Análisis de Freakyforms Deluxe: ¡Tus creaciones cobran vida! (Nintendo 3DS)

Freakyforms: iTus creaciones cobran vida! fue lanzado en noviembre del año pasado para la eShop de Nintendo 3DS, un juego descargable que costaba seis euros y que nos proponía crear formines, unas simpáticas criaturas que diseñábamos en un sencillo editor, eligiendo las distintas partes como la cabeza, los ojos, la boca, el torso, las piernas, los brazos, accesorios, etcétera, además del color de cada una de las partes y hasta el tipo de voz.

Una vez creadas podíamos explorar un enorme escenario en dos dimensiones, conseguir monedas, nuevas piezas y conocer otros compañeros, de los que después utilizar sus distintas partes para crear nuevos formines. Tuvo que quedar contenta Nintendo con el trabajo realizado por la japonesa Asobism para dar ahora una nueva oportunidad a su juego esta vez en formato físico y con el nombre de FreakyForms Deluxe. La premisa es la misma, las posibilidades casi también, y simplemente se limita a ser una versión con más contenidos y algunas opciones nuevas, como un limitado multijugador para cuatro jugadores.

Es complicado decir a qué género pertenece FreakyForms, ya que aunque a veces lo pueda parecer, no es un plataformas 2D, ya que no hay niveles que superar ni ningún reto en los saltos, contiene algunos toques roleros en sus mazmorras, pero simplemente nos limitados a contemplar cómo se pelean los formines, y realmente estamos ante un título que basa todo su potencial en el editor. Crear las criaturas más raras, simpáticas, coloridas, estrambóticas, o con todos estos adjetivos a la vez, y luego verlas tomar vida y moverlas por los escenarios consiguiendo diferentes objetivos, principalmente monedas y piezas para crear nuevos formines.

El juego se toma su tiempo para arrancar, consciente de su potencial público infantil, y nos va explicando las cosas poco a poco y con mucha calma, con muy pocos elementos y opciones para crear nuestro formín, para que no nos liemos. El Señor Formínez nos irá explicando los diferentes pasos, como que hay poner una cabeza, un torso, unas piernas y una boca, y luego según avancemos podremos conseguir muchas más partes para personalizar a los formines, más de 600, aunque en cada una de nuestras creaciones tendremos un límite de elementos para usar en un único formín. Elegimos su nombre, su tipo de voz entre varias clases disponibles –infantil, cursi, tímida, enfadada, feliz, teatral, etcétera- y luego si queremos que sea más grave o más aguda, con divertidos resultados.

Una vez tengamos un formín creado ya podremos explorar el mundo, un amplio escenario con monedas, cofres, algunas plataformas, otros formines con los que interactuar, y lo más importante, es nuestro mundo, y también podremos personalizarlo al igual que los formines. Consiguiendo llaves y abriendo el respectivo cofre obtendremos nuevos elementos como plantas y árboles, soles y estrellas, nubes, mariposas, casas y un largo etcétera, cobrando vida poco a poco el mundo que nos rodea. Podemos dar forma a todos estos elementos, elegir su color, y es bastante satisfactorio moverte con las criaturas que has creado por un mundo que también has diseñado.

A los formines se les controla con la pantalla táctil, en ningún momento llegamos a tomar su control con la cruceta o el stick, y simplemente tenemos que pulsar en la pantalla con el lápiz para que vayan a la izquierda o la derecha, o tirar de ellos, estirarlos, y soltarlos para que salten, la acción más divertida. El control por tanto se resiente, es un poco torpe moverlos sobre todo por sitios reducidos, y al final acabaremos moviéndoles a enormes saltos todo el rato. Entendemos la decisión del control, ofrecer una jugabilidad lo más sencilla e intuitiva posible, para todos los públicos, pero se han pasado un poco con su simpleza, y no resulta todo lo agradable que debería.

Tenemos un tiempo límite para explorar el mundo, y si hablamos con otros formines, ya sean nuestras propias creaciones o invitados, nos encargarán sencillas misiones, quizás demasiado simples. Recoge cinco joyas, llévame a otro lado del escenario, come ciertos alimentos hasta que hagas "popó" (sí, como lo oís…) y poco más, nada muy complejo, lo que a la larga juega en su contra, ya que se vuelve repetitivo. Si cumplimos alguna de estas misiones, desbloquearemos al personaje que nos la ha encargado en una especie de tienda, y si lo compramos, tendremos sus partes disponibles para crear nuevos formines, o hacer directamente una copia de él.

No podemos crear todos los formines que queramos de golpe, y hay que esperar un tiempo, cinco corazones que se van recargando con el paso de los minutos. Cuando hayamos creado cinco formines, nuestro mundo se ampliará, y desbloquearemos nuevas zonas, como un océano o una zona aérea, y para movernos por los nuevos entornos vamos consiguiendo formines con características especiales, como voladores, con ruedas o acuáticos.

Uno de los mayores atractivos son las mazmorras que se desbloquean con las nuevas zonas del planeta y que son un mundo aparte, volviéndose Freakyforms Deluxe casi un juego de rol. El objetivo consiste en superar los tres pisos de la mazmorra, y en nuestro camino además de suculentos tesoros nos enfrentaremos a otros formines enemigos, así hasta llegar a la batalla final con un jefe. Los combates son como en un RPG, cada formín tiene unas estadísticas de ataque, defensa, velocidad y suerte, que podemos ir ampliando consiguiendo esferas, también podemos equipar habilidades especiales como ataques de fuego, pero a la hora de la verdad, al entrar en combate, no decidimos nada, y los dos formines luchan solos, hasta que uno acabe con la barra de vida del otro. Es como si en Pokémon todos los combates fueran automáticos y no decidiéramos nada, lo que no tiene ninguna gracia. El único punto estratégico es buscar fruta por el escenario y comerla, por si surge un combate ir con la barra de salud hasta a tope.

Hay muchas cosas que hacer con los formines, compartirlos por StreetPass por ejemplo, o mediante códigos QR, visitando los planetas de otros jugadores, o verlos materializarse en nuestra habitación gracias a la opción de Realidad Aumentada. Tenemos unos curiosos desafíos creativos, en los que nos muestran una silueta en negro y tenemos que intentar crear un formín parecido, y el modo multijugador es un tanto anecdótico, no podemos recorrer los escenarios junto a unos amigos o luchar contra ellos, y solo podemos crear formines en grupo. El jugador que invita al resto puede proponer un tema o una idea y luego cada persona creará lo que quiera, formines que luego podrán guardarse en la tarjeta SD. Lo bueno de esta modo es que las otras tres Nintendo 3DS no necesitan tener la tarjeta del juego para participar.

Hay 32 trofeos para desbloquear, consiguiendo diferentes hitos, 41 accesorios, 146 formines amigos ya diseñados por los desarrolladores que vamos desbloqueando, y más de 600 partes diferentes, por lo que imaginaros, las posibilidades de crear criaturas son casi infinitas. Pese a esto, la parte jugable y no creativa es muy limitada, solo tenemos las mazmorras y la exploración del planeta en el que resolver pequeñas y simples misiones, y se acaba volviendo muy repetitivo.

Un jugador adulto o experimentado es probable que se acabe cansando rápidamente de su propuesta, ya que al final lo más divertido acaba siendo crear nuevo formines, gracias al completo, sencillo y versátil editor, que nos permite crear todo tipo de criaturas de lo más divertido, nos sorprenderemos riéndonos de los engendros que hemos creado. En cambio para un niño pequeño es un título muy recomendable, por su sencillez, colorido, simpatía, y porque pocas veces un videojuego promueve la creatividad del jugador.

Sí hay propuestas como LittleBigPlanet o Minecraft, pero sus editores y herramientas son bastante complejos y no están al alcance de un público infantil. En cambio con FreakyForms Deluxe los más pequeños de la casa podrán dar rienda suelta a su imaginación creando todo tipo de extrañas y divertidas criaturas y luego verlas cobrar vida, además de poder controlarlas. Un juego muy peculiar, entretenido y original durante un corto periodo de tiempo, que no sabemos muy bien si está justificado su salto del formato digital al físico. Aunque de esta manera seguro que puede llegar con más facilidad al público infantil, para quien nos parece muy adecuado, uno de los mejores juegos de 3DS para ese sector, pero que no aguanta tan bien el tipo para un jugador tradicional, al ser más editor que juego.