Análisis Shakedown: Hawaii, un entretenidísimo GTA en 16 bits (PS4, Nintendo 3DS, PS3, Wii U, Wii, PS5, PSVITA, PC, Switch)
La titánica tarea de hacer una versión de Grand Theft Auto III para NES acabó por convertirse en un juego propio llamado Retro City Rampage. No muchos esperaban el éxito y la popularidad que alcanzaría, pero está claro que fue más que suficiente para que Vblank Entertainment se pusiese a trabajar en una secuela. La secuela mantiene su espíritu intacto, aunque da un salto generacional para pasar de los 8 a los 16 bits. Os contamos todo sobre Shakedown: Hawaii.
Videoanálisis
La acción no espera a nadie
Shakedown: Hawaii es un juego de acción y conducción en mundo abierto inspirado claramente por la saga Grand Theft Auto, aunque también mantiene muchos detalles propios que lo separan de los juegos de Rockstar. A nivel de mecánicas jugables, eso sí, no vamos a encontrar sorpresas: conducir vehículos por un mapa abierto, disparar, combatir cuerpo a cuerpo, huir de la policía…
Una de las claves del título de VBlank es que siempre va al grano. No te da tiempo de aburrirte con charlas interminables, paseos innecesarios o secundarias de relleno; en cuanto terminas una misión, la siguiente te está esperando, y llegar hasta a ella no te va a llevar más de unos segundos. Todo, por supuesto, está conectado con una historia de corte humorístico para justificar nuestras vandálicas acciones.
En concreto, tenemos a un magnate un tanto chapado a la antigua, que sigue apostando por modelos de negocio desfasados, que piensa que el vídeo en streaming nunca podrá derrotar al videoclub, y cuya fortuna se desvanece cada día. Nuestro objetivo es «adquirir» nuevos negocios, ya sea de manera legal o de manera un tanto más sospechosa. Aparte de las misiones principales, podemos «ofrecer» nuestros servicios de protección a las tiendas locales, una especie de minimisiones que dentro de su simplicidad consiguen sorprender.
Así, nuestro protagonista irá descubriendo las nuevas tendencias e invirtiendo en ellas; tendencias tales como la realidad virtual o convertir su línea de refresco tradicional en una para gamers que ofrece double XP incluso sin saber lo que es. Es un juego que sabe a qué público está dirigido, y lo aprovecha para hacer muchas bromas al respecto. De hecho, el tema de las referencias y los guiños es una constante en Shakedown: Hawaii.
Los salones de realidad virtual sirven además para integrar el modo «arcade» en la historia, donde podemos hacer pruebas más locas en las que, dentro de un tiempo límite tenemos que conseguir tantos puntos como sea posible y obtener una medalla de bronce, plata u oro. Por supuesto, estas pruebas se pueden repetir, e incluso se puede acceder a ellas desde el menú principal. Dicho sea de paso, también hay un modo libre para jugar a nuestro gusto.
Muy interesante es también el toque de gestión, ya que tendremos que invertir en nuevos negocios y propiedades, e incluso invertir en los llamados «multiplicadores» –tarjetas regalo, anuncios en internet– para aumentar los beneficios generados. Nunca se llega a interponer en el camino, pero creemos que es un detalle muy interesante que le aporta un toque personal al desarrollo.
En esta aventura tenemos varias líneas narrativas, como la del hijo del magnate protagonista, un punk sin trabajo que intenta triunfar en la música, pero que acaba metido a matón para intentar ganarse el respeto de otros; o la de un contacto que se dedica a limpiar las granjas de narcotraficantes. Ambos personajes son jugables, tienen sus propias misiones y, junto al mencionado magnate, forman el trío protagonista.
Aunque sus misiones sí que tienen diferentes temáticas, jugablemente son muy similares entre sí –por no decir idénticos–, y si bien es cierto que nos habría gustado ver más profundidad en este sentido, no nos parece un problema grave.
Destrucción pixelada
Como veis, una de las grandes novedades de Shakedown: Hawaii es su «salto generacional», pasando de los 8 a los 16 bits. A nosotros, personalmente, nos parece un salto agradecidísimo, ya que el estilo pixel art está muy cuidado. Tanto los escenarios como los personajes tienen mucho detalle, con muy buenas animaciones y bastante variedad. Las secuencias de la historia se presentan con imágenes estáticas más elaboradas, que ayudan a darle peso a la narrativa y a definir a los personajes.
Como buen juego retro, también tiene opciones para jugarlo con un filtro clásico que imita las esquinas redondeadas de las pantallas de tubo antiguas, además de las líneas de exploración. Estas scanlines son muy sutiles, hasta tal punto que casi no se aprecian, pero ayudan a darle ese toque retro que a muchos de nosotros nos gusta mucho.
Hablando de retro, no podemos olvidarnos tampoco de la música. Los efectos no están nada mal, aunque muchos suenan un poco fuera de lugar, pero hay multitud de melodías que nos han gustado mucho. Mención especial para las que tienen un estilo chiptune, muy pegadizas. Como nota, nos habría gustado que llegara con textos en castellano, ya que el humor y los chistes son gran parte de la experiencia, pero tampoco se necesita un nivel de inglés particularmente alto para poderlo disfrutar. Sus creadores ya nos han dicho que la traducción al español llegará más adelante.
Un digno sucesor
Si se os apetece algo de caos en mundo abierto, directo, sencillo y de corte clásico, Shakedown: Hawaii no os va a decepcionar. Obviamente, coge la fórmula de Retro City Rampage y la evoluciona para ofrecernos un juego más variado, completo y ambicioso dentro de sus limitaciones, ya que no deja de ser un juego independiente en dos dimensiones. No es rompedor, pero con sus más de 100 misiones y su gran cantidad de contenido, tenemos un buen puñado de horas de diversión.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Vblank Entertainment.