Lleva semanas en la cuerda floja. La familia de la tele, una de las grandes apuestas de TVE, no ha sido capaz de remontar en audiencias. La cadena pública tiró la toalla hace días, recortando su duración. No hubo manera de resucitar el programa. Incluso telenovelas de gran tirón se han visto afectadas por su desplome, algo que preocupó a la ejecutiva hasta el punto de tomar la decisión de cancelar La familia de la tele.
Pero ayer fue uno de esos días que TVE difícilmente va a olvidar. No por algo digno de celebración, sino por una caída estrepitosa que confirma lo que muchos ya intuían: La familia de la tele está completamente desahuciada. El programa presentado por María Patiño volvió a marcar mínimos de audiencia mientras su antiguo hueco en parrilla, ahora ocupado por Malas lenguas, se disparaba hasta cifras que hacía tiempo no se veían en La 1.
El espacio de María Patiño sigue perdiendo fuelle, mientras Jesús Cintora le pisa los talones a ‘Sueños de libertad’
Todo empezó la semana pasada, cuando la cadena pública decidió reordenar de nuevo su franja de tarde, en otro intento por salvar los muebles. El magacín de Patiño fue enviado al final de la jornada, justo después de Valle Salvaje, La promesa y El club de la promesa, mientras en su lugar aterrizaba Malas lenguas, un espacio con Jesús Cintora al frente centrado en desmontar bulos y discursos manipulados.
Los resultados fueron inmediatos y, para algunos, dolorosos. Este lunes 16 de junio, Malas lenguas firmó un sorprendente 13,3% de cuota y 1.238.000 espectadores. Casi nada. De hecho, el programa logró disputarle el liderazgo de la sobremesa a Sueños de libertad en Antena 3, que cosechó un 13,1% y 1.250.000. En otras palabras: Cintora le pisó los talones a uno de los grandes pilares de la competencia.
Mientras tanto, en la misma tarde, La familia de la tele vivía su propio vía crucis. A pesar del empujón de audiencia que supuso la cobertura informativa sobre la rueda de prensa del presidente del Gobierno por el caso Koldo, el espacio de Patiño no logró remontar ni un solo punto. Marcó un 4,3% de share y apenas 309.000 espectadores, convirtiéndose en su peor dato desde que arrancó. La audiencia, simplemente, ha desconectado por completo.
Con este panorama, TVE se encuentra en esa incómoda posición de ganar y perder a la vez. Ha conseguido revitalizar su sobremesa con un formato fresco y con discurso claro, pero sigue arrastrando el cadáver de un programa que no funciona y que ni con cambios de horario consigue levantar cabeza. El contraste entre uno y otro ha sido tan evidente que el futuro del magacín parece más que sentenciado. Según adelantaron medios como El Mundo o la Cadena SER, la decisión de cancelar La familia de la tele ya está tomada. Lo único que no se sabe es cuándo se ejecutará y qué vendrá a ocupar su espacio.
