La crónica de una muerte televisiva anunciada. Aunque la filtración llevaba días en el aire, TVE hizo oficial este lunes lo que ya parecía inevitable: La familia de la tele llega a su final este miércoles 18 de junio, apenas un mes y medio después de su accidentado estreno. María Patiño, Aitor Albizua, Inés Hernand, Belén Esteban y el resto del elenco se despidieron en antena con emoción, autocrítica y más de una frase para enmarcar.
“Aquí no hay guerra. Hay muerte”: María Patiño y el equipo de La familia de la tele se despiden entre lágrimas, reproches y audiencias catastróficas
Un epílogo triste para un programa que nació entre retrasos, parches y señales del destino poco halagüeñas: “Antes de empezar, el universo ya nos estaba avisando”, confesó Inés Hernand, en referencia al fallecimiento del Papa, apagones en plató y una escaleta que nunca terminó de cuajar. Albizua, por su parte, resumía el espíritu de la aventura con sinceridad brutal: “Lo hemos intentado y no se ha podido”.

Audiencias imposibles, tensiones internas y una despedida con sabor a derrota. Los datos de audiencia fueron el verdugo silencioso del formato. El mínimo histórico del pasado lunes solo sirvió como colofón a una agonía que, según Kiko Matamoros, se convirtió en un calvario diario: “Era una tortura mirar cada mañana los datos. Intentar rediseñar el programa sabiendo que hay cosas que no dependen de ti... psicológicamente ha sido un descanso que termine”.
Belén Esteban, más conciliadora, quiso dejar claro que esto es un punto y aparte: “Gracias al equipo y al público por luchar cada día. Se acaba La familia de la tele, pero es un hasta luego”. No todos estaban de acuerdo con tildar la experiencia de “fracaso”. Alba Carrillo defendió el esfuerzo colectivo: “Cuando uno lo da todo, aunque no funcione, no es un fracaso. Así es la vida”. Aunque su reflexión fue rápidamente matizada por Matamoros: “Perdóname, pero este ha sido mi mayor fracaso profesional”, algo en lo que Esteban coincidió.
Uno de los momentos más inesperados lo protagonizó María Patiño. Visiblemente afectada, la presentadora aprovechó el cierre para pedir disculpas a Inés Hernand por las tensiones vividas entre bastidores: “He tenido momentos muy duros. Llegué a ver enemigos donde no los había. Me equivoqué contigo, Inés. Estuve a punto de perder el control y me di cuenta de que esto no iba de lo que yo sentía, sino del equipo. Este programa no era de María Patiño, era de todos. Te pido perdón públicamente”. Y remató con una frase que ya forma parte del epitafio televisivo del magacín: "Aquí no hay guerra. Hay muerte, pero no guerra".