Análisis de Hey! Pikmin (Nintendo 3DS)
Pikmin no es precisamente la saga más famosa y exitosa de Nintendo, pero sí que ha sabido hacerse un hueco en el corazón de muchos jugadores gracias a sus adorables protagonistas y a su original visión del género de la estrategia en tiempo real, consiguiendo ofrecer con cada una de sus entregas títulos únicos, con personalidad, sorprendentemente desafiantes y de una calidad incuestionable.
Tras haber pasado por varias plataformas de sobremesa, la serie por fin se ha atrevido a dar el salto al terreno portátil con Hey! Pikmin para Nintendo 3DS, el título que hoy nos ocupa. Sin embargo, esta vez se ha apostado por darle un enfoque muy diferente al que la trilogía original nos ha acostumbrado, ya que la estrategia ha perdido casi todo su protagonismo en favor de la exploración y resolución de puzles.
Aunque la idea nos parece muy acertada por lo bien que se adapta este formato a la consola, lo cierto es que se nota que su desarrollo ha corrido a cargo de Arzest, los creadores del olvidable Yoshi's New Island, perdiéndose gran parte de la magia de la saga por el camino, aunque eso no quita que el resultado final sea el de un juego lo suficientemente entretenido como para dejarse disfrutar fácilmente.
Puzles y Pikmin
La historia en esta ocasión vuelve a repetir la premisa de siempre y nos contará cómo el intrépido Capitán Olimar se estrella en un peligroso planeta, quedándose atrapado en el mismo, por lo que tendrá que recurrir nuevamente a los pikmin para que le ayuden a reparar su nave, la cual se ha quedado sin lustronio, su combustible principal.
De este modo, nos embarcaremos en una aventura en la que el argumento es lo último que importa y donde nuestro gran objetivo será el de amasar todo el lustronio que podamos, ya sea encontrándolo en su forma natural o extrayéndolo de extraños artefactos con la forma de nuestros objetos cotidianos.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, lo primero que tenemos que destacar es que estamos ante un juego de desarrollo bidimensional en el que tendremos que recorrer una serie de niveles intentando recolectar lustronio, manteniendo vivos a nuestros pikmin y obteniendo los artefactos que se escondan en ellos.
Aunque al principio las fases son más o menos lineales y tremendamente fáciles, a poco que avancemos iremos comprobando cómo el diseño de las mismas se va volviendo cada vez más retorcido y laberíntico, algo que nos obligará a memorizar rutas y a buscar la forma de llegar a muchos sitios que en un principio serán aparentemente inaccesibles.
Además, en todas ellas hay un buen número de pequeños secretos escondidos con suculentas recompensas, como grandes cantidades del preciado combustible que intentamos obtener o incluso salidas secretas que dan a nuevos niveles ocultos, por lo que el título invita constantemente a explorar hasta el último rincón de los escenarios, siendo este probablemente uno de sus mayores atractivos.
Por lo general, los puzles están bien diseñados y tienen una dificultad justa (no nos harán partirnos la cabeza, pero algo sí que nos harán pensar), aunque estos siempre giran en torno a buscar la forma de llegar a un sitio y que nuestras criaturas puedan superar obstáculos sin morir por el camino, por lo que esperéis nada especialmente original.
De hecho, uno de los principales problemas que encontramos en este título es la falta de ideas que tiene a la hora de plantear situaciones a lo largo de sus fases, las cuales se repiten de forma constante y pocas veces se atreve a introducir nuevas mecánicas que pudiesen alterar el desarrollo de las mismas y les diesen algo de variedad. Sí, a veces lo hace y hay ciertos niveles muy característicos por la forma en la que tenemos que avanzar por ellos, pero son los menos y nunca alcanzan la brillantez.
Lo que sí que nos ha gustado bastante es cómo se ha adaptado la jugabilidad de la serie al terreno portátil, con unos controles muy bien implementados que hacen uso de las funciones táctiles de la consola para facilitar el lanzamiento de los pikmin hacia los lugares que queramos con gran precisión. De esta forma, enviar a nuestras tropas a que luchen o nos traigan ciertos objetos se convierte en una tarea muy intuitiva y sencilla, aunque eso no quita que tenga cierta profundidad, ya que muchas veces tendremos que lanzar a nuestras criaturas de formas concretas y a puntos muy precisos que nos requerirán cierto grado de habilidad.
Por lo demás, nos moveremos con la cruceta, el pad analógico o los botones (esta última opción es para zurdos), tocaremos el silbato para llamar a los pikmin con un botón táctil y con otro más podremos utilizar una útil mochila propulsora que nos permitirá llegar a zonas inaccesibles (Olimar no puede saltar, así que esto será lo más parecido que tendremos a dicha acción).
Como no podía ser de otro modo, encontraremos diferentes tipos de pikmin, cada uno con sus propias características y habilidades que tendremos que aprender a explotar para abrirnos paso a través de todos los obstáculos con los que nos encontremos. A diferencia de las entregas numeradas, aquí el número de criaturas que controlaremos de forma simultánea es muy inferior (suele rondar la veintena) y las que encontremos y podamos usar en cada fase estará predeterminado por el propio nivel. De hecho, uno de los retos opcionales más difíciles del juego radica en encontrar a todos los pikmin de cada pantalla y conseguir que sobrevivan hasta el final de la misma, algo que os podemos asegurar que llega a ser realmente desafiante en según qué zonas.
Dependiendo de cómo nos tomemos el juego, este puede tener una duración muy variable. Si simplemente queremos obtener el lustronio justo y pasar los niveles sin explorar demasiado nos durará entre seis y ocho horas, aunque si nuestro objetivo es encontrarlo todo, completando cada fase con todos los pikmin vivos, esta cifra se duplica con muchísima facilidad, ya que hay secretos muy bien escondidos y tendréis que rejugar bastantes pantallas.
Gráficamente no es un juego que explote demasiado la potencia de la consola, algo que se nota especialmente en el poco trabajo que tienen los fondos, muy genéricos, monótonos y poco inspirados, a pesar de que buscan en todo momento mantener la estética de la saga. Lo que sí que nos ha gustado es el modelado de los personajes, así como sus animaciones, ya que tanto los pikmin como los enemigos que encontraremos en nuestro camino lucen genial y se mueven de maravilla. Destacar que no existe efecto 3D al desarrollarse casi toda la aventura en la pantalla inferior de la consola.
El sonido sigue una tónica similar, con una banda sonora de corte relajado y tranquilo, pero falta de inspiración y variedad, por lo que escucharemos los mismos temas con demasiada frecuencia y puede llegar a cansar con facilidad, aunque su función de ambientar la cumple sobradamente. Los efectos sí que están a un buen nivel, suenan bien y son todos muy reconocibles y característicos.
Conclusiones
Hey! Pikmin es un juego que carece de la magia y la brillantez de la saga principal, pero que sabe ofrecer una experiencia muy entretenida y disfrutable para cualquiera que busque un título de aventuras donde prime la exploración y resolución de pequeños puzles. Es una de esas experiencias que están pensadas para paladearse con calma y a ritmo pausado, aunque no por ello se libra de ciertos problemas, como un diseño de niveles que podría para dar mucho más y una alarmante falta de buenas ideas que hagan la experiencia más variada. Se podría decir que estamos ante un spin-off un poco "soso", pero sería injusto decir que no nos lo hemos pasado bien con él, por lo que si eres fans de estas adorables criaturas y no os importa el cambio de género que se ha realizado, aquí probablemente encontraréis un producto perfecto para hacer más llevadera la espera de Pikmin 4.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.