Análisis de Lego Piratas del Caribe (PS3, Wii, NDS, Xbox 360, PC)

El pasado 20 de mayo se estrenaba en las pantallas de todo el mundo la cuarta entrega de las aventuras del capitán Jack Sparrow y compañía con nuestra Penélope Cruz como nueva pirata estrella. Aprovechando el tirón mediático de este estreno mundial llega a nuestras consolas su correspondiente versión en figuritas de LEGO que condensa en un único juego los mejores momentos de las cuatro películas.

Sus desarrolladores son de nuevo Traveller’s Tale, un estudio inglés que desde que fue fundado en 1989 siempre se ha especializado en juegos para los más pequeños sobre Mickey o Toy Story, aunque también han realizado alguna incursión en juegos de carreras cómo, por ejemplo, las versiones del F1 Grand Prix del año 2005 y WRC ambos para la PSP.

Fue precisamente durante ese año 2005 cuando saltaron realmente a la fama con Lego Star Wars, el primer juego basado en estos muñequitos cabezones, y que para sorpresa de todos fue un gran título, divertido y adictivo como pocos, consiguiendo enganchar tanto a los pequeños de la casa como, también hay que reconocerlo, a algunos mayores que se lo pasaron a lo grande recordando esa gran trilogía.

Desde entonces los títulos que siguen el esquema jugable basado en esas figuritas han sido continuos y pocos héroes juveniles se han librado de ser transformados en piecitas. Indiana Jones, Batman o Harry Potter han visto como todo su universo se reconstruía con pequeñas fichas llegando prácticamente a todas las consolas.

Ese medallón...

En esta ocasión la acción se centra en la historia de unos extraños piratas que se transforman en fantasmas al llegar la oscuridad. Seguro que casi todos vosotros conocéis la historia contada en las tres películas anteriores, "La maldición de la perla negra", "El cofre del hombre muerto", y "En el fin del mundo", pero por si acaso y para evitar desvelar las continuas sorpresas que se cuentan en ellas no profundizaremos demasiado en el argumento. Solo diremos que el principio de todo nos cuenta que en un viaje por mar, una joven Elisabeth Swann, hija del gobernador de Port Royal, descubre a un joven a la deriva tras el naufragio de su barco. Tras salvar a ese misterioso náufrago, Elizabeth se queda prendada del medallón que lleva, quitándoselo sin saber que ese colgante es la llave de un tesoro y por ello atraerá hacia el puerto a toda clase de piratas.

El argumento lo iremos viendo a través de numerosas y largas secuencias animadas, repletas de humor, y de una calidad increíble. De nuevo, y como ocurre en el resto de los juegos de Lego, los personajes son mudos y no veremos ni un texto que nos aclare lo que nos están intentando explicar, por lo que, si no hemos visto las películas lo más probable es que no nos enteremos prácticamente de nada. A la hora de jugar no afecta en nada, pero si echamos de menos que se le hubiera dado importancia a mostrar el argumento a aquellos jugadores que no conocen la saga, aunque también se entiende la dificultad de condensar el argumento de toda una película en apenas unos capítulos.

Mismo esquema jugable

Como hemos dicho el juego reúne las cuatro películas divididas cada una en cinco capítulos, lo que nos da un total de 20 niveles de juego. Cada nivel es un mundo único y aunque están basados en secuencias de las películas, se toman muchas licencias para favorecer la jugabilidad.

La forma de jugar y el estilo de los todos los títulos basados en personajes Lego sigue siendo exactamente el mismo que en el primer juego. Tendremos que ir superando cada capítulo pensados siempre para un mínimo de dos personajes, aunque a menudo se unirán a nuestro grupo numerosos personajes más llegando incluso a manejar a toda una tripulación. Cada uno de estos personajes tendrá una habilidad especial o un arma u objeto, que seguramente tendremos que usar en algún momento del capítulo.

El cambio entre personajes es uno de los grandes alicientes de este tipo de juegos, y mucho más cuando jugamos con un amigo en la misma consola. Como en el resto de los títulos de Lego, en cualquier momento se puede añadir un segundo jugador simplemente con conectar el mando, o sea, de forma local, sin existir ningún tipo de posibilidad de juego online. Un modo sin duda mucho más entretenido y divertido que el juego en solitario, por lo que seguimos sin entender que sigan sin implementar la posibilidad de abrirlo a jugadores online.

Los niveles son muy completos y variados pasando de recorrer un pueblo pesquero en busca de una tripulación, explorar un barco lleno de piratas fantasmas hasta acabar en una isla abandonada después del hundimiento de nuestro barco. Todos ellos están rellenos de plataformas, sencillos puzles, peleas contra piratas, y todo tipo de interruptores, saltadores, cuerdas, así como objetos que encontrar y colocar para poder seguir en la aventura.

En general todo es bastante sencillo y obvio, aunque por si acaso, podemos activar una opción de ayuda que nos indicará en todo momento donde colocar o a quién llevar el objeto que recojamos. Aun así puede llegar a darse algún caso de bloqueo en el que no sepamos muy bien que hacer. También encontraremos bastantes combates durante los niveles, bien contra los ingleses o contra los piratas, siendo todos ellos en general igual de sencillos. Los temidos jefes finales son en este caso menos temibles que en otras ocasiones y simplemente necesitaremos un poco más de paciencia para determinar su movimiento y la forma de llegar a ellos y un buen número de golpes parar acabar con todas sus vidas.

Clásico, pero efectivo

Ciertamente a estas alturas surge una pregunta. ¿Cómo es posible que aunque se siga repitiendo el mismo esquema jugable durante años, éste nos sigue gustando? Por una parte hay que reconocer que la simpatía que derrochan estos muñequitos hace que gane muchos puntos. A este carisma hay que añadirle el acertadísimo diseño jugable de los niveles muy bien construidos y con una mezcla de variedades y situaciones, dentro de la sencillez, que nos engancha sin remedio.

Completar el juego en modo historia es simplemente una cuestión de paciencia ya que no existe ningún momento de especial dificultad, pensando sobre todo en los más jóvenes de la casa. El tiempo en acabar los niveles es muy variado por lo que teniendo en cuenta que tenemos 20 de ellos por delante, nos ofrece una duración aceptable. Esa duración aumenta de forma considerable si queremos conseguir todos los objetivos secundarios que se nos plantean en cada nivel. Encontrar las botellas con mensaje o los ladrillos dorados de cada nivel es una tarea ardua, y que nos exigirá repetir cada nivel un par de veces con distintos personajes para aprovechar las habilidades de cada uno.

Como viene siendo habitual el número de personajes incluidos es enorme, cerca de 70, aunque como suele pasar en los otros juegos encontraremos varios diseños de cada personaje entre ellos. Algunos de estos personajes los iremos desbloqueando durante el modo historia, y el resto tendremos que comprarlos cuando los veamos pasear en el menú del juego.

Aspecto técnico

Si el aspecto jugable apenas ha sufrido cambios en el transcurso de los años en este tipo de juegos, el aspecto técnico sí lo ha hecho, y en esta entrega hay que reconocer que el salto de calidad es notable. Tanto las animaciones como los escenarios tienen una calidad realmente asombrosa, de las mejores que hemos visto en un juego de plataformas y son realmente variados encontrando localizaciones de todo tipo. Pueblos, islas, barcos o cuevas están diseñados con un mimo y esmero digno de reconocer, repletos, además, de pequeños detalles.

Mención aparte merece el agua que lógicamente veremos prácticamente por todos lados. Es un fiel reflejo del agua cristalina del caribe y parece asombrosamente transparente y real teniendo incluso varias tonalidades según lo cerca que estemos de la orilla, pudiendo llegar a nadar y bucear. En algunas de los escenarios veremos incluso un cambio del día a la noche realmente logrado con unos reflejos y un juego de luces realmente estupendo. El diseño de los muñequitos esta también muy conseguido, y es realmente divertido ver como consiguen que únicamente con la cara consiguen hacer que reconozcamos a cada personaje. De todos ellos el mejor conseguido es por supuesto el capitán Jack Sparrow del cual han conseguido reproducir hasta su peculiar y chulesca forma de andar.

El aspecto sonoro esta igualmente a gran nivel escuchando de forma continua los conocidos acordes principales de las bandas sonoras de las películas. Durante el juego la intensidad de la música nos dará alguna pista sobre por dónde está el peligro, y sobre todo nos alertará de la presencia de tiburones en el mar. Únicamente echaremos de menos, como ya hemos comentado, unos diálogos que explicaran mejor el argumento de cada capítulo.

Conclusión

Los Piratas del Caribe llegan a PS3 de la mano de los muñequitos de Lego en un divertido juego para toda la familia. Es, sin duda, uno de los mejores que puede haber para los más jóvenes de la casa, siendo, además, entretenido para el resto de los jugadores a los que también enganchará su endiablada jugabilidad. Un plataformas sencillo pero adictivo, con un buen nivel técnico y que sigue explotando el filón de los juegos de Lego sin aportar ninguna novedad jugable a la saga.