La familia de la tele es un fracaso mayúsculo para TVE. A pesar de las palabras esperanzadoras de José Pablo López, director de RTVE, la realidad que vive el talk show de la primera cadena de la pública española es bien distinta. La semana pasada, López insistía en que aún confiaba en que el programa podría remontar en audiencia, pero las últimas decisiones, la filtración de los sueldos de las presentadoras y los resultados en su franja pintan un escenario mucho más sombrío.
Ayer se emitió el primer episodio tras el recorte de uno de sus tramos, y el resultado fue, cuanto menos, desastroso: un programa plano, con una dinámica rota y una concatenación de vídeos sin sentido aparente que ni siquiera logró levantar las cifras de espectadores. La familia de la tele está condenada por estos motivos.
TVE abandona 'La familia de la tele' tras su desplome histórico en audiencias y recortes drásticos
Desde su estreno, La familia de la tele ha sido objeto de una oleada constante de críticas y un fracaso en audiencias que no ha dado tregua. Sin embargo, José Pablo López defendía la continuidad del programa, asegurando que no había razones para cancelarlo y confiaba en que pudiera remontar. La realidad, no obstante, ha ido por otro camino.
Las medidas tomadas por RTVE revelan la poca fe real que se tiene en el formato. Primero, se decidió segmentar a los colaboradores para intentar dar más dinamismo, y ahora se ha recortado uno de sus tramos en busca de ajustar costes y mejorar resultados. Lo que se vio ayer fue un programa totalmente distinto: un plano fijo con María Patiño, Aitor Albizua e Inés Hernand como únicos rostros, y una sucesión de vídeos sin mucha coherencia, en su mayoría sin locución, que hicieron que la emisión se sintiera como un ejercicio de relleno más que un programa consolidado.
El espectáculo resultó en una experiencia caótica para el espectador. Entre problemas técnicos, fallos de sonido y varios silencios incómodos, la falta de colaboradores en plató y las tensiones palpables entre los presentadores generaron una atmósfera extraña para un programa de televisión, más aún tratándose de la televisión pública.
Los datos hablan por sí solos. El programa apenas logró congregar a 557.000 espectadores y un 6,2% de cuota en su franja de 15:58 a 17:05, cifras que lo sitúan muy por detrás de sus competidores directos en Antena 3, Telecinco y Cuatro. De hecho, este resultado marca el tercer peor dato histórico para La familia de la tele, un síntoma claro de que la audiencia no responde y no hay señales de que la tendencia vaya a cambiar.
Es lógico que, ante el fracaso inicial, RTVE intentara replantear el formato para darle un nuevo aire y buscar una reacción positiva del público. Parece que ni con esas logra la atención del público. Está condenado a desaparecer.















