La evolución de la saga Call of Duty, el shooter multijugador que cambió la industria

Call of Duty lleva activo desde 2003 y ha brindado obras tan importantes como Modern Warfare 2, Advanced Warfare o Warzone. Repasamos aquí cómo ha evolucionado el first person shooter.
La evolución de la saga Call of Duty, el shooter multijugador que cambió la industria
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Call of Duty es uno de los pilares fundamentales del first person shooter. Sin la evolución de la saga de Activision el género, sobre todo en su apartado multijugador, no sería tal y como lo conocemos. Las tres primeras entregas de la saga, publicadas entre 2003 y 2006 (enmarcando varios títulos como United Offensive, Finest Hour o Big Red One) compitieron cara a cara con Medal of Honor y Battlefield. Cada una de las franquicias ha apostado siempre por un estilo en concreto. En el caso de Medal of Honor, por ejemplo, tenemos los modos historia como eje central, basados sobre todo en escaramuzas con tintes de thriller que bien podrían entenderse como extensiones de proyectos como El puente sobre el río Kwai (1967, David Lean). Battlefield, por su parte, siempre ha apostado por un realismo que pocas veces hemos encontrado en otros FPS. Sumergir a los jugadores en entornos bélicos ultrarrealistas siempre ha sido una de las prioridades de la saga.

Call of Duty, no obstante, supo coger un poco de aquí y un poco de allá, meterlo en un cóctel y sacar una fórmula arcade que aun sigue explotándose. No fue hasta la llegada de Call of Duty 4: Modern Warfare cuando realmente la franquicia dio un giro de tuerca al mercado. Con un multijugador dinámico, muy básico y basado en el frenetismo arcade, tanto Activision como Infinity Ward dieron a luz una gallina de huevos de oro que sería imitada hasta la saciedad por otras compañías, incluyendo a la competencia mencionada. Medal of Honor no pudo seguir ese ritmo de publicación y tampoco supo despegarse de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la saga, por desgracia, terminó cayendo en el olvido. Battlefield, en cambio, sí consiguió buenos resultados posteriormente con entregas como Bad Company y su secuela, Battlefield 3 o Battlefield 4. No obstante, tampoco ha conseguido mantenerse en lo más alto (Battlefield 2042 es un ejemplo de ello).

Call of Duty 4: Modern Warfare (2007), contigo empezó todo

Call of Duty 4: Modern Warfare marcó las bases sobre las que se regiría la saga: mapas de tres carriles (en su mayoría) de fácil comprensión y pensados para que los jugadores pudieran idear tácticas de cara a los modos con objetivos. Progresión de jugador ligada a las armas y unas rachas de bajas simples (UAV, Ataque aéreo y Helicóptero) que recompensaban a los que estaban arrasando en las partidas. Un gunplay limpio, sin temblores, sin retrocesos abusivos, sin peso del arma. Un gunplay que al que cualquiera puede sumarse sin necesidad de dedicar excesivas horas de juego. Y unos desafíos que picaban a los jugadores para sacar camuflajes para sus armas preferidas.

Call of Duty 4
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La que en su día abrió la trilogía de Modern Warfare (que ahora se prepara para un reboot) fue la piedra angular de la saga en muchos aspectos, pero dos años después, sería Call of Duty: Modern Warfare 2 quien de verdad cambiaría las reglas: más rachas, toneladas de accesorios para las armas, mapas más grandes, control de vehículos aéreos, etc. En este artículo repasaremos cómo ha ido creciendo la saga a través de sus diferentes entregas hasta Modern Warfare 2, la secuela del reboot de 2019. Eso sí, lo haremos por bloques y contemplando solamente las modificaciones más relevantes y que ayudaron a que Call of Duty se convierta en lo que conocemos a día de hoy.

World at War (2008), Treyarch coge el testigo

Ya hemos hablado bastante de la entrega original de Modern Warfare y todo lo que introdujo, pero acto seguido, en 2008, fue Call of Duty: World at War quien recogió el testigo de Infinity Ward para intentar ampliar un poco más esa base, con esos zombis como principal estandarte. Volvemos de nuevo a la Segunda Guerra Mundial y los escenarios se amplían. Ahora los mapas son más grandes y se añade la opción de poder utilizar tanques para desplazarnos. Aunque a grandes rasgos es la misma fórmula, el juego de Treyarch no caló del mismo modo que lo hizo el protagonizado por la Task Force 141.

El periodo histórico en el que se situaba estaba ya muy quemado y al ser un juego tan similar al anterior en lo que respecta a jugabilidad, los que usuarios que querían guerra moderna simplemente marchaban al anterior título abandonando World at War a su suerte. Aun así, el juego de Treyarch empezó a introducir ya los vídeos en YouTube de forma un tan amateur, con cámaras apuntando al televisor en vez de usar capturadoras de vídeo. Probablemente, el jugador más emblemático que representa esta evolución es el mítico CodeMajic.

Modern Warfare 2

Modern Warfare 2 (2009), el juego que lo cambiaría todo

Después de dos años con la misma fórmula, Infinity Ward quería hacer crecer su multijugador. Llevarlo hasta puntos que jamás nos habríamos imaginado. Y entonces llegó Call of Duty: Modern Warfare 2, el juego que de verdad marcaría a fuego el devenir de la saga. Las rachas de bajas se ampliaban y ahora se podían escoger según las características de cada jugador. Las armas eran extremadamente personalizables, con toneladas de accesorios. El arsenal era variadísimo (y muy roto) y las ventajas también cambiaban, puesto que ahora había que jugar con ellas si se quería desbloquear su verdadero potencial. Si no fuera por Modern Warfare 2, la saga sería muy diferente, puesto que no se habría vuelto tan excesiva en todos sus puntos. Hasta la campaña se convirtió en una especie de película filmada por Michael Bay.

Black Ops (2010): el adiós a la Fuerza Vulnerante y la llegada del competitivo con Modern Warfare 3 (2011)

Black Ops continúo con el legado de Modern Warfare 2 siendo igual de excesivo, y todavía aumentó más ese eslabón: retículas para las armas, creación de logos, gadgets completamente nuevos, rachas que jamás habíamos visto antes y, por supuesto, la introducción de Nuketown como mapa eterno de Call of Duty. Pero de entre todas estas cosas, Treyarch incorporó un cambio muy importante: la eliminación de la Fuerza Vulnerante. Hasta la fecha, esta habilidad era imprescindible para poder jugar partidas multijugador con normal, puesto que era la que otorgaba daño a nuestras armas. Si no se llevaba, era complicado ganar enfrentamientos cara a cara.

Sin esa habilidad, los jugadores empezaron a hacer uso de otras ventajas y la variedad dentro de Call of Duty aumentó. Ahora había muchas más posibilidades para afrontar las partidas con unas personalización que parecía no tener límites. Pero de cara al competitivo, por ejemplo, afectó bastante para la creación de clases.

De nuevo, pasamos a una entrega de Modern Warfare, a la tercera pieza de la trilogía: Call of Duty: Modern Warfare 3. Aquí, ahora ya sí, nació la creación de contenido de Call of Duty como tal en nuestro país y el competitivo pegó un boom impresionante. En términos de jugabilidad, grosso modo hablamos de unas características muy similares a las del primer Black Ops, con la adición de pequeñas novedades como las rachas de apoyo o el modo de Baja confirmada, además de la repesca de la bomba nuclear de Modern Warfare 2 bajo el nombre de M.O.A.B. Esta tercera entrega destacó sobre todo por ese salto al mundo de los esports, lo que generó que Call of Duty se convirtiera en un juego todavía más popular gracias al crecimiento en YouTube. El terreno estaba bien preparado para uno de los mejores CoD de la historia: Call of Duty: Black Ops 2.

Black Ops 2 (2012) y Ghosts (2013): Auge y caída

Black Ops 2

De nuevo con Treyarch al mando, Call of Duty: Black Ops 2 añadió una serie de novedades que calaron muy bien entre los jugadores: el modo de juego de Punto Caliente, el modo liga, el sistema Trophy, unas rachas con funcionamiento por puntos que creó mucha polémica y un competitivo impecable. La saga estaba en su mejor momento. Black Ops 2 mejoró la movilidad y la jugabilidad un poquito más, puliendo el gunplay para que se mantuviera fresco. Pero lo bueno se acaba muy pronto, porque Call of Duty: Ghosts llegó para empantanarlo todo.

Aun sin ser un mal juego, porque con los años no ha envejecido mal, la movilidad del título fue un paso hacia atrás, igual que las rachas y el desarrollo de los mapas, uno de los peores males de Call of Duty. La personalización tampoco tenía el mismo resultado y en líneas generales daba la impresión que era un juego hecho, por decirlo mal y pronto, para los usuarios más camperos. Para aquellos que optan por un juego más pausado. Las partidas eran interminables y apenas había frenetismo. Fue entonces cuando Sledgehammer Games llegó para dar un fuerte golpe sobre la mesa...

Call of Duty en su etapa "voladora": Advanced Warfare (2014), Black Ops 3 (2015) e Infinite Warfare (2016)

Entramos en una etapa complicada. Para muchos la mejor de Call of Duty, para otros la peor. Los jetpacks llegaron para quedarse una larga temporada. Se acabó de aquello de correr con los pies en el suelo, ahora tocaba dar saltos hasta por las paredes, al estilo de Titanfall. Call of Duty: Advanced Warfare fue el primero en dar este salto, y su jetpack era una verdadera monstruosidad. La jugabilidad pasó de estática a ser una tremenda locura, y más en este título concreto donde había dash, doble salto y un gunplay que a veces era difícil controlar. El exoesqueleto podría volver a la saga en algún momento, puesto que se rumorea que Sledgehammer Games estaría desarrollando ahora mismo Call of Duty: Advanced Warfare 2.

Advanced Warfare

Call of Duty: Black Ops III, por su parte, siguió los pasos de Advanced Warfare pero relajó un poco las cosas. La mochila funcionaba con estamina, por lo que los saltos ya no eran tan pronunciados y las cosas se tranquilizaron bastante. La cosa parecía haberse estabilizado con la comunidad ya más o menos adecuada a este tipo de shooters, pero Call of Duty: Infinite Warfare volvió a suponer un traspié para la saga. Tanto, que hasta Activision optó por lanzar Call of Duty: Modern Warfare Remastered, solo para que los jugadores tuvieran un título de boots on the ground para calmar un poco las críticas.

La era oscura de Call of Duty. ¿Cayó la saga en el olvido?

Llegados ya a este punto, la saga estaba en una situación comprometida. Se optó por volver a la Segunda Guerra Mundial con Call of Duty: WWII, pero la cosa no mejoró demasiado. Seguidamente llegó Call of Duty: Black Ops IIII sin campaña y con el primer battle royale para consolas de sobremesa: Blackout. Sin tener el impacto de Call of Duty: Warzone, el juego no estaba nada mal, pero la atención de los usuarios estaba centrada en el multijugador, uno muy cambiado en el que había que usar estimulantes para curar la salud. Un punto novedoso, cierto, pero insuficiente. Ni los nuevos operadores y los DLC eran suficientes para que el público recuperase el interés por la saga.

Aunque Black Ops 4 no fue uno de los peores juegos de la saga, sí es cierto que tampoco ayudó a que esta volviera a ser lo de antes. Call of Duty estaba en sus peores horas, con una comunidad aburrida de una fórmula que no remontaba el vuelo y unos mapas que no terminaban de satisfacer las necesidades arcade de los usuarios. Los números seguían siendo buenos, claro, hablamos de CoD, pero algo no funcionaba. Y fue entonces, cuando ocurrió el milagro: el reboot de Modern Warfare.

Modern Warfare (2019) y Warzone (2020) han resucitado a la saga

El reboot de Modern Warfare vino con muchos problemas bajo el brazo. El multijugador no terminaba de convencer a los usuarios a pesar de que la jugabilidad era muy buena, a caballo entre Battlefield y ese toque arcade que tanto caracterizó los primeros compases de Call of Duty. Pero lo que de verdad hizo que la saga renaciera fue el complemento que trajo consigo: Warzone. El battle royale free-to-play que actualmente es lo que mueve la saga desde hace años. El género estaba en ese momento muy explotado con Fortnite y Apex Legends dominando el terreno. No obstante, Activision supo darle un valor propio a su juego, con sus sistema de clase, los contratos y la posibilidad de resucitar en una partida de battle royale.

Tanto Call of Duty: Black Ops Cold War como Call of Duty: Vanguard se han visto ensombrecidos por este free-to-play. Los lanzamientos de estos nuevos Call of Duty únicamente importaban a la comunidad porque estaban ligados a ese juego gratuito con millones de jugadores activos. Warzone ha sido verdaderamente la pieza que ha cambiado las tornas y ha hecho que CoD se posicione de nuevo como uno de los juegos referentes y de cabecera. Con Modern Warfare 2 y con la llegada de Warzone 2.0, se espera que el battle royale obtenga un soplo de aire fresco que le permita mantenerse fresco de cara al futuro. Activision tiene planes a largo plazo para Call of Duty y su vía free-to-play (por lo menos 2024 por lo que sabemos hasta la fecha), por lo que la secuela de Warzone debería salir mejor que bien.

Xavi Mogrovejo
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