Star Wars: Ahsoka es la serie de Star Wars que muchos habíamos esperado pacientemente. La ficción, que llega en exclusiva a Disney+ el 23 de agosto, continúa y expande el universo galáctico surgido de la imaginación de George Lucas, sirviendo de anexo a algunas de las tramas e historias previas vistas en The Mandalorian, pero sirviendo, por encima de todo, como una historia independiente que continúa lo que se narró en la excelente serie de animación Star Wars: Rebels, una de las más queridas por los aficionados, afianzándose en la togruta Ahsoka, la Jedi que decidió apartarse del camino ortodoxo de la Fuerza para cumplir su propio destino. En Vandal hemos visto los primeros episodios y os contamos qué nos ha parecido en una crítica sin spoilers.
Star Wars: Ahsoka es la serie galáctica que mejor entiende la creación de George Lucas y hay un motivo: Dave Filoni
Ya lo aventurábamos hace unas semanas: Ahsoka tenía las visas y las credenciales para ser la serie definitiva de Star Wars y el gran salto narrativo que necesita la ficción en Disney+ en su conjunto. Y parece, a tenor de estos primeros compases, que lo será. Ambientada después de la caída del Imperio, la miniserie nos narra la historia de Ahsoka Tano, interpretada por Rosario Dawson, una antigua Jedi apartada de los caminos de la Fuerza tras la caída en desgracia de su mentor y una serie de desgraciados eventos que marcaron lo profundo de su ser. En un escenario muy convulso, localizado años después tras los eventos de El retorno del Jedi, Ahsoka decide investigar una amenaza emergente que se cierne sobre una galaxia vulnerable y en reconstrucción.
El inicio del primer episodio es, con el permiso de Star Wars: Visions y su antología de relatos, la mayor declaración de intenciones galáctica que hemos visto en años. Con un simple fondo en negro plagado de estrellas, y con unos títulos de crédito en rojo sangre -como si se tratase de una película del maestro japonés Akira Kurosawa-, la serie se nos presenta como un relato clásico, bebiendo de las mismas inspiraciones asiáticas que cautivaron a George Lucas. No duda en presentar al espectador -que puede estar un tanto atiborrado y cansado de Star Wars luego de tantas producciones y series derivadas- sus fundamentos narrativos con convicción, sin florituras, algo que agradecemos de forma sincera. La serie no necesita estar constantemente haciéndonos creer que están sucediendo cosas en primer o segundo plano: las muestra sin aderezos. Lo mismo pasamos de una conspiración imperial en los astilleros de Corellia a las celebraciones del fiel y noble pueblo de Lothal, que recuerda con orgullo cómo fue librarse de la tiranía de Thrawn y los suyos. Todo encaja y funciona.
Filoni se marca un primer episodio maduro y directo -el conducido por Steph Green no es tan brillante-, transportándonos de nuevo a esta amalgama creativa que es la galaxia de Star Wars, en la que un montón de manos y mentes han cincelado grandes historias fuera de las películas, conformando un universo mayor y, a veces, intangible. El creativo detrás de Clone Wars o Rebels transmite, en apenas unos minutos, una sensación de aventura honesta y sincera, parcialmente misteriosa y telúrica -como la propia Fuerza-, que jamás habíamos experimentado en otras series de Disney+. Sí, tanto Filoni como Jon Favreau habían conseguido apelar a lo sencillo del espíritu galáctico con ese serial inspirado por Flash Gordon y liderado por Pedro Pascal que es The Mandalorian, pero aquí se indaga en las raíces asiáticas del entretenimiento, ofreciéndonos unos adustos combates de sables láser, similares a los duelos entre samuráis que tanto se han usado para establecer analogías entre los caballeros Jedi y malvados Sith que pueblan estas fábulas modernas.
Al contrario que en The Mandalorian y su tercera temporada -que acertaba, en nuestra opinión, cuando más se esperaba de las aventuras de Mando y Grogu-, Ahsoka se hace más grande e interesante conforme más concisa y apegada a su sencilla historia está. Hablamos de todo un recorrido por las aventuras y misiones del pasado de estos personajes, pues Rosario Dawson no está sola en su atribulada misión en la búsqueda de Ezra Bridger -Eman Esfandi- tras la trágica batalla de Lothal. Además de Dawson en el papel protagonista, la serie de Disney+ cuenta en su reparto con Natasha Liu Bordizzo como Sabine Wren y Mary Elizabeth Winstead como Hera Syndulla, dos personajes clave en Star Wars: Rebels, y que aquí cobran vida con actrices de carne y hueso. Y qué decir. Es difícil no emocionarse con sus primeras apariciones, sobre todo cuando han sido parte activa en algunos de los eventos fundamentales de la galaxia y fundamentales en la cada vez más grande cronología de esta inabarcable saga. Los recuerdos atados a ellas son enormes, forjados a fuego en el imaginario colectivo de los seguidores de Star Wars.
Mary Elizabeth Winstead es una gran actriz, fuera de toda duda, pero debemos rendirnos a Natasha Liu Bordizzo, que parece haber captado el carácter irreverente -e irredento- de la joven Wren, nueva pupila de Ahsoka y que intenta buscar su propio camino en una galaxia completamente nueva. Digno de mención es, en lo relativo a lo anteriormente citado, el el inteligente juego de dinámicas con respecto al carácter de Ahsoka y su nueva padawan. Se suele decir que los hijos heredan parte de los pecados de sus padres, y aquí tenemos una interesante traslación entre la manera y forma de actuar de Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker en la togruta y la joven de coloridos cabellos. También nos ha encantado Ray Stevenson como Baylan Skoll, un villano con tablas y enjundia, aterrador y creíble a partes iguales. Stevenson falleció hace unos meses, una pérdida enorme para sus familiares y amigos, que ahora podrán rendirle un sentido homenaje y tributo al formar parte de algo tan eterno como Star Wars. Su legado estará siempre presente entre las estrellas.
Acompañando a Skoll tenemos a Ivanna Sakhno como Shin Hati o Diana Lee Inosanto como Morgan Elsbeth, ambas muy carismáticas y terribles como antagonistas -la segunda ya lo demostró en la segunda temporada de The Mandalorian-. Pero sí, el plato principal de este menú de malvados no es otro que el Gran Almirante Thrawn encarnado por Lars Mikklensen y el cual será fundamental en los eventos narrativos que preparan en Lucasfilm. De Thrawn, personaje que los fans de Star Wars conocemos muy bien, podemos esperar mucho. Y no será el único gran invitado.
Escrita por Dave Filoni, que ejerce de productor ejecutivo junto a Jon Favreau, Kathleen Kennedy, Colin Wilson y Carrie Beck, Star Wars: Ahsoka es una de las mejores series de Star Wars jamás filmadas -rivalizando de cerca con la excelente y perfecta Star Wars: Andor, toda una rara avis-. Rosario Dawson está brillante, algo que ya sabíamos de buena tinta, el casting nos ha parecido de lo más acertado y la historia se desvela como interesante, completa y acorde a lo que hemos visto en otras producciones anteriores-. Una muestra fehaciente de que la saga está en buenas manos y que, con el sentido correcto, los personajes necesarios y una buena historia, se pueden conseguir grandes resultados.
Tras varios tropiezos, la ficción galáctica necesita encontrar su camino, recolectando con el público y los aficionados más intransigentes. Si The Mandalorian nos ha enseñado que el rumbo puede perderse aún teniendo claro el camino a seguir, Ahsoka nos demuestra que no hay un único camino y que el destino puede albergar suculentas recompensas. Al igual que la incansable togruta, que nunca se dio por vencida en la ficción en su infructuosa búsqueda de Ezra, Ahsoka es la demostración del arrojo sincero y humilde de Filoni y de la apuesta por un personaje que, criticado en su día, ahora guarda un lugar predominante en nuestros corazones.
Star Wars: Ahsoka se estrenará el próximo 23 de agosto en Disney+ con un episodio doble. Hemos visto los capítulos en adelanto gracias a la cortesía de Disney España y la agencia Way To Blue.
