Análisis de Samurai Warriors Chronicles 3 eShop (Nintendo 3DS, PSVITA)
A pesar de tratarse de un género "minoritario" fuera de las fronteras japonesas, en los últimos años hemos asistido a un notable incremento de la popularidad de la que disfrutan los musous en Occidente, gracias a juegos basados en licencias con mucho tirón por nuestras tierras, como Hyrule Warriors o One Piece: Pirate Warriors. Esto, sumado a la buena calidad de la que han hecho gala las últimas entregas de las series principales del género, como Samurai Warriors, Warriors Orochi o Dynasty Warriors, ha permitido que muchos de los prejuicios que había contra ellos se hayan ido superando poco a poco y cada vez más jugadores se hayan atrevido a darle una oportunidad.
Eso sí, lo que no ha cambiado ha sido el ritmo de lanzamientos de estos juegos, motivo por el que ahora nos llega Samurai Warriors Chronicles 3 incluso cuando este mismo año se lanzarán One Piece: Pirate Warriors 3, Samurai Warriors 4-II y Dragon Quest Heroes (aunque este último es un poco más especial). Al igual que sus dos entregas anteriores, se trata de un juego destinado a las consolas portátiles, dándonos la oportunidad de jugarlo tanto en Nintendo 3DS como en PS Vita, plataformas que vuelven a demostrar que no son las mejores para disfrutar de las multitudinarias batallas que el género busca ofrecernos.
El nuevo héroe de Japón
Como siempre, el juego nos traslada de pleno a la era Sengoku de Japón, cuando multitud de señores de la guerra combatían en una guerra que no parecía tener fin para hacerse con los diferentes territorios del país. Siendo más concretos (a fin de cuentas, este periodo histórico no es precisamente corto), aquí comenzaremos en el año 1556, cuando Nobunaga Oda comenzó su campaña de conquista para unificar el País del Sol Naciente bajo su mandato.
Tal y como ya nos tienen habituados en la subsaga Chronicles, la historia la veremos desde el punto de vista del personaje que nos tendremos que crear, quien se convertirá en una de las piezas claves del ejército de Nobunaga, dándonos la oportunidad de estrechar lazos e interactuar con una gran cantidad de figuras históricas de la época.
La narración es bastante sencilla, pero está muy bien ordenada y cualquiera que desconozca este periodo podrá seguir el curso de los acontecimientos sin demasiados problemas, a pesar de lo acelerado que está todo y de la ausencia de alguna que otra batalla de gran importancia (a fin de cuentas, nuestro protagonista no puede estar en todas partes a la vez). Lo interesante es que en casi todos los vídeos de conversaciones a los que asistiremos nos darán a escoger entre un par de opciones. Si bien esto no cambiará el curso de los acontecimientos, sí que nos permitirá subir nuestros niveles de amistad con otros guerreros en el caso de que acertemos a decir las palabras correctas.
De hecho, subir los niveles de confianza que tenemos con ciertos oficiales nos podrá llevar a desbloquear nuevas líneas argumentales alternativas a modo de "Y si..." (con sus propias misiones y batallas), así como vídeos y conversaciones, aunque es una tarea que se puede hacer algo pesada, ya que el método principal para hacer esto será llevar frecuentemente al combate a los personajes con los que nos interese subir nuestra relación (aunque también podéis tomar el té con ellos para esto...).
Entrando en lo que es la jugabilidad propiamente dicha, comentar que nos ofrece exactamente lo que podríamos esperar de un Samurai Warriors, con batallas multitudinarias en gigantescos mapas en los que tendremos que cumplir una ingente cantidad de objetivos distintos durante las misiones, tanto obligatorios como extras. Cumplirlos nos ofrecerá diferentes recompensas, alterará el desarrollo de la misión y nos facilitará las cosas, ya que si los fracasamos puede acabar por traducirse en la pérdida de moral de nuestras tropas y el incremento de la de los rivales (haciéndolos mucho más resistentes y dañinos).
Para facilitarnos la tarea, gracias a las posibilidades táctiles de ambas consolas, ahora podremos cambiar el control de un personaje a otro (de los que estén disponibles) mientras vemos su posición en el mapa. De este modo, si nos mandan conquistar un fuerte que se encuentra en el norte y nosotros nos encontramos al sur, nos bastará con tocar el retrato de uno de nuestros guerreros que esté en una posición más cercana al sitio al que queremos ir para llegar antes. Otra opción es simplemente darle la orden de que se dirija hasta allí, aunque al final querréis controlarlos vosotros mismos para despachar a los oficiales enemigos lo más rápidamente posible.
Esto que puede parecer simplemente algo opcional para aligerar el ritmo de las batallas, al final acaba resultando un elemento imprescindible y una de las grandes claves del juego, ya que nos encargarán diversos objetivos de forma prácticamente simultánea y con tiempo limitado para cumplirlos, por lo que cubrir todos los frentes será algo vital para alzarnos con la victoria. Gracias a ello, el título disfruta de un pequeño elemento táctico y estratégico muy agradecido que nos tendrá constantemente pensando y valorando a quién mandar a cada sitio y a quién nos conviene controlar.
En cuanto al sistema de combate, este es bastante sencillo y para realizar combos nos bastará con pulsar dos botones, aunque hay que destacar que los efectos de ellos varían considerablemente según empecemos la secuencia con uno u otro. Por ejemplo, si empezamos con un ataque normal, el combo será mucho más tradicional, con nuestro personaje reventando todo lo que tenga a su alrededor sin moverse demasiado del sitio y pudiendo rematar con un ataque potente, algo tremendamente útil para hacer frente a los oficiales del bando contrario. Por otra parte, si comenzamos con un ataque potente, comenzaremos a deslizarnos por el escenario y a movernos a toda velocidad, lo que nos vendrá de perlas para limpiar en un segundo la pantalla de soldados rasos.
A esto hay que añadirle la posibilidad de realizar "cancels" cuando nos bloquean un ataque para poder seguir atacando y romper la defensa del rival (para hacer esto necesitaremos una unidad de nuestro medidor de espíritu), las habilidades especiales y personalizadas de cada personaje, los bloqueos perfectos para desestabilizar al enemigo y así poder contraatacar, las esquivas, el modo Ira (tenemos que rellenar una barra de energía para poderlo activar, pero cuando lo hagamos nos convertirá en una máquina de picar carne) y los cuatro tipos de ataque Musou (los más potentes del juego, que también nos requerirán rellenar un medidor concreto para desatarlos) de los que dispondremos.
Al final, todo esto se acaba traduciendo en un juego muy accesible, pero que se aleja del aporreamiento descontrolado y sin sentido de botones del que adolecen algunos títulos del género, ya que si nos dedicamos a eso, lo más probable será que acabemos fracasando la misión, ya que no se trata de un juego fácil y los oficiales enemigos podrán acabar con nosotros sin que nos demos cuenta como no tengamos cuidado.
Además, hay que sumarle que el control de un personaje a otro varía considerablemente y están muy diferenciados, con movimientos y estilos de combate muy distintos que nos obligarán a adaptarnos a ellos, algo que siempre es de agradecer y que aporta variedad a cada batalla.
Como siempre, uno de los grandes atractivos de Samurai Warriors Chronicles 3 lo encontramos en la posibilidad que tendremos de mejorar a nuestros personajes consiguiendo armas, mejoras para las mismas, equipo, nuevos combos y subiéndoles de nivel para hacerlos más poderosos, lo que le añade un toque muy rejugable y adictivo en el que sentiremos que cada batalla cuenta.
Y con la enorme cantidad de personajes que hay disponibles (más de 50), podéis estar seguro de que tenéis juego para rato, lo que os hará mucho más entretenida la labor de completar el 100% de los objetivos de cada misión, todas las rutas alternativas, conseguir las mejores puntuaciones en el Modo Desafío (batallas a contrarreloj y puntuadas) y pasarnos el juego en el mayor nivel de dificultad posible. Eso sí, nos habría gustado la inclusión de algún modo más que nos ofreciera algún tipo de propuesta diferente.
Así pues, tenemos un juego largo (siempre y cuando queramos sacarle todo el partido posible, ya que si solo buscáis pasaros su "historia", no os llevará mucho más de 10 horas), divertido, muy entretenido, con buenas ideas y con su propia personalidad dentro del género, pero que adolece de ciertos problemas técnicos que dinamitan considerablemente su atractivo y disfrute.
En Nintendo 3DS hemos experimentado una tasa de imágenes por segundo muy irregular, unos modelados de personajes que dejan muchísimo que desear (en batalla son un horror, pero en las conversaciones sí mantienen un buen nivel), texturas planas, pobres y sosas, unas animaciones algo rígidas y un efecto 3D muy poco trabajado que provoca que todo se mueva a cámara lenta.
En PS Vita algunos de estos problemas se solucionan, con una tasa de imágenes por segundo mucho más estable, mejores modelados (especialmente en los protagonistas y oficiales) y unas texturas que sin ser ninguna maravilla, disimulan mejor sus carencias. Sin embargo, un problema del que no se libran ninguna de las dos versiones lo tenemos en la poca cantidad de enemigos que el juego pone en pantalla.
Estando habituados a ver a decenas y decenas de enemigos de forma simultánea en los musous de sobremesa, la reducción a poco más de 20 (hay más, pero no los vemos, lo que trae consigo un popping bastante acusado) resulta algo decepcionante y nos rompe bastante esa sensación de estar inmersos en una gigantesca batalla masiva en la que de un solo golpe hacemos volar por los aires a cientos de enemigos, uno de los mayores atractivos del género. Además, el tamaño de las pantallas tampoco ayuda demasiado, llegando a dificultarnos la inmersión.
En cuanto al sonido, volvemos a disfrutar de una banda sonora bastante cañera en la que se mezclan instrumentos tradicionales con otros más modernos, consiguiendo un estilo que le sienta como un guante y que nos meterá de lleno en cada batalla. Los efectos también cumplen bastante bien y el doblaje se ha dejado únicamente en japonés con subtítulos en inglés.
Conclusiones
Samurai Warriors Chronicles 3 es un juego que cumple con su función de ofrecernos un entretenido Musou portátil, al que quizás le ha faltado algo de garra para terminar de convencernos como sus hermanos mayores. Además, la acentuación de los problemas técnicos del género por la menor potencia de estas plataformas no le ha hecho mucho bien y el propio estilo de juego no termina de adaptarse bien a la pequeña pantalla de una portátil. De todas formas, sabe entretener y divertir si no le pedimos demasiado, además de ofrecer algunas ideas muy interesantes, de modo que si sus defectos no os importan y queréis poder revivir las batallas de este atractivo periodo de la historia japonesa en cualquier parte, lo nuevo de Omega Force se convierte en una interesante opción de compra a tener en cuenta.