Hace ya algún tiempo que Intel decidió aliarse con AMD para crear una APU destinada a sus barebone destinados para sus jugadores y usuarios más exigentes.
Tras esta alianza, Intel sacó a la venta su nuevo NUC Hades Canyon, un equipo con un tamaño bastante inferior al de una PS4 Pro que cuenta con potencia para jugar y, sobre todo, para disfrutar de la realidad virtual en un silencio casi absoluto.
Especificaciones técnicas
- Procesador: Core i7-8809G
- Frecuencia base: 3.8 GHz
- Turbo Boost: 4.2 GHz
- Tarjeta gráfica: Radeon™ RX Vega M GH
- Memoria RAM máxima: 32 GB DDR4
- Wifi GbE 2x 1000BT / 802.11ac 2x2 + BT 4.2
- Resolución máxima: 4096 x 2160
- Salidas de vídeo: 2x HDMI 2.0b, 2x mDP 1.3, 2x Type-C Alt-DP
- Entradas: 2x Thunderbolt™ 3, 5x USB 3.0, 4x USB 3.01
Comprando kits y añadiendo el almacenamiento y la RAM
Lo primero que hay que aclarar es que estamos ante un barebone, por lo que nos encontramos con todos los componentes en el equipo listos para empezar a utilizarlo… salvo la RAM o el almacenamiento que tendremos que adquirir por separado (aunque Intel ya ha comenzado a vender unidades del mismo con estos dos elementos integrados).
En concreto, si queremos optar por comprar el equipo sin estos componentes y montarlos por nuestra cuenta, tenemos dos huecos para memoria RAM DDR4 de perfil bajo pudiendo instalar hasta un máximo de 32GB. Además, en cuanto al almacenamiento, nos encontramos con 2 ranuras M.2 listas para unidades de almacenamiento sólidas.
En nuestro caso, Intel nos ha dejado para probar un equipo con 16GB de RAM DDR4 y 500GB de almacenamiento listos para poder guardar todos los juegos que hemos probado con este particular equipo.
La realidad virtual y el juego normal con el Hades Canyon
En cuanto sacamos y conectamos el Hades Canyon, lo primero que hicimos fue comenzar a descargar juegos para empezar nuestras pruebas y conocer el potencial real de este equipo en miniatura gracias al particular procesador de Intel, el Core i7-8809G acompañado de la Radeon RX Vega M GH.
En los juegos más populares (que no más potentes) el resultado del Hades Canyon fue perfecto, superando de largo la barrera de los 60 fps sin ningún tipo de problemas en juegos como CS:GO, League of Legends, Overwatch o Fortnite.
Si le exigimos un poco más, este pequeño equipo también es capaz de llegar a esta tasa de frames siempre que optemos por configuraciones medias/bajas con una resolución de 1080p, pasándolo un poco peor en los bancos de pruebas, algo perfectamente lógico si tenemos en cuenta la configuración y tamaño del equipo.
EN Catzilla, por ejemplo, ha sacado 8436 puntos, lastrado, según el test, por la gráfica AMD mientras que en Shadow of the Tomb Raider, en el banco de pruebas en alto, ha logrado funcionar a una media de 45 fps.
A continuación, tenéis otras dos pruebas comparando el NUC con nuestro equipo de referencia de Vandal (Intel Core i7-7700K, placa base MSI Z270 KRAIT GAMING, 2x8GB de RAM Kingston DDR4 @2398 MHz y un SSD Crucial) y con el Legion T530 que analizamos aquí.
En cuanto a la realidad virtual, si hacemos la prueba de rendimiento con el software de Steam, nos marcará que es un equipo Apto para la Realidad Virtual, apareciéndonos la gráfica de AMD como el elemento que estaría dificultando el rendimiento del equipo.
Sin embargo, probando diferentes experiencias de VR como The Forest o algunas otras que hemos podido encontrar en HTC Viveport, el servicio de suscripción de las HTC, lo cierto es que nuestra experiencia ha sido en todos los casos fluida, sin encontrarnos ningún tipo de problema a la hora de disfrutar de la realidad virtual sin fallos, defectos o ralentizaciones.
El silencio de los corderos
Algo que nos ha llamado poderosamente la atención del Hades Canyon, además de su tamaño en miniatura, es el poco ruido que hace el sistema incluso en situaciones de gran estrés como cuando estamos disfrutando de videojuegos como durante nuestros test de rendimiento.
Evidentemente, notamos un ruido mayor que cuando el equipo está en reposo, distinguiendo como se va activando el sistema de refrigeración pero, desde luego, el ruido que emite es mucho menor que el de la mayoría de los portátiles válidos para jugar o que el de las consolas más potentes del mercado.
La conectividad al poder
Antes de ir cerrando esta crítica, tenemos que destacar otro de los pilares de este Hades Canyon que no es otro que su gran conectividad, contando con conexiones de todo tipo que harán de este equipo sea ideal tanto para poder conectar todo tipo de periféricos de realidad virtual como para trabajar con un montón de dispositivos.
En la parte delantera nos encontramos con un lector de tarjetas SD, un puerto USB 3.1 y otro 3.0 ideal para carga, un HDMI 2.0b delantero, un USB C Gen 2, conexión minijack para nuestros cascos y un micrófono.
Por detrás tenemos un puerto minijack de entrada/salida, dos puertos Thunderbolt 3, dos puertos mini DisplayPort 1.3, dos Gigabit RJ45, 4 USB 3.0 y un nuevo HDMI 2.0 b que, como el anterior, es compatible con resolución 4K, 60Hz y HDR.
Una pequeña bestia cercana al equipo de salón del futuro
Desde luego, estamos muy contentos con el comportamiento del Hades Canyon de Intel. Estamos ante un barebone que se acerca mucho al PC que creemos que estará muy presente en el futuro, un equipo de salón con un tamaño muy reducido que podemos transportar con suma facilidad y que, a su vez, tiene potencia de sobras para realizar todo tipo de actividades, desde jugar a trabajar con programas de edición de vídeo o sonido.
Evidentemente, el rendimiento es menor que el de un equipo de sobremesa, pero viendo sus características, su conectividad y que puede mover casi todos los juegos a 60 fps y a 1080p, aunque sea en configuraciones medias/bajas, lo cierto es que nuestra satisfacción es óptima, sobre todo en su uso en realidad virtual.
Además, no queremos dejar de destacar el nulo impacto sonoro que tiene el equipo ante situaciones de estrés, algo que nos ha sorprendido de forma muy positiva, sobre todo si tenemos en cuenta el ruido que suelen hacer las consolas u otros aparatos del estilo.
*Hemos realizado este análisis gracias a una cesión de Intel