De entre todos los momentos álgidos y memorables de la trilogía de películas de 'El Señor de los Anillos' de Peter Jackson, seguramente, si hiciésemos una votación, la escena final en los Puertos Grises de 'El Retorno del Rey' ganaría por goleada como la secuencia más emotiva de los tres filmes. Este momento de despedida entre los hobbits protagonistas y Gandalf nos ha sacado más de una lágrima sin importar cuántas veces lo hayamos visto a lo largo de los años...
Lo verdaderamente curioso es que, en realidad, detrás de cámaras esta escena fue casi una tortura para sus actores protagonistas. Por muy bien que haya quedado en el metraje final, a nivel de producción algunos de los intérpretes no guardan un buen recuerdo de ella. ¿Lo sabías?
Así de laborioso fue para los actores de 'El Señor de los Anillos' rodar la escena de los Puertos Grises
La escena de despedida en los Puertos Grises es fácilmente el momento más emotivo de la trilogía de 'El Señor de los Anillos'. El adiós de los hobbits con Gandalf se torna todavía más doloroso cuando Frodo revela que él también debe marcharse con el mago y los elfos para no regresar más. Los sentimientos están a flor de piel entre los cuatro amigos, y esto se contagia a los espectadores enseguida después de todo el viaje vivido hasta llegar aquí.
No obstante, la realidad detrás de este momento fue otra bien distinta, como se reveló en el material del making of de las películas y se recordó hace no mucho en el canal Middle-Earth Updates de YouTube. Y es que debido a una serie de imprevistos, los actores tuvieron que grabar esta escena en su totalidad hasta tres veces en tres días, y ni siquiera lo hicieron al final de todo el rodaje para aprovechar que ya no se verían más, por lo que emocionalmente tuvieron que forzarse para involucrarse a nivel dramático con lo que requería la ficción.
El primer día que trataron de rodar la escena, Sean Astin (Sam), cometió un error del que nadie se percató hasta que fue demasiado tarde. Durante la pausa del almuerzo, el actor se había quitado la capa élfica de su vestimenta y también su chaleco. Aunque recordó vestirse su chaleco antes de volver a escena, se dejó atrás la capa. Nadie del resto del elenco ni del equipo de producción se fijó en este pequeño detalle mientras rodaban. Al día siguiente, revisando el metraje, se dieron cuenta del error.
El precio a pagar por este detalle fue volver a rehacer toda la escena. "Recuerdo que los otros tres hobbits me miraron como diciendo: 'Te mataremos, idiota'", recordó Astin en el making of. Y es que no era para menos, pues el grupo se molestó al enterarse de que tendrían que hacer de nuevo y por segunda vez una secuencia tan exigente emocionalmente hablando.
Por desgracia para ellos, el segundo día de grabación quien cometió un error fue el equipo técnico. Lamentablemente, toda la escena fue grabada con las cámaras ligeramente desenfocadas, así que el metraje quedó inservible porque estaba borroso... La única solución era, efectivamente, filmar de nuevo y por tercera vez la escena. Ahora sí, por fortuna, sin más problemas. Y esa fue la escena que todos disfrutamos en el metraje final.
Pero algunos actores no la disfrutaron tanto una vez estuvo terminada. En la pista de audio con comentarios del equipo de 'El Retorno del Rey', Dominic Monaghan (Merry) confesó que pensaba que se veía feo cuando lloraba en dicha escena. Billy Boyd (Pippin), por su parte, estaba decepcionado con que hubiesen eliminado unos diálogos entre su personaje y Gandalf en la sala de montaje, ya que ambos habían formado un fuerte vínculo durante la trilogía.
Pese a los inconvenientes sufridos, la secuencia de los Puertos Grises ha pasado a la historia del cine y para muchos ha mejorado dramáticamente la despedida de los protagonistas frente al texto original que podemos leer en los libros de Tolkien, en donde es tal vez algo menos impactante y lacrimógena. Puede que a los actores no les gustase estar tres días llorando, pero el resultado final de su esfuerzo valió notablemente la pena. Como dijo Gandalf: "No diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas".