Blizzard: El fin de una era... ¿el inicio de una nueva?

Tras la salida de Jeff Kaplan repasamos los últimos años de vida de una de las compañías más importantes de la historia: salidas, errores, despidos masivos, fracasos y nuevos proyectos ilusionantes
Blizzard: El fin de una era... ¿el inicio de una nueva?
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Ayer la industria del videojuego se sacudía con el anuncio de que Jeff Kaplan, uno de los últimos grandes miembros de Blizzard, abandonaba el estudio después de 19 años en los que ha participado en buena parte de los mayores éxitos de la compañía.

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Tras su salida repasamos los últimos y convulsos años de la desarrolladora estadounidense sacudidos por una gran reestructuración que ha terminado con la salida de algunos de sus miembros más importantes, cientos de despidos, errores, proyectos fracasados como Warcraft III Reforged y también un halo de esperanza en forma de nuevas contrataciones y proyectos ilusionantes como Diablo 4.

Jeff Kaplan durante un evento de Overwatch

El fin de una era

Está claro que en Blizzard se ha cerrado una etapa. Durante los últimos años hemos visto cómo algunas de las figuras más importantes del estudio se han ido marchando siendo el último en anunciar su salida Jeff Kaplan, una de las personas más queridas por la comunidad que en sus casi dos décadas en Blizzard ha aportado su granito de arena en obras históricas en el mundo de los videojuegos como Warcraft III, World of Warcraft o más recientemente Overwatch.

La marcha de Jeff sin embargo ha estado acompañada de otras salidas previas de vital importancia como la de Mike Morhaime, fundador y expresidente de la compañía que a finales del 2018 dejaba todos sus cargos dando un paso a un lado para quedarse como consultor estratégico, rol en el que duró muy poco ya que en enero del 2019 anunciaba su salida definitiva para emprender una nueva aventura de la que os hablaremos más adelante.

Mike Morhaime, fundador de Blizzard

A estos nombres importantes también podemos sumar otros muchos como otro de los fundadores, Frank Pearce, que se fue en 2019, el guionista Michael Chu que decidió abandonar la compañía el año pasado tras 20 años en el estudio, el director de Warcraft 3 y StarCraft 2, Chris Sigaty, Dustin Browder y Ben Thompson que participaron en Hearthstone, Starcraft 2 o Heroes of Storm, Tim Campbell, Tim Morten y otros nombres menos conocidos pero igual de valiosos para la compañía que se han visto afectados por cientos de despidos que forman parte de reestructuraciones de la empresa, con oficinas enteras como la de Francia echando el cierre, así como varios departamentos del estudio en España mientras que el director ejecutivo de Activision Blizzard, Bobby Kotick, se embolsa 200 millones de dólares por los resultados récord de ambas compañías durante los últimos años y la subida del precio de las acciones.

Pifias y fracasos como Warcraft III: Reforged

Junto a esta cascada de despidos también hay que sumar fallos, errores de comunicación y pifias como el lanzamiento de Warcraft III: Reforged, todo un desastre que dañó la credibilidad del estudio para futuros lanzamientos con promesas incumplidas (como los cambios en la historia que se quedaron por el camino), errores técnicos y decisiones que afectaron incluso a los poseedores del Warcraft III original como la eliminación de las Ladder.

Este ha sido quizás el fallo de bulto más acusado de Blizzard durante los últimos años, aunque la compañía también se ha visto envuelta en otras polémicas como el escándalo con Chung "Blitzchung" Ng Wai, un jugador profesional de Hearthstone que fue sancionado duramente por Blizzard por pedir libertad para Hong Kong y apoyar la revolución en la región aprovechando el directo de un torneo. La dura sanción de la compañía estadounidense provoco incluso manifestaciones en la Blizzcon 2019 y finalmente Blizzard admitió que había sobrerreaccionado ante este caso y el propio director de la compañía, J. Allen Brack, asumió que fue un " incidente humillante para Blizzard, realmente en todos los ámbitos, si piensas en cómo esto realmente se ha apoderado y ha cobrado vida propia. Creo que hay mucho trabajo que queremos seguir haciendo, como pensar en cómo evitar que algo así vuelva a suceder. Ha sido, creo, una pesadilla para todos los involucrados".

Más allá de escándalos el estudio ubicado en Irvine también ha tenido otros patinazos como el lanzamiento de Heroes of the Storm, un MOBA muy particular con mecánicas diferentes y bastante atractivas que llegaba tarde, demasiado tarde a un género en el que ya no había hueco para nadie más y que acabó con el abandono casi total por parte de Blizzard que actualmente simplemente mantiene el juego con algunos parches para arreglar pequeños bugs o realizar pequeños ajustes.

Heroes of the Storm

Otro error de la compañía ante nuestros ojos ha sido un fallo de comunicación a la hora de anunciar Diablo Immortal, su nuevo juego para móviles que se presentó en la Blizzcon 2018 y que generó un aluvión de críticas de los aficionados que esperaban como agua de mayo el posterior anuncio de Diablo 4. Con perspectiva, realizar este anuncio antes del de la nueva entrega de la saga para PC para que en estos momentos Immortal siga sin estar disponible en móviles fue otro fallo de los que ha cometido la compañía durante los últimos años.

Por último también queremos remarcar la caída de los esports en Blizzard. De ser un referente con las competiciones de Starcraft, Warcraft o World of Warcraft a ocupar un peldaño secundario en el sector de los deportes electrónicos. Su último gran proyecto, la Overwatch League, empezó con fuerza pero se ha diluido como un azucarillo en un café y en 2020, año de pandemia en el que todas las retransmisiones cobraban especial interés, las audiencias de las finales cayeron casi un 61 % con respecto a 2019 dando un duro golpe a este gigantesco proyecto.

Estadio de la Overwatch League

Que la Luz me de fuerzas

Hasta ahora hemos visto algunos de los fallos, errores y de las salidas que han dejado a Blizzard en una situación rara, extraña, en el que el futuro de la compañía tal y como la conocemos parece incierto y que hace que muchos de los amantes de los fantásticos mundos que nos ha otorgado esta desarrolladora teman por una caída a los abismos a medio o largo plazo.

Sin embargo la Luz nunca abandona a sus aliados y en Blizzard también hay rayos de esperanza, proyectos ilusionantes, nuevas incorporaciones de renombre y, en definitiva, motivos por los que pensar que aún puede recuperarse de los golpes que ha sufrido durante los últimos años.

Uno de los bastiones de la compañía ha sido, es y será World of Warcraft. Su última expansión, Shadowlands, es muy interesante, contando con buenas ideas, muchos aciertos y añadidos que han sido recibidos con entusiasmo por los millones del jugadores del MMO que ha conseguido que su última expansión sea el juego más rápidamente vendido en PC de la historia.

Además WOW: Classic, la vuelta a las raíces de World of Warcraft, también resultó ser todo un éxito con un buen modelo de negocio (pagando la suscripción mensual tienes acceso tanto a Classic como a la edición actual) que ha reenganchado a muchísimos jugadores y que ha llevado a Blizzard a dar el paso de ofrecer también un Burning Crusade Classic durante este año.

Otra de las sagas pilares en Blizzard es Diablo y por lo que hemos podido ver y jugar de Diablo 4 así como la información continua y periódica que Blizzard nos ofrece sobre el proyecto también nos hace estar, al menos por ahora, esperanzados con esta entrega que puede volver a llevar la saga allí donde se merece estar. Si hablamos de Immortal, la entrega para móviles, lo que probamos nos gustó bastante aunque el juego parece estar tardando más de lo esperado en hacer su debut en iOS y Android. Por último dentro de la saga, Diablo 2: Resurrected parece aprender de los errores de Warcraft III: Reforged y aunque hasta su lanzamiento vamos a tener dudas por ese patinazo, lo cierto es que lo que se ha visto del juego gracias a los streamings de su alfa tiene muy buena pinta.

Con Overwatch 2, sin embargo, tenemos más dudas, sobre todo tras la salida de Kaplan. El modelo de negocio es, cuanto menos, curioso y su desarrollo parece avanzar con lentitud debido a que han rediseñado el modo historia que no les acababa de convencer y quieren ofrecer una mejor experiencia a todos los amantes de esta nueva IP. Por su parte en Heartshtone las actualizaciones siguen siendo regulares para mantener viva a la comunidad, con expansiones más acertadas y otras que no lo son tanto pero que en líneas generales siguen manteniendo atractivo y divertido un juego que resucitó los títulos de cartas.

Además Blizzard no solo piensa en videojuegos y también quieren seguir expandiendo sus sagas a otras formas de ocio y sin ir más lejos tanto Overwatch como Diablo tienen en marcha sendas series de animación para llevar ambos universos en la pequeña pantalla.

En cuanto a las incorporaciones, Blizzard también se ha rodeado de talento para suplir las grandes salidas haciendo fichajes de renombre como el de Mike Ybarra, exvicepresidente de Xbox que fichó para ser vicepresidente ejecutivo y director general de Blizzard Entertainment o la llegada de un peso pesado como Rod Fergusson, jefe del estudio de Gears of Wars que se está encargando de supervisar la saga Diablo.

Mike Ybarra

El futuro de Blizzard... fuera de Blizzard

Por último, los aficionados más veteranos de Blizzard también pueden encontrar cobijo en otros estudios que se han ido formando tras la salida de algunos de los máximos ya exresponsables de la compañía. Probablemente el proyecto más ilusionante sea Dreamhaven, una nueva compañía fundada por Mike Morhaime (exfundador de Blizzard) que se ha rodeado de otros muchos exempleados que han salido de la creadora de Warcraft o Starcraft para crear dos estudios dentro de esta compañía: Moonshot Games en el que parece que se van a crear todo tipo de juegos con todo tipo de ideas curiosas destinadas a innovar, y Secret Door que parece que se centrará en juegos de rol.

Otro estudio que ha surgido tras las salidas de varios desarrolladores de Blizzard es Frost Giant que tiene como objetivo llevar los juegos de estrategia un paso más allá contando con desarrolladores que han participado en obras como Warcraft 3: The Frozen Throne o StarCraft 2: Legacy of the Void.

Vosotros... ¿cómo creéis que será el futuro de Blizzard durante los próximos años?

Saúl González
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