Hubo una época en la que los juegos de fútbol no buscaban parecerse a la realidad. Una época en la cual era más importante sentir un graderío entero mientras enlazábamos espectaculares jugadas con apenas un par de botones.
Antaño lucían como oro recién pulido los juegos que hacían de jugadores con poca destreza, jugadores "Maradonianos" y la envidia de todo el barrio. Ahora es cierto que la gran capacidad gráfica actual se ha puesto al servicio de la jugabilidad, y es más fácil recrear el deporte rey con muchos más detalles y profundidad que en los años noventa.
Y es en esos años donde hoy nos vamos en nuestro viaje retrospectivo. Allí, al principio de los noventa, cierta consola de 16 bits empezaba a deslumbrar a todo el mundo con una oleada de juegos que se convirtieron en clásicos hasta la eternidad. Pero entre todos ellos, Super Soccer destacó por ser un humilde juego de fútbol que apostó fuerte por enmarcar y ensalzar la palabra diversión por encima de otras cosas.
Simple, no sencillo
El juego fue lanzado en Japón con el nombre de Super Formation Soccer, pero por estos lares fue rebautizado como Super Soccer. La saga Super Formation Soccer se convirtió en un éxito, haciendo que Human lanzase en los posteriores años revisiones de este sistema de juego e incluyendo mejoras y más equipos.
Pero el juego de hoy es el mítico Super Soccer que pudimos disfrutar primeramente. Como decimos era un juego de fútbol arcade en el que tan solo disponíamos de los opciones de jugar un partido de exhibición y un torneo, como si de un mundial se tratase. Sin duda, una de las más grandes ausencias es la de la selección de España, ausencia que se arregló en los siguientes Super Formation Soccer.
No había más, pero tampoco importó porque más allá de las ausencias de una infinidad de equipos y modos de juego, estaba la jugabilidad ante todo, algo que en aquella época primaba por encima de todo para que un juego se alzara con la popularidad entonces.
Y esto es lo que hizo Super Soccer. Un sistema de juego sencillo, en el que había bastantes similitudes con la serie Oliver y Benji (Captain Tsubasa) en la que el estilo gráfico se parecía algo a los dibujos que encandilaron a una generación.
Cada selección tenía sus puntos fuertes y sus flaquezas, y el combinado nipón estaba justamente equilibrado siendo uno de los peores y más lentos de entre los seleccionables, pero guardaba una sorpresa dentro: disponía del jugador con el disparo más poderoso del campeonato. Además de esto, cada equipo parecía estar comandado por dos jugadores que destacaban sobre el resto, y casualmente eran en su mayoría el número 7 y el número 10.
Además de esto las diferentes formaciones posibles otorgaban ese punto de estrategia ante el rival a batir, aparte de esto la posibilidad de poder elegir el portero automático o manual era bastante importante en los últimos partidos y en el máximo de dificultad, puesto que los bugs implícitos en los porteros harán muchas veces que de una vez por todas empezáramos a entrenar con los porteros manuales.
Gráficamente podamos caer en decir que viendo los espectaculares juegos de inicio de Super Nintendo, Super Soccer se podía quedar atrás, pero más bien era un juego en el que se demostraba el potencial de la consola y uno de sus efectos estrella: el modo 7.
Efectos de zoom, reescalado de sprites y el modo 7 dotaron al juego de una espectacularidad digna de mención para la época (1992) y sin duda un apartado que sino sobresaliente -por los jugadores idénticos, aunque era la norma-, sí notable y sin duda una delicia ver tal cantidad de jugadores a la vez y moviéndose tan fluido en conjunto.
Dos jugadores, el modo estrella
Cierto es que la jugabilidad y las pocas opciones en el control, añadido a ciertos bugs en los que siempre entraba la pelota podía restar enteros al conjunto, pero la gracia estaba en que al jugar contra otro oponente humano que supiera de todos los glitches y bugs del juego, sabía también contrarrestarlos, y sobre todo, intuir con el portero donde se iba a lanzar la pelota y donde antes siempre entraba, ahora se encontraba con la sorpresa de una gran parada.
Los penaltis también destacaron por su cuidado aspecto gráfico y posibilidades. Grandes sprites y buenas animaciones, sin duda otro apartado que se podía disfrutar enormemente por su emoción.
La música también fue otro apartado destacado en Super Soccer, ya que los programadores hicieron una pista para cada equipo de fútbol, lo que dotó a cada selección de cierta personalidad que se acentuaba con la música:
Los retos que planteaba el juego eran pocos, cierto, pero muy "disfrutables" y sin duda, uno de los mayores retos es coger a la débil selección de Japón, y en el nivel experto llegar a ganar la copa, y la sorpresa de siempre, batir a la selección de Nintendo y recuperar el trofeo. Sí, habéis leído bien, recuperar, pero no por haberla ganado en anteriores ediciones, sino por la simpática y conocida escena del robo del trofeo y el reto de ganarla a todo o nada:
Aquí se ve la cara oscura del conjunto arbitral bastante desconocida (o no, para muchos). Sin duda un gag en el que se demuestra el sentido de humor de Human.
Super Soccer fue un clásico desde el día que salió. Sus posteriores secuelas pulieron el sistema -aumentaron el timing del partido, España estaba seleccionable, y se incluyeron nuevos movimientos- y se convirtió en una saga que con las coletillas "94", "95", "96" disputaron su propio partido al lado de los ya famosísimos FIFA e International Super Star Soccer.
Quizás el éxito de estas dos sagas hizo que esta otra estuviera a la sombra de estos juegos, pero no para todos los que un día disfrutamos de este fútbol diferente. La saga de fútbol de Human continuó y dejó un legado poco conocido, pero no por ello menos digno de mención. ¿Tú a cuál jugaste?
