En el mundo de 'El Señor de los Anillos' existen hasta cinco magos en total, también llamados Istari, aunque probablemente tan solo Gandalf y Saruman son los más conocidos para el público general de la saga. Como muchos se han dado cuenta, estos seres divinos visten túnicas de colores que se asocian de una u otra manera a su papel en la Tierra Media. Inicialmente, por ejemplo, Saruman era el Mago Blanco, el más poderoso y el líder del resto.
Gandalf, que comienza la historia siendo el mago Gris, acaba tomando el papel del mago Blanco tras su lucha contra el temible Balrog y su reaparición en la segunda película de la trilogía de Peter Jackson. Ahora bien, un detalle que estas fantásticas cintas nunca mostraron fue que, realmente, Saruman también cambió de color en el libro de Tolkien. ¿Lo sabías?
En los libros de El Señor de los Anillos el mago Saruman también cambia de color para reflejar su nueva identidad
Al principio de los tiempos Saruman el mago no era malvado. No obstante, en cierto punto de la historia tal y como se narra en los eventos de El Señor de los Anillos su personalidad cambió y comenzó a cooperar con las fuerzas oscuras de Sauron. Según explica Gandalf al resto de la comunidad, cuando se reunió con Saruman en Isengard por primera vez se percató de un detalle muy curioso de su apariencia.
La túnica de Saruman parecía como siempre de color blanca, pero había algo extraño en ella. Después de que Saruman confesase que había manipulado al mago Radagast el Pardo, este se autoproclamó con un nuevo título, "Saruman el Multicolor". Fue entonces cuando Gandalf se dio cuenta de que la túnica de Saruman era una mezcla opalescente de muchos colores brillantes. Estos colores cambiaban con la luz.

"El blanco sirve para un principio. El tejido se puede teñir. El blanco se puede sobretejer y el vacío se puede llenar", había expresado Saruman. Este cambio de color y de título, por supuesto, reflejaba el paso del personaje hacia la corrupción y su ambición desmedida. Al contrario de lo que le ocurriría a Gandalf, Saruman no había obtenido nuevos poderes en su transformación, pero el paso del color blanco a los multicolores estaba cargado de simbolismo.
Saruman se veía a sí mismo como un ente superior al resto de Istari. Ya ni siquiera se consideraba su líder, era una fuerza mayor, por eso decidió usar todos los colores al mismo tiempo. Para Tolkien, el blanco representaba pureza y bondad, dos aspectos de los que Saruman ya carecía al caer en desgracia y por eso su cambio de color era un espejo perfecto de su nueva vanidad.
Eso sí, de nada le valió tener muchos colores en su túnica. Como sabemos, Saruman acabaría mordiendo el polvo. De hecho, Tolkien haría que su túnica perdiese esta cualidad multicolor y se convertiría en unos sucios harapos grises después de la derrota de Isengard por parte de los ents, cerca del final de la historia. Probablemente un indicativo de que la opulencia y el orgullo del mago le habían costado muy caro.
Por algún motivo, las películas de Peter Jackson optaron por no mostrar este cambio de colores en la túnica de Saruman. El mago se mantuvo durante toda la trilogía con su túnica original de color blanco. Quizás debido a la complejidad de representar en pantalla una túnica multicolor... En cualquier caso, Gandalf sí realizó su transición de color como en los libros, dejando patente que después de vencer al Balrog se había convertido definitivamente en el líder de los Istari y su poder había trascendido a nuevas cotas de pureza.