Análisis de Rabbids 3D (Nintendo 3DS)
Ubisoft es una de las compañías que más ha apostado en el lanzamiento de Nintendo 3DS, y además de entregas tridimensionales de sagas como Rayman, Splinter Cell o Ghost Recon, no podían faltar los Rabbids, los conejos locos de Ubisoft que empezaron mareando a Rayman y que se han convertido en una de las sagas más prolíficas de la compañía en los últimos años, casi exclusivamente en las consolas de Nintendo.
Los viajes en el tiempo de los Rabbids, motivo del juego de estas Navidades para Wii, se saltaron Nintendo DS en esta ocasión para desembarcar solamente en 3DS como formato portátil. Una decisión acertada, ya que este divertido plataformas con jugabilidad 2D bien podría pasar por un juego de la anterior portátil de Nintendo, salvo por el efecto 3D de los gráficos.
Esto no significa que sea un juego malo, ni mucho menos, pero no parece aprovechar la potencia gráfica extra que otorga 3DS, aunque tampoco lo necesite. Es un plataformas 2D, primera incursión de los Rabbids en este emblemático género, y lo que no tiene de brillo visual lo intenta compensar con la jugabilidad.
Los Rabbids, como en la entrega para Wii, viajan por el tiempo visitando una serie de épocas convenientemente divididas en niveles de plataformas, donde tendremos que avanzar saltando y acabando con los enemigos que nos iremos encontrando. Aunque el diseño general sea el de un plataformas en dos dimensiones, con la simplicidad aparente que eso conlleva, Rabbids 3D combina esta mecánica plataformera con elementos como salto, la posibilidad de golpear de un puñetazo enemigos u obstáculos, interactuar con objetos para resolver puzles o acceder a zonas secretas, y otras habilidades como nadar.
El juego intenta combinar todos estos elementos para ofrecer variedad a lo largo de sus 64 niveles (16 por cada uno de los cuatro mundos), algunos de ellos secretos, teniéndolos que desbloquear. El problema es que, aunque el título tiene bastante duración gracias a esta gran cantidad de fases, y de hecho incentiva el rejugarlas para conseguir todas las monedas y extras ocultos o difíciles de conseguir, la dinámica acaba haciéndose inevitablemente repetitiva. Los niveles están bastante bien diseñados, pero acaban, por una parte, resultando monótonos a nivel estético (cada mundo tiene una serie de elementos que se van repitiendo en sus dieciséis niveles), y también a nivel jugable. Las situaciones, pese a la combinación de acciones (saltar en plataformas, trampolines, atacar, etc...) acaban resultando demasiado familiares.
La cuestión es que esta repetición de elementos, aunque puede cansar a los jugadores más experimentados, puede que no la noten los usuarios más jóvenes de la consola, ya que el juego intenta combinar sencillez en sus controles con una jugabilidad simple pero que se va enrevesando poco a poco, sin abandonar nunca un nivel de dificultad accesible (hay varios puntos de control por fase) y ese sentido del humor clásico de los Rabbids que tanto encanto tiene.
A nivel técnico no puede decirse que el juego sea muy llamativo, sobre todo si lo comparamos con los referentes del lanzamiento de la consola. Los Rabbids cuentan con una buena animación, y los escenarios son bonitos artísticamente, aunque no presentan con un gran nivel de detalle, sobre todo si nos ponemos a comparar. El efecto 3D es un tanto anecdótico ya que no influye nada en la forma de jugar, ni tampoco se nota demasiado, por lo que activarlo o desactivarlo no cambia demasiado las cosas.
Rabbids 3D no dejará satisfechos a aquellos jugadores de toda la vida, ya con cierta edad, que estén buscando un plataformas 2D de estilo clásico para su nueva consola. No aporta cosas nuevas ni muy inspiradas, y se les hará repetitivo pronto. En cambio, los usuarios más jóvenes pueden encontrar en él un juego más que entretenido, de un estilo que no han visto muchas veces y que les resultará todavía nuevo, con una curva de dificultad suave y amigable, y con toda la gracia de la que los Rabbids son capaces.