Netflix puso fin este jueves a una de las batallas empresariales más intensas que ha vivido Hollywood en los últimos años al cerrar un acuerdo histórico para comprar Warner Bros. Discovery por 72.000 millones de dólares, una cifra que asciende a casi 83.000 millones si se tiene en cuenta el valor empresarial total de la operación. El movimiento incluye la absorción de HBO Max, junto al emblemático estudio cinematográfico y televisivo que ha definido la cultura audiovisual contemporánea durante un siglo.
Netflix culmina la compra de Warner Bros por 72.000 millones y levanta un nuevo titán en Hollywood
La oferta de Netflix -que supone pagar 27,75 dólares por acción, casi un 18% por encima del cierre bursátil del día anterior- se impuso finalmente a las candidaturas rivales de Paramount Skydance y Comcast, que también aspiraban a hacerse con el catálogo y la infraestructura de Warner en un momento en el que el sector del streaming busca consolidarse para sobrevivir.
El acuerdo llega tras meses de incertidumbre dentro de Warner Bros. Discovery, una compañía lastrada por una deuda elevada desde la fusión entre WarnerMedia y Discovery, y que llevaba tiempo barajando la venta de activos para aliviar su situación financiera. En paralelo, la industria tradicional de la televisión por cable continúa en caída libre, obligando a los grandes conglomerados a reestructurar sus negocios para competir en un mercado dominado por plataformas globales.
Para Netflix, la operación marca un antes y un después. Pasa de ser “solo” el primer gran gigante del streaming a convertirse en una potencia que controla algunos de los catálogos más influyentes de la historia: desde Casablanca, El Mago de Oz o Ciudadano Kane, hasta fenómenos recientes como Juego de Tronos, The Sopranos, el universo DC y El Señor de los Anillos, Harry Potter o los clásicos animados de Hanna-Barbera. Una biblioteca que cambiará por completo la oferta de la plataforma y su peso cultural.
Los responsables de la compañía lo resumieron con un mensaje directo: esta unión “mejorará la oferta y acelerará el negocio durante las próximas décadas”. Y no es una exageración: Netflix no solo suma contenido de enorme valor, sino que gana una estructura de producción, distribución y derechos que hasta ahora no tenía.
El acuerdo aún debe superar el escrutinio de los reguladores, que ya anticipan un debate intenso por la concentración sin precedentes que supone en el mercado audiovisual mundial. Pero si finalmente se aprueba, el mapa del entretenimiento quedará reconfigurado para siempre.















