Análisis de Lego Piratas del Caribe (Nintendo 3DS)

Es posible que todavía haya gente esperando a ver cuáles son los beneficios que realmente puede aportar una tecnología como la imagen 3D a los videojuegos en general, y a Nintendo 3DS en particular. Es también posible que haya quien crea que su rendimiento solo se puede apreciar en juegos creados de manera específica para los sistemas centrados en exprimir de serie la imagen 3D. Pero es posible que LEGO Piratas del Caribe les haga cambiar de opinión.

Lo que el universo de juegos basados en Lego puede ofrecer no es ya un secreto, pues entre La guerra de las galaxias, Indiana Jones, Harry Potter y Batman ya tenemos un buen surtido de títulos que cruzan los simpáticos juguetes de bloques daneses con importantes marcas del mundo del cine. Las aventuras de Johnny Depp interpretando al alocado pirata de la saga de películas de Piratas del Caribe es una buena incorporación a esta serie ofreciendo, en un único título, un buen repaso de las cuatro películas (sí, incluye también la que acaba de estrenarse en los cines).

Hay, de hecho, puntos comunes que hacían esperar grandes cosas, como el sentido del humor, los personajes estrambóticos, y la aventura fantástica. Todos esos aspectos casan, evidentemente, con el tono desenfadado, buen ritmo de juego, y apuesta por la aventura de estos videojuegos.

Los seguidores de la saga de juegos Lego ya saben qué pueden esperar aquí en cuanto a jugabilidad: diversión y pocas complicaciones, con una nula o casi nula penalización por morir en la partida para que puedan concentrarse en disfrutar, sin más, de los combates, las secciones de plataformas y los ocasiones puzles que salpican aquí y allá los niveles. Todo ello con la diversidad de personajes como factor fundamental en su concepción jugable, pues cada uno tiene habilidades específicas que debemos emplear en nuestro beneficio de manera que ir cambiando de personaje es importante y entretenido.

El cambio de un personaje a otro se puede hacer en cada momento, y el juego es muy coral, así que no se trata de calzarse los pies -de Lego- de Jack Sparrow y vivir la vida pirata, aunque es evidente que su personaje tiene mucho atractivo, e incluso se ha hecho un trabajo muy destacable en sus animaciones específicas que retratan con mucha gracia el espíritu original que tiene en las películas.

Una de las pérdidas destacables de esta versión con respecto a las entregas domésticas que las secuencias narrativas no tienen, claro, la misma calidad, y son también más cortas. Suponemos que el tamaño máximo disponible para las tarjetas de juego de la consola ha supuesto alguna restricción junto a la ausencia de códecs para vídeo que permitieran comprimir sin perder calidad esos vídeos manteniendo el efecto 3D que, la verdad, es muy destacable.

En líneas generales, todo el efecto 3D, sea en plena partida, o en el papel pasivo de ver esas escenas, está muy bien llevado a cabo, de manera que el juego se convierte, en este sentido, en uno de los títulos punteros de la consola: si quieres ver un buen 3D deberías tener muy presente LEGO Piratas del Caribe. No es una simple cuestión de que se vea bien en pantalla, es que realmente se nota que en los juegos de plataformas la utilización de esta tecnología puede dar mucho juego.

Hay secciones de plataformeo con algunos saltos muy ajustados. No son un gran problema, pues es un título que realmente no penaliza los fallos para no resultar frustrante en ningún momento, pero la percepción de profundidad en los escenarios y plataformas permite calcular los saltos con una precisión que ya querrían para sí muchos títulos centrados por completo en esta mecánica jugable.

Además, lo cierto es que sus contenidos son comparables a la versión para sistemas domésticos, aunque se han introducido cambios jugables concretos para adaptar algunos puntos de los niveles. No solo eso: se incorporan elementos propios, como la posibilidad de los duelos especiales de pirata cuando nos enfrentamos a jefes finales o personajes importantes. La mecánica, eso sí, es repetitiva y se basa, principalmente, en machacar un botón en una suerte de quick time event (esas secuencias jugables en las que se debe pulsar lo que se indica en pantalla). Funciona bien, pero en ocasiones la sensación es que se ha explotado en exceso y podrían haberse buscado otros recursos, también interactivos, pero diferenciados.

Como muestra adicional de la atención prestada a la versión para la nueva portátil de Nintendo en la creación de esta adaptación se ha introducido también una interesante funcionalidad para StreetPass, es decir, el sistema que hace que mientras llevamos la consola con nosotros esté buscando continuamente a otras Nintendo 3DS para intercambiar datos. En este juego escogemos a un personaje, personalizamos sus habilidades (entre ofensivas y defensivas) y salimos a la calle. Si se cruza con otro jugador, de manera transparente para nosotros, los personajes se enfrentarán en un duelo automático.

Pero no todo es positivo: nos gusta mucho esta inclusión, pero no comprendemos cómo es posible que, en cambio, se haya descarta la posibilidad de introducir, precisamente, un modo multijugador real, interactivo, tanto en modo local como en línea. Se podría haber integrado una campaña cooperativa, o bien llevar esos duelos piratas a una jugabilidad directa, para completar un paquete de contenidos que habría resultado enormemente beneficiado de una incorporación de ese tipo, pues muchos de los juegos del universo Lego tienen en las posibilidades multijugador su vertiente más divertida.

La ausencia de multijugador puede ser algo muy penalizable desde la perspectiva del apasionado de la serie Lego, desde luego, y es algo que echamos también en falta, pero a su favor debemos insistir en que la campaña para un jugador ofrece una extensión razonable y el hecho de que recorra las cuatro películas le aporta un interés especial que quizás pueda hacer a esos aficionados que solo puedan jugarlo en solitario.

En el apartado visual, LEGO Piratas del Caribe es un juego que luce muy bien: captura la esencia de los dos mundos que se unen para unos diseños de personajes y entornos fantásticos que se ven reforzados con un apartado técnico muy acertado. La música resulta desenfada, divertida, y alegre, de manera que se adapta muy bien a la atmósfera general del juego.

Quizás no sea tan impactante en términos de fuerza bruta en pantalla como Super Street Fighter IV o Dead or Alive: Dimensions, pero su mundo es cohesionado y con entornos bastante grandes y con cosas sucediendo en pantalla como para mostrar de manera firme por primera vez lo que la consola puede llegar a dar de sí en este tipo de géneros aventureros y plataformeros.

Conclusiones

La versión para Nintendo 3DS de este juego va mucho más allá de la clásica entrega portátil pensada para aprovecharse del tirón de una película. Su vinculación a la marca Lego le sitúa en una tradición de más calidad, sí, pero es normal tener cierto recelo. Pero los usuarios pueden estar tranquilos: una aventura divertida, bien construida, que sabe aprovechar las 3D… LEGO Piratas del Caribe es una aventura de acción con humor que capta la esencia de las películas y busca entretener, sin complicaciones. Le falta el multijugador para ser redondo, pero abre una buena senda en las producciones para la consola.