La saga Fast & Furious ha sido, durante más de dos décadas, un imán para estrellas del cine de acción. Desde Dwayne Johnson hasta Jason Momoa, pasando por Charlize Theron, Helen Mirren o Gal Gadot, el reparto de esta franquicia ha sabido combinar generaciones, estilos y personalidades dispares bajo el concepto de una "familia" que desafía las leyes de la física... y del casting.
Universal le quería, Vin Diesel no
Sin embargo, no todas las estrellas han sido bienvenidas. El último en confirmar que su entrada fue bloqueada es Jean-Claude Van Damme, uno de los íconos del cine de acción de los 90. En una entrevista reciente con The Telegraph, el actor belga reveló que Universal Pictures quería incorporarlo a la saga, pero fue Vin Diesel quien vetó personalmente su participación.
"Me querían en Fast & Furious... Pero Vin Diesel dijo: ‘No, no lo quiero’", declaró Van Damme, sin entrar en detalles sobre los motivos detrás de la decisión.
Aunque el protagonista de Kickboxer y Timecop no dejó entrever rencillas personales, sus palabras reflejan una oportunidad perdida que habría marcado un cruce de generaciones: el de los héroes musculosos del videoclub noventero con el universo millonario del blockbuster moderno.
Un villano perfecto que nunca veremos
La elección de Van Damme no era un capricho nostálgico. Universal consideraba que el actor, aún activo y con presencia sólida en plataformas como Amazon o Netflix, podría haber interpretado a un antagonista internacional con carisma físico y bagaje histórico, un tipo de rol que la saga ha sabido capitalizar con nombres como Jason Statham o John Cena. Sin embargo, la negativa de Diesel cerró esa puerta sin mayor explicación.
El actor y productor ha ejercido un férreo control creativo sobre Fast & Furious desde las primeras entregas, y ha protagonizado conflictos con otras figuras importantes como The Rock, quien llegó a ausentarse de varias películas por diferencias con Diesel. En este contexto, el veto a Van Damme encaja con un patrón de decisiones personales que van más allá de lo puramente profesional.

Van Damme vs el CGI
En la misma entrevista, Van Damme aprovechó para lanzar una crítica al estado actual del cine de acción, dominado por los efectos digitales: “En mis tiempos, las cosas eran reales, porque eran reales. Ahora todo es CGI, y eso le quita valor al esfuerzo físico del actor”. Quizás por eso, la entrada de Van Damme a la saga habría aportado algo que Fast & Furious ha perdido por el camino: un estilo de acción más físico y menos digital, más cercano a los puñetazos bien coreografiados que a los coches lanzados desde aviones.