferentes en su recorrido, que nos invitan a recorrerlo a toda velocidad, a saltar, acelerar y frenar según las plataformas y rampas que nos encontremos o a planear de un sitio a otro mientras nos esforzamos por llegar a la meta. Al principio nos costará un poco acostumbrarnos al sistema -en parte, porque el diseño entre niveles es bastante similar-, pero una vez recordemos como es cada coche, y entendamos su comportamiento, el juego se abrirá ante nosotros y nos enganchará prácticamente sin remedio.
Diferentes coches: una misma experiencia
Jet Car Stunts 2 tiene en su haber un buen número de coches -siete chasis de lo más heterogéneo-, todos ellos diferentes entre sí. Todos y cada uno de ellos tienen un sistema de conducción distinto, una potencia de turbo distinta -aunque es limitada en todos los coches- y una habilidad especial que tendremos que aprovechar si queremos solventar el circuito en cuestión. Nos encontraremos con coches ultra-veloces, monster-trucks a pruebas de bomba con un buen centro de gravedad -y algo pesados-, bólidos que son capaces de planear y saltar de un lado a otro y vehículos capaces de girar en un reducido espacio. Jugar con ellos es como cambiar de la noche al día, ya que aunque compartan controles y visualización -el botón de turbo, freno o aceleración son comunes entre los modelos-, sacarles el máximo partido es difícil.
Jet Car Stunts 2 se maneja con los sensores y acelerómetros de nuestro dispositivo iOS, además de los citados botones táctiles. La app ofrece un buen sistema de calibración y sensibilidad -en caso de que no tengamos bien configurado nuestro iPad o iPhone siempre podemos acceder a ello-, y lo cierto es que se deja jugar a la perfección, al menos en la mayoría de los casos. Jet Car Stunts 2 no ofrece demasiados problemas al jugador en los recorridos más simples, directos y sencillos -aquellos que solo ofrecen una única vía, con sus saltos, rampas o loopings-, pero sí puede llegar a causar algún que otro quebradero de cabeza en los circuitos que incluyen plataformas, recodos muy cerrados o que exijan movimientos muy precisos. Conseguir el máximo grado de recompensa, sin reiniciar demasiadas veces o acabar en el tiempo récord, no es moco de pavo.
A nivel técnico la app se comporta francamente bien, gozando de una alta frecuencia de fotogramas por segundo, que brindan un aspecto gráfico sólido como una roca. Todo se mueve de forma suave y rápida -en parte gracias a la ausencia de texturas, que más allá de las vistas en los coches, brillan por su ausencia-, tanto en la pantalla del iPad, como en la del iPhone o el iPod touch. El sonido no destaca especialmente, pero cumple su función sin ningún alarde.
Conclusiones finales
Con Jet Car Stunts 2 hemos visto como géneros dispares, ya vistos en una entrega anterior, pueden congeniar de una forma tan notable. Jet Car Stunts 2 tiene un montón de buenos ingredientes, entre los que destacan los circuitos. Los recorridos están muy bien diseñados -aparentan ser simples, aunque son intrincados- en la mayoría de los casos, con continuos obstáculos, saltos, loopings y elementos que harán que hasta el más avezado jugador sude la gota gorda buscando resolver cada nivel. Es uno de los alicientes de Jet Car Stunts 2: cada escenario y cada vehículo es un puzle en sí mismo. Y eso, es francamente divertido.