Un equipo de arqueólogos del estado de Iowa, en Estados Unidos, ha logrado lo impensable: rescatar del olvido los restos de una criatura que caminó sobre la Tierra hace más de trece milenios. Y no, no hablamos de una resurrección genética. La Oficina del Arqueólogo Estatal, dependiente de la Universidad de Iowa, ha anunciado el hallazgo de un cráneo de mastodonte datado en aproximadamente 13.600 años de antigüedad. El descubrimiento, compartido a través de una publicación en redes sociales, ha despertado el asombro de la comunidad científica y del público general por igual.
El despertar de un coloso: descubren en Iowa un cráneo de mastodonte de hace 13.600 años
Mientras se sigue desenterrando el pasado para resucitar animales extintos, esta excavación, que se prolongó durante doce intensas jornadas, permitió recuperar varios fragmentos óseos del animal. Sin embargo, fue el cráneo —hallado en la orilla de un arroyo erosionado del condado de Wayne— el que marcó un antes y un después. Se trata del primer ejemplar completo de su tipo recuperado en esta región. Dan Clark, uno de los arqueólogos que participaron en la misión, no ocultó su emoción en los comentarios de la publicación oficial: “Jamás imaginé, ni en un millón de años, que tendría la fortuna de excavar algo así”.
Las pruebas de datación por radiocarbono confirmaron la antigüedad del fósil, situándolo en el Pleistoceno tardío, un periodo en el que enormes mamíferos dominaban el continente. Aún está por determinar si estos restos presentan alguna señal de interacción humana, una posibilidad que el arqueólogo estatal John Doershuk no descarta y que podría abrir nuevas líneas de investigación sobre la coexistencia entre humanos y megafauna en América del Norte.
El mastodonte hallado en Iowa pertenece a una de las especies más emblemáticas de la megafauna americana: parientes lejanos de los elefantes actuales y primos de los mamuts, estos gigantes herbívoros poblaron el planeta durante más de veinte millones de años, hasta su extinción hace unos 10.500 años. Aunque su apariencia recordaba a la de los elefantes modernos, los mastodontes eran más robustos, con colmillos curvados hacia arriba y adaptados a un entorno boscoso y frío. Podían alcanzar casi tres metros de altura en el hombro, y sus fósiles se han encontrado desde Alaska hasta el sur de México.
Este no es el único hallazgo reciente relacionado con esta especie: en junio del año pasado, un buzo localizó un colmillo de mastodonte en las aguas del golfo de Florida, lo que demuestra que estos animales dominaron una vasta franja del continente antes de desaparecer.
El descubrimiento en Iowa ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación del Condado de Wayne y a las donaciones realizadas al Museo Prairie Trails de Corydon, entidad que también liderará el proceso de conservación de los restos. Una vez restaurado y analizado, el cráneo del mastodonte pasará a formar parte de una nueva exposición permanente que aspira a conectar a los visitantes con una era perdida, donde criaturas titánicas aún pisaban la tierra americana.