Análisis Warlock's Tower, divertidos puzles retro (PS4, Switch, PSVITA, Xbox One)
Tras estar disponible desde hace ya bastante tiempo tanto en PC como en los dispositivos móviles (iOS y Android), Midipixel y Ratalaika han querido dar la oportunidad a los usuarios de PS4, Nintendo Switch, Xbox One e incluso PS Vita de degustar un juego de puzles realmente cautivador: Warlock's Tower.
Un título que destaca por muchas razones (como ahora mismo vamos a explicaros), siendo su extremada sencillez una de las más destacadas. Y su simpleza no se queda únicamente en aspectos concretos como su estética o su dinámica de juego, para nada, siendo una de esas propuestas increíblemente humildes en su conjunto. Una demostración palpable (la enésima) de que no hacen falta grandes presupuestos, licencias ni parafernalias mastodónticas de márketing para crear títulos divertidos y que merecen mucho la pena. De eso sabe mucho la escena independiente…
La trama no puede ser más simple y directa. Una especie de mago medio loco y perverso (aunque esto último no lo parece si atendemos a sus curiosos y hasta chistosos comentarios que nos va proporcionando a medida que progresamos) amenaza la paz del mundo. Y para solucionar tal conflicto entra en juego… ¡un cartero! Sí, Tim es el gran protagonista de este título, un tipo corriente que para intentar parar las intenciones del malo de turno debe llegar hasta lo alto de la torre donde reside… para entregarle en mano una propuesta de paz.
Como veis y dentro de su gran simplicidad, por lo menos el sentido del humor se deja notar a lo largo de la aventura. Eso es, dado que si bien no aparecen muchos diálogos durante el viaje de nuestro entrañable cartero, de vez en cuando el propio hechicero nos da un tanto la charla (en español por cierto) y deja entrever un comportamiento muy estrafalario y curioso.
Puzles muy bien planteados
Para acceder a los aposentos del mago de turno es necesario recorrer varias plantas que, a la postre, vienen a ser los "mundos" correspondientes. Hay cinco en total (mazmorra, fábrica, archivos, biblioteca y cámara), divididos a su vez en un buen número de salas o estancias que es necesario recorrer y superar. En total han sido integradas unas 100 de estas dependencias (algunas de ellas secretas), y cada una de ellas viene a ser un puzle diferente.
El planteamiento general de todos estos rompecabezas es el mismo: salir de la habitación, cuyo suelo queda dividido en cuadrículas. Pero claro, para ello es necesario cumplir una serie de normas que vienen a ser las reglas del juego. La más importante es que, en el interior de la torre del hechicero, cada paso cuesta una vida. El protagonista siempre comienza con tres, pero recogiendo unos objetos que andan repartidos por el suelo puede reponer dicha cantidad o, incluso, incrementarla hasta cinco. En resumen, que debe escapar de cada sala empleando un número determinado de movimientos que debemos medir al dedillo.
A esta fórmula de juego tan sencilla van sumándose paulatinamente un buen número de diferentes mecánicas adicionales que van aportando más gracia e interés al asunto… a la par que aumentan poco a poco el nivel de dificultad general que posee el título, el cual nos ha parecido muy bien medido. Al principio (el primer mundo) todo resulta muy sencillito, pero cuando comienzan a aparecer enemigos, llaves e incluso acompañantes todo se complica gradualmente. Menos mal que podemos plantar una bandera en cualquier momento para que actúe como punto de control en caso de caer, que si no…
Existen tres tipos de adversarios a los que debemos esquivar (Tim es un cartero al fin y al cabo y no es capaz de luchar): zombis, limos y una especie de aves de un solo ojo. Cada uno posee sus propias características pero, en definitiva, de lo que tenemos que preocuparnos es de mantenernos alejados de ellos para evitar que acaben con el protagonista. A la presencia de dichos adversarios se suman otros elementos como llaves, teletransportes, palancas y demás ingredientes que van aportando más gracia (y dificultad) a la resolución de cada puzle.
Nos ha gustado especialmente la implicación ocasional de un segundo personaje (la joven Jess) que acompaña a Tim en niveles concretos. En este caso es necesario alternar el control de uno y otro y actuar en equipo, si bien ambos personajes comparten el número de pasos que pueden efectuar, añadiendo así un toque de picante adicional. Son muchos los ases que guarda bajo la manga este título, refrescando cada cierto número de salas la fórmula básica para que no nos encontremos siempre con lo mismo.
Por todo esto Warlock's Tower es un juego de puzles muy entretenido, absorbente (nosotros casi nos lo acabamos de una sentada) y bastante gratificante. Además posee un encanto especial dado que nos ha recordado muchísimo a lo que disfrutamos en su día en ciertos juegos diseñados para Game Boy (sobre todo la primera zona de juego, que posee ese tono verdoso inconfundible). Y por otra parte, también nos ha gustado muchísimo encontrarnos con ciertas referencias a clásicos como Zelda, Castlevania o Dragon Quest entre otros. Es cierto que si se os dan bien este tipo de títulos no os durará más de unas tres o cuatro horas, pero teniendo en cuenta que el juego cuesta menos de cinco euros, no nos parece una duración demasiado exigua. Eso sí, no es un título demasiado rejugable, aunque cada estancia esconde una zona previamente bloqueada que podemos ir habilitando a medida que progresamos (se nos pide un % determinado para tal fin).
La simplicidad que caracteriza a esta obra en su conjunto también se pone de manifiesto en su vertiente técnica. La estética 8 bits (y de las más austeras dentro de ese estilo) y las animaciones minimalistas son los protagonistas absolutos. Hasta tal punto es así que distinguir entre unos niveles y otros cuesta bastante, pero en un juego de este tipo tampoco tiene mayor incidencia.
Y si los gráficos son simples a más no poder, el sonido lo es todavía más… demasiado incluso. Los efectos son tan escasos como algo estridentes en ocasiones, y la banda sonora apenas tienen relevancia durante la aventura. Algo más de trabajo en este sentido no le hubiera venido mal.
Diversión simple en forma de puzles
Rememorando los juegos de puzles que nos hicieron disfrutar varias décadas atrás, esta sencilla producción independiente demuestra una vez más que el talento lo es todo a la hora de concebir títulos divertidos. Su desarrollo y propuesta resultan muy básicos pero, conforme avanzamos, van complicándose de manera gradual. Una obra más que apetecible y cautivadora y que, como detalle para los que usuarios a los que les gusta amasar Logros y Trofeos, resulta bastante sencillo obtener todos ellos (incluyendo el Platino en la versión para PS4).
Hemos en su versión de PS4 con un código que nos ha proporcionado Ratalaika Games.